La Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede) rechazó este viernes que un funeral de Estado sea "de una sola confesión", porque la responsabilidad de organizar el acto institucional no es del arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluìs Martínez Sistach, sino de los gobiernos de España y Cataluña.
Por ello, acusa a la Administración de ceder ante "las pretensiones anacrónicas" de la Iglesia. A través de un comunicado, Ferede confirma que envió una carta el 20 de abril a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a los Reyes y al Gobierno catalán, para pedirles que el acto religioso que se celebrará este lunes en Barcelona sea "una ceremonia institucional acorde con los principios de neutralidad y no confesionalidad contenidos en nuestra Constitución".
Para la comunidad evangélica lo adecuado sería "un acto solemne de carácter civil, celebrado en un lugar civil, presidido por la autoridad civil", en el que haya también "una participación multiconfesional y representativa de las distintas creencias e ideologías de las víctimas", de sus familiares y de "otras posibles sensibilidades culturales e ideológicas".
"En su defecto", añade el texto, podría seguirse "el ejemplo" del reciente funeral de Estado de Alemania, con un acto multiconfesional.
El comunicado también pide a los gobiernos central y autonómico que estén "a la altura de las circunstancias" ante "las pretensiones anacrónicas de un sector de la Iglesia católica -muy poderoso aún- atrincherado en la nostalgia de un tiempo y una España, cuyos cambios se niegan a reconocer".
Desde Ferede se recuerda, además, que la propuesta de Sistach de que las minorías religiosas tengan una participación marginal, posterior al acto central, es "idéntica" a la que defendió el exarzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, en el funeral de Estado por las víctimas del accidente aéreo de Spanair.
(RD/Agencias)