" Bermúdez por fin reconoce que el Sodalicio está difunto, quizás la única afirmación de todo su artículo que no está reñida con la verdad" El estilo sodálite de afrontar la crisis reputacional: las 15 mentiras de Alejandro Bermúdez

Alejandro Bermúdez
Alejandro Bermúdez Captura de Youtube

"Bermúdez aún reivindica la ‘obediencia ciega’ como la exigía el gurú Figari y sus secuaces"

"El dato periodístico de los mil millones de dólares, ciertamente, será comprobado ante la justicia, aunque quizás no la peruana (al parecer por iniciativa del P. Baertl) sino la norteamericana por iniciativa del Vaticano"

"Bermúdez confunde interesadamente al lector sobre la inmunidad diplomática ‘por la función’ de Scicluna y Bertomeu, ejercida solo durante una ‘misión especial’ que terminó en la primera mitad del 2024"

Alejandro Bermúdez no lee “Religión digital”. Una pena, en especial si pensamos en sus incautos lectores. Si hubiera tan solo ojeado mi artículo del 14 de abril de 2025 “Instrumentos para detectar la manipulación periodística”, nos hubiera ahorrado su ulterior ejemplo de lo que considero periodismo sensacionalista y amarillista, pura propaganda.

En su blog “hoyenlaIglesia”, en concreto, en el epígrafe “Bertomeu vs. la realidad”, hace un nuevo despliegue de todas sus habilidades difamatorias, convenciendo más si cabe a quien se acerque a su blog de la bondad de la decisión de expulsarlo del Sodalicio, tomada en el 2024 por el Dicasterio de los Consagrados y firmado en forma específica por el Papa.

Newsletter de RD · APÚNTATE AQUÍ

Bertomeu
Bertomeu

De nuevo, la “realidad“ de un Bermúdez herido y vengativo consiste en una ulterior manipulación interesada de lo dicho por uno de los dos miembros de la misión especial que investigó durante unos meses el Sodalicio, que luego regresó a su despacho de Doctrina de la Fe como un oficial más que es y que solo desde hace dos días es el Comisario Pontificio para la liquidación de esta sociedad de vida apostólica fundada en 1971 por el laico Luis Fernando Figari Rodrigo.

Bermúdez es desinformación en estado puro, pero miente de modo grosero y evidente. Si existiera una estrategia comunicativa en el extinto Sodalicio para minimizar el coste reputacional de lo ocurrido, Bermúdez sería un verso suelto muy peligroso y contraproducente.

Algunos quizás piensen que lo mejor es callar ante tanto relato cuidadosamente editado para destruir, aunque sea demasiado tarde, una reputación. Otros, en cambio, nos negamos a ser espectadores pasivos. Estamos del lado de la verdad, convencidos de que la mentira solo se derrota con rigor periodístico, mayor transparencia, argumentos sólidos y un tono impecable. Sobretodo, con ética.

Por favor, por una vez lean ‘hoyenlaiglesia’ ni que sea como penitencia. Luego, si se resisten a llegar al final, compárenla con el siguiente examen de todos y cada uno de los argumentos principales expuestos por Bermúdez:

Uno: Bermúdez, en un alarde de negacionismo absurdo y revisionismo histórico, aún da por bueno que el Sodalicio fue “la concreción del Concilio Vaticano II”, cuando este engendro sin carisma divino ha sido suprimido por ser un grupo sectario abusivo.

Alejandro Bermúdez
Alejandro Bermúdez

Dos: Bermúdez aún califica de “revelaciones periodísticas“ las mentiras y manipulaciones de Jorge Calabrés, del cotidiano “El Español”, convenientemente puestas en evidencia en los últimos días.

Tres: Bermúdez calla interesadamente lo esencial del largo proceso investigativo que condujo al castigo de algunos sodálites, es decir, que los acusados del Sodalicio tuvieron derecho a defenderse de los elementos de prueba que se recogieron contra ellos, tanto documentales como testimoniales.

