"Ucrania ya vive 108 días de esta gran y sangrienta guerra" Shevchuk: "Es necesario detener al agresor inmediatamente"

Sviatoslav Shevchuk
Sviatoslav Shevchuk

"Hoy queremos agradecer especialmente a todos los que están rezando y apoyando a Ucrania en momentos tan difíciles"

"¡Qué difícil es para Ucrania hoy explicar al mundo lo que le duele! Qué difícil es explicar toda la tragedia que el agresor ruso está infligiendo a nuestra Patria"

¡Alabado a Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es sábado 11 de junio de 2022 y Ucrania ya vive 108 días de esta gran y sangrienta guerra emprendida por el agresor ruso contra el pueblo ucraniano.

Damos gracias a Dios Nuestro Señor y a las Fuerzas Armadas de Ucrania por haber podido vivir hasta esta mañana y haber podido ver la luz del día y contemplar los rayos del sol.

La provincia de Luhansk sigue siendo el epicentro de grandes combates. La ciudad de Severodonetsk y algunas regiones de la provincia de Luhansk que ahora está controlada por las tropas ucranianas. En las zonas de guerra y en los territorios ocupados, la población civil verdaderamente está experimentando grandes abusos, se están viviendo momentos trágicos, cosas que ni siquiera conocemos, pero los ecos que nos llegan no pueden no sensibilizar la conciencia cristiana y reclaman ante el mundo que es necesario que se salve a esas personas.

Es necesario detener al agresor inmediatamente, detener ya esta guerra injusta.

Ucrania sangra
Ucrania sangra

Nuestras regiones fronterizas con Rusia, las provincias de Sumy, Kharkiv, Chernihiv, volvieron a ser atacadas desde el lado ruso con diferentes tipos de armas. En el sur de nuestra Patria también hay fuertes combates en regiones de la provincia de Khersón, en el sur de la provincia de Dnipropetrovsk y en regiones de la provincia de Zaporozhzhia.

Vemos efectivamente el coraje, la fuerza y la valentía de jóvenes muchachos de 18, 19 años que; con su sacrificio, están salvando nuestra Patria de un enemigo sediento de sangre.

Hoy queremos agradecer especialmente a todos los que están rezando y apoyando a Ucrania en momentos tan difíciles. Se dice que un verdadero cófrade, un amigo verdadero se conoce cuando caemos en desgracia. Y ahora, cuando nuestra Patria ha sido golpeada por la calamidad de la guerra, sentimos que cada palabra de apoyo, cada gesto amistoso de aquellas personas de buena voluntad de todo el mundo; ayudan a Ucrania a triunfar y acercan este día de victoria sobre el mal.

Hoy sábado, estamos viviendo el 9º día de la decada misionera. Ya mañana en el calendario juliano celebraremos el día de Pentecostés, el descenso del Espíritu Santo. Y la decada de la misión es precisamente ese tiempo de oración, esos diez días de oración por la fecundidad de la Iglesia en su predicación del Evangelio de Cristo al hombre moderno. Vemos y sentimos que el hombre moderno está muy herido en su capacidad para crear relaciones humanas. En particular, el cierre que ocasionó la pandemia y también otros elementos de la cultura moderna hacen que el hombre se sienta a veces muy solo. Podemos estar conectados en línea con todo el mundo, y sin embargo aún así no tener relaciones humanas profundas y reales.

Y hoy esperamos al Espíritu Santo como al Maestro de las relaciones auténticas y profundas entre las personas. Es más, podemos decir que el Espíritu Santo es Doctor de esa capacidad del hombre para comunicarse, para crear una unidad con otro ser humano.

Guerra
Guerra

Hoy, el Santo Evangelio que escuchamos, que es alimento espiritual para nosotros hoy, nos habla de la conversación entre Cristo resucitado y el Apóstol Pedro, el Príncipe de los apóstoles que primero negó tres veces a su Maestro durante sus sufrimientos. Y Cristo resucitado entonces pregunta tres veces a su discípulo: Pedro, Pedro, ¿me amas? Es interesante que, al principio, Pedro no entiende del todo lo que le pregunta su Maestro. Porque al responder “Sí, Maestro, tú sabes que te quiero”, Pedro está hablando más bien de una cierta amistad. Más bien se refiere a las aficiones que existen entre los amigos comunes. Pero Cristo está hablando del amor con que Dios ama al hombre. No de una simple amistad, sino de un amor sacrificado, un amor que lleva a la abnegación al punto que entrega la vida por el otro.

Luego, por tercera vez, Cristo pregunta: “Pedro, Pedro, ¿me quieres?” Y comienza a utilizar el mismo lenguaje en el que Pedro le habla, es decir, Cristo se rebaja a la capacidad de amar como Pedro, se rebaja al nivel de su relación de amor. Pero es para llevarle después a su altura, a la capacidad de amar con amor divino. Y concluye su discurso profetizando que Pedro dará su vida por Cristo.

Estamos tan necesitados hoy de un Maestro del Amor como lo es el Espíritu Santo. Porque a veces podemos hablar el mismo idioma entre nosotros y no entendernos mutuamente. Pero el que ama, lo entiende todo y comprende sin palabras. ¡Qué difícil es para Ucrania hoy explicar al mundo lo que le duele! Qué difícil es explicar toda la tragedia que el agresor ruso está infligiendo a nuestra Patria. Cómo a veces las personas que no aman a Ucrania no nos entienden. Y hoy queremos dar las gracias a todos los que saben amar, que hablan en el lenguaje del amor del Espíritu Santo y que de este modo pueden sentir el dolor y el sufrimiento de Ucrania sin palabras.

En este día también rezamos por nuestros muertos. Hoy es el día de la conmemoración universal de los difuntos. Porque nuestro amor cristiano es más fuerte que la muerte. Nuestro amor cristiano abraza la vida de Dios, incluso la de aquellos que han entrado en la eternidad.

Hoy rezamos por todos aquellos que dieron su vida por nuestra Patria, por nuestros soldados. Por aquellos, que dieron su vida para que tú y yo pudiéramos vivir hoy y disfrutar de la oración común y de poder meditar juntos la Palabra de Dios.

Oh Dios, bendice a Ucrania. Oh Espíritu Santo, Oh Espíritu del Amor de Dios, desciende sobre todos nosotros, ven y enséñanos a todos a amar. Enseña a la humanidad moderna a hablar en un lenguaje de amor. Y entonces, aún hablando diferentes idiomas, la humanidad se entenderá perfectamente y podrá crear una única unidad en Tu Santa Iglesia, la Iglesia de Cristo. Oh Espíritu Santo, acoge en tus brazos a todos nuestros difuntos y concédeles la vida eterna.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!

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