"Si no hablan los dos presidentes, ¿cómo se podrá solucionar el conflicto en Cataluña?" "Ustedes que pueden, dialoguen por favor"
"Hace falta ser valientes y no rechazar nunca el diálogo con el adversario, ya que dinamitar puentes no lleva a ningún sitio"
"El argumento de la Sra. Soraya Sáenz de Santamaría (que se vanagloriaba de haber “descabezado” a los líderes independentistas) no ha podido acabar con el Procés"
"El Papa Francisco dijo que un buen político “opta siempre por generar procesos, más que por ocupar espacios”"
"El Papa Francisco dijo que un buen político “opta siempre por generar procesos, más que por ocupar espacios”"
Estas fueron las palabras con las que la periodista Gemma Nierga, con valentía y saltándose el guion pactado, concluyó su discurso al final de la concentración en repulsa por el asesinato de Ernest Lluch. La condena por la muerte, a manos de ETA el 21 de noviembre de 2000 del político catalán, reunió en Barcelona a cerca de 900000 personas. Gemma Nierga decía: “Estoy convencida que Ernest Lluch, incluso con la persona que lo mató, habría intentado dialogar; ustedes que pueden, dialoguen, por favor”.
Aquella tarde, la cara de mal genio del presidente Aznar era un reflejo de su desacuerdo con las palabras de Gemma Nierga. Pero era importante animar a los políticos a dialogar sin miedos, a hablar, a llegar a sentarse en una mesa. Cabe recordar que a pesar de la cara seria de Aznar, él mismo, un año antes, en febrero de 1999, autorizó el diálogo con ETA sin que pusiese vetos a ningún tema de las conversaciones. El presidente Aznar incluso llegó a utilizar la expresión “Movimiento Vasco de Liberación” para referirse a los interlocutores etarras. Más todavía: meses después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, Aznar acercó 133 presos etarras a cárceles cerca de Euskadi.
Por eso ahora resulta incomprensible que el presidente en funciones del gobierno español, Pedro Sánchez, rechace las llamadas del presidente Torra (tres en dos días) para fijar una reunión y poder dialogar. Si no hablan los dos presidentes, ¿cómo se podrá solucionar el conflicto en Cataluña? El Sr. Sánchez, que se lamentaba de que los Srs. Casado y Rivera no le contestaban a sus requerimientos por mantener un diálogo, se está comportando de la misma manera que hacían los que él censuraba. Por eso resultó incomprensible que hace unos días, el Sr. Sánchez recibiera en la Moncloa a los Srs. Casado, Rivera e Iglesias y no se dignara recibir al presidente de Cataluña.
"El “Habla pueblo, habla”, es la única manera de solucionar el conflicto que hay en Cataluña"
Por otra parte, el argumento del Sr. Aznar que en ausencia de violencia se podía hablar de todo, se ha visto que era una gran mentira, ya que durante muchos años en Cataluña no ha habido ningún tipo de violencia y no se ha podido hablar del derecho a decidir que defiende una buena parte de los ciudadanos catalanes, una reivindicación de matiz político, que ha de encontrar una solución política, no penal.
Si el presidente de España no se sienta a hablar con el presidente de Cataluña para de esta manera intentar encontrar una salida a la situación que vivimos, con líderes independentistas encarcelados y con un malestar de una gran parte de la ciudadanía catalana, ¿para qué queremos a los políticos?
Hace falta ser valientes y no rechazar nunca el diálogo con el adversario, ya que dinamitar puentes no lleva a ningún sitio. Hace falta ser audaces como pedía Gemma Nierga, porque siguiendo a Albert Einstein: “si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”, se han de buscar caminos nuevos. Por eso no se han de repetir los errores del pasado, ya que ni las medidas policiales ni las judiciales pueden resolver un conflicto político, que solo tendrá una salida con el diálogo.
El lema-canción del referéndum de reforma política, del 15 de diciembre de 1976, “Habla pueblo, habla”, es la única manera de solucionar el conflicto que hay en Cataluña. Ni las porras, ni las pelotas de goma, ni la prisión acabarán con una situación que solo puede solucionarse con la voz y los votos del pueblo. Como decía Joseph Conrad “enfrentarse, siempre enfrentarse (o sea, ponerse uno frente al otro) es la manera de resolver un problema”. Es decir, hablando y dialogando, como han pedido los obispos catalanes.
Al final de la concentración del 24 de noviembre de 2000 para condenar el asesinato de Ernest Lluch, Pasqual Maragall decía: “El presidente (Aznar) se ha dado cuenta de cuál es el sentimiento de la gente”. Y añadía aún: “Es necesario el diálogo y soluciones rápidas”.
El conflicto que se vive en Cataluña, ya hemos visto que no se acabará con sentencias duras o encerrado a los independentistas en la cárcel, como pedía recientemente el Sr. Rivera, ya que el argumento de la Sra. Soraya Sáenz de Santamaría (que se vanagloriaba de haber “descabezado” a los líderes independentistas) no ha podido acabar con el Procés.
Como dijo el papa Francisco en su discurso en el Congreso de los EEUU, en 2015, “Cuando países que han estado en conflicto recuperan el camino del diálogo, interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos”. Pero para restablecer este diálogo, decía el papa, se requiere “coraje y audacia”. Por eso el papa Francisco decía también, que un buen político “opta siempre por generar procesos, más que por ocupar espacios”. Lo que pasa es que, en un clima preelectoral, el Sr. Sánchez no quiere dialogar con el Sr. Torra por miedo a perder las elecciones.
Y es que “la mayoría de las personas utilizan más tiempo y más energías en hablar de los problemas que en enfrentarse a ellos”, como decía Henry Ford. Pero negando el diálogo no se solucionará nada. Por el contrario, el diálogo ha de poder acabar con la violencia, siempre condenable, para que tal como dice el profeta Isaías, “con las espadas forjarán arados, con las lanzas, podaderas” (Is 2:2).
El bloqueo al diálogo por parte del presidente Sánchez, solo por motivos electorales, no ayuda nada a encontrar una salida a este conflicto. Como decía el papa Francisco el 2 de septiembre de 2013, “No es la cultura de la confrontación, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino la cultura del encuentro, la cultura del diálogo”.
Que con la oración del obispo Torras i Bages, la Virgen de Montserrat nos ayude para que “nunca no se deshaga este pueblo catalán que ella espiritualmente engendró”, que extirpe “de Cataluña el espíritu de discordia” y reúna a “todos sus hijos con corazón de hermanos”. El presidente Sánchez habría de recordar y escuchar, repetidamente, la letra de la canción: “Habla pueblo, habla”, que popularizó el grupo Jarcha:
“Habla pueblo, habla, /tuyo es el mañana, /habla y no permitas /que roben tu palabra, /habla sin temor, /no dejes que nadie /apague tu voz”.
Y es que solo hablando se entiende la gente. No con vetos ni con exclusiones. El presidente Sánchez está haciendo lo que él mismo recriminaba a los Srs. Casado y Rivera cuando se negaron a reunirse y a hablar con él. Pero solo hablando con el presidente de Cataluña se podrá encontrar una salida al conflicto que existe entre una buena parte de Cataluña y España.
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