"La dignidad de la mujer no está ni solo ni fundamentalmente en el 'vientre'" Los obispos condenan a Ana Obregón

Ana Obregón
Ana Obregón

"La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y la Vida, en Nota aprobada por la CEE refiere, adoctrina y predica que “la maternidad por subrogación es inequívocamente una forma de explotación de la mujer, contraria a la dignidad de la persona humana"

"Poniéndome en el lugar de quienes se sientan directamente afectados, me hago eco del manojo de preguntas que les obliga a formularse el dictamen oficial de la Iglesia"

"¿No parece excesivamente machista, la referida Nota, sin haberla hecho pasar antes por los ojos, los sentimientos y supuestos propiamente femeninos, de esposa y de madre?"

"Al arzobispo de Estrasburgo, se le ha obligado a dimitir por su talante irascible, distante y autoritario. En la redacción de nuestra Nota, 'la irascibilidad, la distancia y el autoritarismo' están generosamente servidos"

Es posible que jurídicamente bien asesorados en esta ocasión, los obispos españoles se hayan ahorrado la cita expresa del nombre de Ana García Obregón, al redactar la reciente Nota Oficial intitulada por no pocos medios de comunicación social como “La maternidad, objeto de comercio”.

El hecho escueto es que la “Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y la Vida”, en Nota aprobada por la CEE. refiere, adoctrina y predica que “la maternidad por subrogación es inequívocamente una forma de explotación de la mujer, contraria a la dignidad de la persona humana, pues usa el cuerpo femenino y toda su persona , reduciéndola a ser una incubadora humana”, que sobradamente explica lo de “objeto de comercio”, “vientre de alquiler”, y más titulares que en distintas direcciones hayan administrado, y administren, los medios referidos. Estos se limitan a cumplir con la sagrada obligación de tener al corriente a sus usuarios de cuanto acontece en la Iglesia, en sus periferias y aún en los más lejanos ámbitos, dado que en la actualidad todo es competencia de todos, poque Dios así lo ha querido y mandado.

Como parte importante de la noticia que justificó la Nota Oficial de la CEE, fue protagonista en España, Ana García Obregón, su cita estaba de más, teniendo que pechar ella, si no en exclusiva, sí en gran proporción, con las solemnes dosis de descalificaciones episcopales. Estas posiblemente a muchos no les parecerán bien ponderadas y además, rechazables, con el riesgo de que lo sean más aún de aquí en adelante, bajo el palio de la teología, de la moral, del progreso de las ciencias antropológicas y de las mismas leyes promulgadas por Estados regidos democráticamente, base y fundamento de una gran mayoría de comportamientos humanos y de su desarrollo integral.

Y, mientras tanto, poniéndome en el lugar de quienes se sientan directamente afectados, me hago eco del manojo de preguntas que les obliga a formularse el dictamen oficial de la Iglesia:

¿Se trata de algo así como de un dogma, o semi dogma de fe, señal inequívoca de pertenencia, o de exilio, de la Iglesia oficial, de sus Comisiones o Dicasterios curiales? ¿Cuál hubiera sido la reacción y el tratamiento con el que Jesús afrontara el problema, sobre todo en el “tú a tú” de una amistosa y cercana “rueda de prensa”, camino de Emaús, o sobrevolando en “Alitalia” continentes y océanos?. ¿En cual de sus parábolas sería posible insertar todo o parte importante de su doctrina y comportamiento evangélico?

¿No parece excesivamente machista, la referida Nota, sin haberla hecho pasar antes por los ojos, los sentimientos y supuestos propiamente femeninos, de esposa y de madre? Desde las perspectivas a las que se abre la Nota , ¿en cuántos matrimonios, también en los sacramentales, no fueron o se comportaron sus “oficiantes”-contrayentes, como vulgares e insensibles “comerciantes”, que “compraron”, o alquilaron , vientres de esposas fundamentalmente para que en los mismos fructificaran o perduraran, rentas y apellidos familiares y sociales, y más si estos tenían carácter de regios o imperiales, no faltando en los mismos la presencia indulgenciante de cardenales y obispos?

Matrimonios regios

¿En cuántos matrimonios, también en los sacramentales, no fueron o se comportaron sus 'oficiantes'-contrayentes, como vulgares e insensibles 'comerciantes', que 'compraron', o alquilaron, vientres de esposas fundamentalmente para que en los mismos fructificaran o perduraran, rentas y apellidos familiares y sociales, y más si estos tenían carácter de regios o imperiales, no faltando en los mismos la presencia indulgenciante de cardenales y obispos?

¿Fue, y es, el amor-amor lo que consagra y hace matrimonio al matrimonio, dotándole con las joyas de la sacramentalidad requerida? ¿A cuántos matrimonios así registrados” en” y” por” la Iglesia, habría que desclasificar como tales, en razón a que en los mismos, sobre otras razones, fueran las del “vientre” y su alquiler, sus justificaciones últimas o supremas? ¿Pero qué saben los curas y obispos acerca de cuanto se relaciona con el matrimonio y sus intimidades, como para presumir de ser ellos, y solo ellos, los invencibles poseedores de la verdad no solo dentro, sino aún fuera de la Iglesia, con el privilegio de que la última y definitiva palabra tenga que ser- “palabra de Dios”- y expresión de su divina voluntad, consciente el pueblo de no saber ellos “de la misa la media o, sabiéndolo, pero con conciencia de pecado, siempre y de por sí grave?

La dignidad de la persona humana en la mujer no está ni solo ni fundamentalmente en el “vientre” y en la imposibilidad de ser “alquilado”. Está en todo su ser. De principio y adoctrinamiento propio y específico de principiantes, parece no tener conciencia los “hombres de la Iglesia” firmantes de la Nota curial de referencia, haciendo “mutis por el foro” en el Gran Teatro del Mundo en el que vivimos y nos hacen vivir religiosamente.

La Nota de la CEE evitaría ciertos desafueros y riesgos de comportamientos inmorales, sobre todo los relacionados con los alquileres de determinadas partes del cuerpo… Sí, pero ¿con qué no comerciaron los hombres de la Iglesia -y aún en el mismo “nombre de Dios”,- en ámbitos humanos y divinos? ¿Se lo preguntamos a la historia, aunque todos sus textos se hallen avalados por los “Nihil Obstat” e “Imprimatur” canónicos?

Según se nos informa, al arzobispo Mons. Luc Ravel, arzobispo de Estrasburgo, se le ha obligado a dimitir “por su talante irascible, distante y autoritario”, después de “celebradas” diversas manifestaciones por parte de sus diocesanos, en la explanada de su catedral.

En la redacción de nuestra Nota,“la irascibilidad, la distancia y el autoritarismo” están generosamente servidos. Tanto o más que en cualquier otra de otro tipo. ¿Que eso depende de los gabinetes de prensa y de los redactores de turno? Es posible que sí, por lo que se demanda su cambio. El papa Francisco se expresa de distinta y misericordiosa manera y se entiende mejor.

Luc Ravel arzobispo de Estrasburgo
Luc Ravel arzobispo de Estrasburgo

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