Cuatro: Bermúdez (en lo que quizás es lo más grave a oídos de las víctimas por lo que supone de revictimización), aún reivindica la ‘obediencia ciega’ como la exigía el gurú Figari y sus secuaces, invocando para ello unas citas descontextualizadas de santos, cuando el Sodalicio ha sido suprimido por mandato expreso del Papa, entre otros motivos, por ser una secta abusiva.

Cinco: Como afirma Bermúdez, el dato periodístico de los mil millones de dólares, ciertamente, será comprobado ante la justicia, aunque quizás no la peruana (al parecer por iniciativa del P. Baertl) sino la norteamericana por iniciativa del Vaticano.

Seis: El concepto “misión canónica’’ aplicado a algunas empresas de la asociación civil San Juan Bautista, junto a la posterior consideración de éstas como “islas tributarias” tiene todos los visos de ser un abuso del Concordato y lo que debían ser empresas sin ánimo de lucro, también por los indicios que ha publicado la prensa peruana, habrían lucrado e incluso habrían blanqueado sus beneficios.

El P. Baertl con Enrique Elías, Eduardo Regal, Gonzalo Len
El P. Baertl con Enrique Elías, Eduardo Regal, Gonzalo Len

Siete: Bermúdez niega la verdad subyacente al regalo (de su primo Luis) al sodálite P. Baertl de una offshore (Alma Minerals Limited) y afirma sin pudor una mentira como los ‘viajes’ de Paola Ugaz a Panamá, periodista perseguida por su investigación de los hechos ocurridos en el Sodalicio.

Ocho: Bermúdez califica de mito una noticia probada como la vinculación del abogado del Sodalicio, José Luis Hauyon y del lobbista y ex ministro Hernán Garrido Lecca, con la ex Fiscal General del Estado Patricia Benavides, apartada del cargo a raíz del Operativo Valkiria.

Nueve: Bermúdez confunde interesadamente al lector sobre la inmunidad diplomática ‘por la función’ de Scicluna y Bertomeu, ejercida solo durante una ‘misión especial’ que terminó en la primera mitad del 2024.

Diez: Bermúdez insulta una vez más al Santo Padre con el exabrupto de que los organismos económicos vaticanos que fiscalizaron al Sodalicio, considerados ‘estructura colapsada’, son los responsables de la presunta quiebra de la economía vaticana.

Once: Bermúdez, haciendo un uso emocional del lenguaje con el fin de manipular, califica de 'ignorancia inaceptable o cobardía suprema' lo que son simples afirmaciones muy medidas y prudentes de Bertomeu, quien afirma no querer hablar de lo que no sabe o no ha investigado en profundidad, a diferencia de Bermúdez.

Doce: Bermúdez calla interesadamente que Sor Simona Brambilla (Bertomeu estos días está dictando ejercicios espirituales a unas religiosas en España, aunque no en Barcelona, como inventa de nuevo dicho periodista) fijó la notificación del decreto de supresión para el 9 de abril, reenviado en modo definitivo al 14 de abril, tras aplazar las autoridades del Sodalicio dicha intimación por tercera vez.

Trece: Bermúdez, una vez más, practica la falacia de la culpa por asociación cuando menciona a uno de los muchos abogados que conoce Bertomeu, objeto de una campaña de sospechas difamatorias que avergüenzan a cualquiera y que nada tiene que ver ni con la ‘misión especial’ ni con el proceso liquidador ahora apenas abierto.

El Papa y Bertomeu
El Papa y Bertomeu

Catorce: Bermúdez inventa una conversación mantenida en la embajada USA en Perú, confirmando por otra parte lo afirmado por Bertomeu sobre sus estrechas conexiones con algunos jerarcas de la nueva administración Trump (‘una declaración que puedo confirmar está en oídos de la administración norteamericana, y específicamente del vicepresidente Vance’).

Quince: Bermúdez por fin reconoce que el Sodalicio está difunto, quizás la única afirmación de todo su artículo que no está reñida con la verdad.

Etiquetas

Volver arriba