“He aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva” (Is 65, 17) Reconstruir la esperanza: la actitud humana responsable para hoy día

"De entre todas las crisis que vivimos cabe destacar la llamada crisis de las utopías: las grandes utopías sociales han entrado en crisis, es decir, han perdido su vigencia, o al menos la fuerza motriz que las mantenía presentes en grandes estratos de nuestra sociedad. El neoliberalismo se ha impuesto como la única utopía posible"
"Se va consolidando la nueva conciencia, los nuevos movimientos y actores sociales que están construyendo laboriosamente la sociedad civil con la finalidad de sustraer a la persona de la opresión y la violencia del poder autoritario inspirados en las grandes utopías bíblicas como la del profeta Isaías"
| Fr. Miguel Ángel Gullón Pérez, O.P.
Estamos viviendo en una coyuntura histórica en la que predomina el imaginario social de la crisis: crisis de valores, crisis de identidad, crisis de la familia, crisis de la juventud, etc. De entre todas las crisis que vivimos cabe destacar la llamada crisis de las utopías: las grandes utopías sociales han entrado en crisis, es decir, han perdido su vigencia, o al menos la fuerza motriz que las mantenía presentes en grandes estratos de nuestra sociedad. El neoliberalismo se ha impuesto como la única utopía posible y realista sobre todas las utopías de corte comunitario, social, etc.
Son muchas las personas que, en medio de este clima de crisis, derrumbe, miedo, agresividad, desesperación, etc., creen que la única actitud humana responsable es la reconstrucción de la esperanza. Pero no una esperanza voluntarista, ingenua, ideológica o ilusoria, sino una esperanza histórica, real y creadora de alternativas. Nace así, en este contexto de colapso total de la esperanza, un imperativo para su reconstrucción que incluya a los empobrecidos, a los oprimidos, a los excluidos y a la naturaleza; una esperanza con base económica y social con una estrategia concreta de realización.
Pensando a gran escala, esta bella misión de construir la esperanza, con un sólido fundamento en alternativas económicas al actual sistema de economía de libre mercado, ha de luchar contra todas aquellas personas que lo ven como un acto irracional, incluso subversivo. Para ellas la destrucción de la esperanza aparece como una necesidad profunda y estructural que impone el sometimiento ciego al Nuevo Orden Internacional; la desesperanza es como el espíritu que lo hace vivir. Pero no podemos ceder ni declinar a esta premonición porque equivaldría a un achatamiento de la espiritualidad de resistencia de los oprimidos, de la voluntad política de los pueblos y, en definitiva, llevaría a una deslegitimación de toda teoría crítica y de toda utopía.

Así pues ‒dice Pablo Richard‒, “debemos vivir con paciencia histórica y sin desesperación este período de transición, que es un período de discernimiento, de gestación lenta y paciente. Ahora nos corresponde poner los fundamentos y crear alternativas, esperando que madure la historia […] y que se produzca el parto doloroso de la sociedad que soñamos para la felicidad de todos”1. La opción utópica supone superar las vías muertas de las utopías de ayer, y reformular la nueva utopía a partir de la realidad de hoy. Por tanto, el primer paso es conocer a fondo el mundo en que vivimos, sus contradicciones, sus mecanismos de control y sus crisis. En el análisis cuantitativo y cualitativo de la crisis actual, que lo invade todo, y de los retos que plantea, encontraremos la utopía que necesitamos. Las alternativas surgen cuando se buscan, más si es de forma colectiva. La esperanza nace de la lucha y de la pasión por la vida.
Hay que abrir bien los ojos y darse cuenta de que hay muchas personas y comunidades que se están moviendo para que otros vivan. Se va consolidando la nueva conciencia, los nuevos movimientos y actores sociales que están construyendo laboriosamente la sociedad civil con la finalidad de sustraer a la persona de la opresión y la violencia del poder autoritario inspirados en las grandes utopías bíblicas como la del profeta Isaías: “he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva” (Is 65, 17).
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1 Pablo RICHARD, “¿Esperanza o caos? Fundamentos y alternativas para el siglo XXI”, Senderos 49-50 (1995) 20.
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