Al borde de la catástrofe medioambiental Un erial, un páramo yermo y desolado

(Bernardo Pérez Andreo).- Un erial, un páramo yermo y desolado, esto es lo que vamos a dejar en este planeta a la vuelta de unos decenios. No tenemos arreglo, nada puede cambiar este rumbo que hemos marcado mientras no cambiemos de modelo social y económico.

Lo he dicho de mil maneras distintas en mis escritos y ya me duele hasta el aliento de tanto repetirlo. Ayer mismo, mientras comíamos con un buen amigo, hombre de fe y esperanza, me decía que no debía caer en la desesperanza (me conoce bien y me lee y sabe por dónde voy) y sé que es así, que no podemos permitirnos el lujo de la desesperanza, que en Jesús seguimos el camino de un ajusticiado, vencido y destrozado por el imperio, pero que ese es el único camino que lleva a la salvación de la humanidad.

Sin embargo, mi pesimismo respecto a la humanidad se agranda a cada dato que conocemos, a cada nuevo peldaño que bajamos en el foso de la autodestrucción colectiva en la que nos sume el modelo egoísta y suicida que es el capitalismo global imperante. Como parte de nuestra alma como humanos en que se ha convertido, el capitalismo nos ha sumergido en la más voraz y atroz destrucción del medio natural que nos permite vivir en este Universo, el único del que tenemos conocimiento y donde existimos como los únicos seres ¿inteligentes? que lo habitan.

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