" Si hoy las mujeres ocupamos espacios de gobierno en la Iglesia es gracias al empeño de Francisco" ¿Quién va a sostener la Esperanza? En la muerte del Papa Francisco

"Francisco abrió caminos de encuentro y de rebajamiento: llevó el Evangelio al Vaticano. Hizo hondas reformas en la Curia y mejoró la transparencia económica"
"Fue un Papa en diálogo, abierto al mundo, que renunció a los palacios papales para vivir en Santa Marta. Lo vimos en el comedor, con su bandeja en la mano, sentado a la mesa con quien había en la casa"
"También le vimos cambiar en estos doce años la forma de vernos a nosotras, las mujeres. Hizo lo que ningún Papa había hecho antes: dar los primeros pasos en la igualdad. Pasos tímidos, sí, pero decididos. Si hoy las mujeres ocupamos espacios de gobierno en la Iglesia es gracias al empeño de Francisco"
"También le vimos cambiar en estos doce años la forma de vernos a nosotras, las mujeres. Hizo lo que ningún Papa había hecho antes: dar los primeros pasos en la igualdad. Pasos tímidos, sí, pero decididos. Si hoy las mujeres ocupamos espacios de gobierno en la Iglesia es gracias al empeño de Francisco"
| Asoc. Mulleres Cristiás Galegas Exeria
No por previsible resulta menos triste la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Doce años de pontificado que, en la línea de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II, iniciaron un cambio de rumbo en la Iglesia, esa institución tan antigua como difícil de mover. E pur si muove! Francisco abrió caminos de encuentro y de rebajamiento: llevó el Evangelio al Vaticano. Hizo hondas reformas en la Curia y mejoró la transparencia económica. Lo retratan también sus visitas pastorales: la primera fue a Lampedusa, en plena crisis migratoria; la última, hace cuatro días, a la cárcel Regina Coeli de Roma.
Fue un Papa en diálogo, abierto al mundo, que renunció a los palacios papales para vivir en Santa Marta. Lo vimos en el comedor, con su bandeja en la mano, sentado a la mesa con quien había en la casa.
Puso coto al clericalismo, acabó con el Sodalicio y con las prelaturas personales (nombradamente la del Opus Dei) Se puso en el lugar de las víctimas y afrontó con seriedad y dureza los abusos en el seno de la Iglesia, descabezando a quién lo protegía (el caso de los obispos de Chile) y abogó por la implementación en las diócesis de oficinas de atención a las víctimas.

Vimos a un Papa que se esforzaba en la apertura de la Iglesia a la sociedad, que nos animaba a salir al mundo, a pisar las periferias sin miedo a mancharnos (Evangelii Gaudium), que apostaba fuertemente por el cuidado de la casa común elevando la ecología a categoría espiritual y denunciando los modelos económicos que arrasan con la tierra y generan empobrecidos (Laudato Sii). Lo vimos urgir a la comensalidade abierta de la fraternidad universal (Fratelli Tutti) y nos pidió acompañamiento, comprensión y respeto a las diferencias humanas en las distintas situaciones vitales, reivindicando la ternura como herramienta pastoral (Amoris Laetitia).
También le vimos cambiar en estos doce años la forma de vernos a nosotras, las mujeres. Hizo lo que ningún Papa había hecho antes: dar los primeros pasos en la igualdad. Pasos tímidos, sí, pero decididos. Si hoy las mujeres ocupamos espacios de gobierno en la Iglesia es gracias al empeño de Francisco.
El camino de la igualdad apenas está iniciado, y no podemos menos de mirar adelante y preguntarnos: ¿seguirá? ¿Qué pasará ahora en las diócesis, en las parroquias, en los dicasterios,... en los que la presencia femenina empezaba a ser relevante en cargos de responsabilidad?
El camino de la igualdad apenas está iniciado, y no podemos menos de mirar adelante y preguntarnos: ¿seguirá? ¿Qué pasará ahora en las diócesis, en las parroquias, en los dicasterios,... en los que la presencia femenina empezaba a ser relevante en cargos de responsabilidad?

Y aún con más amplitud nos preguntamos: ¿qué pasará con el legado que Francisco deja? ¿Volverá el nuevo Papa a ponerse los escarpines rojos? ¿Se volverá a encerrar en su palacio? ¿Qué pasará en esas diócesis donde sus obispos empezaban, tímidamente, a dar pasos de apertura evangélica?
La homilía del Papa del pasado domingo hablaba de paz, de acogida, de justicia en un mundo en el que cada día que pasa se ven más necesarias... ¿Quién va a sostener esa esperanza?
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