"Los extremeños somos un pueblo con alma, pero sin Madre" Santa María de Cataluña, ¿Santa María de Extremadura?
¿Pero qué de malo e incorrecto eclesiásticamente ha hecho Extremadura para que el santuario de su Patrona -eclesiástica y oficial-, no pueda pertenecer a ninguna de las tres diócesis extremeñas, y tenga que seguir siendo “propiedad” de los ya ex cardenales y ex “primados” extintos de la archidiócesis la“dives toletana”?
Joan Planellas, hoy “Arzobispo Primado” de Tarragona y Presidente de la Conferencia Episcopal de Cataluña, encabeza el elenco de los teólogos más preclaros en la actualidad española. Es y ejerce de postconciliar a carta cabal y con todas las bendiciones del papa Francisco.
Explica su presencia y recuerdo por mi parte en las páginas de RD, el hecho de que acaba de adoctrinar públicamente y con solemnidad, que “los pueblos son algo más que un grupo ligado por los vínculos de una ley o una constitución , un pacto o un reglamento. Los pueblos son seres humanos, tienen alma y en ella se gestan hermanos y hermanas”.
La alusión a la Madre, de Dios y de todos, y en este caso bajo la advocación de Monserrat, está explícita y devotamente formulada por Planellas con plena y certera formulación teológica, hasta llegar a proclamarla nada menos que como Santa María de Cataluña.
El teólogo, Presidente y Primado a la vez, nos brinda a los extremeños, pueblo con alma, pero sin Madre, la linda y sublime posibilidad “dogmática”, de invocarla también como Santa María de Extremadura, con idénticas razones, o tal vez más, por aquello de que, como pueblo, la “renta per cápita” material y espiritual- canónica, resulta ser más -mucho más- vulnerable y escasa.
Extremadura laica y 'Desguadalupada"
Sí, “¡Santa María de Extremadura, ora pro nobis ¡”, merece nueva consideración, recuerdo y reclamación a la sombra protectora de RD. única publicación de carácter nacional que le presta atención y acogida. Y a esto responden las reflexiones siguientes:
Tal y como se han puesto las cosas, don Celso Morga, arzobispo de Mérida-Badajoz y de la Provincia Eclesiástica de Extremadura, se verá obligado a dejar su mitra y su báculo pacenses por imperativo de su renuncia canónica al haber cumplido los 75 años establecidos, sin haber resuelto el grave problema de la no incorporación de Nuestra Señora de Guadalupe, hoy exiliada en Toledo, capital de Castilla-La Mancha. A su antecesor, el recordado don Antonio Montero, le pasó lo mismo, e idéntica fue su confesión al reconocer haber llorado ante tal fracaso e injusticia, tanto pastoral como administrativa.
El pueblo-pueblo extremeño, con sus “autoridades políticas, civiles, militares y religiosas”, no es merecedor de trato tan discriminatorio, ofensivo y absurdo por parte de la misma Iglesia “oficial”, sin más explicación que la de ser “esta la voluntad del Señor”, fielmente interpretada con las decisiones del Nuncio de SS. en España.
Cargado de buena -buenísima- intención don Celso Morga intenta promocionar la idea de que Guadalupe -santuario, monasterio y basílica,- todo el conjunto declarado por la Unesco “Patrimonio de la Humanidad”- ,consiga cuanto antes el título de SANTUARIO PONTIFICIO, dependiendo directamente del papa.
La hilada de preguntas que a clérigos y a laicos, extremeños o no, se les ocurre formular, es superior a las aquí imaginables.
¿Pero qué de malo e incorrecto eclesiásticamente ha hecho Extremadura para que el santuario de su Patrona -eclesiástica y oficial-, no pueda pertenecer a ninguna de las tres diócesis extremeñas, y tenga que seguir siendo “propiedad” de los ya ex cardenales y ex “primados” extintos de la archidiócesis la“dives toletana”? ¿A qué respondería trato tan singular, único en España y rarísimo en el resto del orbe católico? ¿Se trataría de un castigo anatematizador, o de un imposible trato de favor? ¿Acaso Extremadura, católica, civil y civilizada, en sus tres diócesis, ha de estar regida por leyes, normas, cánones distintos a los normales, por padecer alguna innombrable enfermedad ético-moral, con efectos aún no conocidos, pero determinantes,para esta vida y también para la “otra”?
Sabiendo lo que se sabe, y se sabrá, acerca del trato administrativo que se imparte en el Vaticano y sus alrededores, contra el que el bendito papa Francisco no ceja un solo momento en descalificar y descanonizar, por muchos y fuertes dolores de rodilla que les acompañen en su peregrinaje por las estancias vaticanas, sus cuentas, resultados y malos ejemplos, ¿sería previsible que la calificación de “SANTUARIO PONTIFICIO”, resultara edificante y edificador de Iglesia?
¿Acaso el querido don Celso, avecindado personalmente durante un puñado de años en las estancias -despachos de ciertos dicasterios, apostaría por el pastoral y ejemplar hacer, quehacer y ministerio que en los mismos se “celebra” e imparte, y por elque se cobra? ¿Cuántos aspirantes a “capellanes”, y más con caracteres episcopales o arzobispales, se apuntarían enla lista para ocupar, en su día, puestos privilegiados en el SANTUARIO PONTIFICIO de la referencia guadalupana?(Hay clara constancia de que, cuanto se relaciona con el limbo está descatalogado de los libros bíblicos)
Y aquí y ahora, traigo a colación la referencia de que, en el mismo plano de informaciones religiosas, en el que se noticiaba la posible solución vaticana aportada, el dato sorprendente de que “el santuario de Guadalupe, patrona de México y su Tepeyac, superaba en el número de devotos a Roma y a Jerusalén”
Mensurar, averiguar, medir y comparar devoción o devociones, es tarea difícil y no sometida ni solo ni fundamentalmente a las frías estadísticas. Las limosnas - el dinero- es lo que canta y pregona su realidad, grado y contenido, por lo que es lógico concluir que, al menos en cierto sentido, no le iría a la zaga la imagen de la patrona de Extremadura,siendo o pudiendo ser, tan “rica” y acaudalada como la de México a la que le confirió, y confiere, identidad, milagros, milagrerías y razón de ser religiosa y patriótica.
El dinero, además de “poder”, de dignidad –“dignidades”- , del ex cardenalato y de la ex Primacía, aporta multitud de incomprensibles y misteriosas ”razones”, que obligan a alimentar la creencia impiadosa de que Guadalupe y Toledo sigan estableciendo un contubernio – amancebamiento,absolutamente nada pastoral , perjudicial para los intereses “humamos y divinos” de los extremeños “despatroneados” y sin solución, o con soluciones ficticiamente “pontificias” y aún no referidas ni catequizables.
“Tal es la voluntad de Dios”, el Amén, el mentiroso y falaz “así fue de toda la vida”, además del ofensivo dictamen de que los “curas toledanos están mejor y más preparados que los extremeños – con especial y regocijante desprecio para los de Plasencia-, no pasa de ser un descrédito más para los diocesanos de Toledo y de Extremadura, cuyos feligreses, siguen estando pastoreados –“colonizados”- por obispos foráneos, caso insólito y desafiante en el episcopologio hispano.
Por mi cuenta y riesgo, insisto una vez más que, si todo o casi todo esto, es cuestión de gazofilacio -dinero contante y sonante-, que faciliten los correspondientes números de las cuentas bancarias.
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