"El único lenguaje que entiende el Sodalicio es el de la venganza y el matoneo" Paola Ugaz: "Gracias al Papa, a Scicluna-Bertomeu, a Brambilla, hubo crimen y habrá castigo para el Sodalicio"

Fue una de las periodistas, junto a Pedro Salinas, que contribuyó decisivamente a destapar los abusos del Sodalicio y su fundador, Luis Fernando Figari. Paola Ugaz, que ha sufrido lo indecible por sacar a la luz la verdad, y por ofrecer justicia a las víctimas, contempla con expectación la futura decisión del Papa Francisco (confirmada por el propio Sodalicio, los obispos peruanos y el mismo Bergoglio) de la disolución de la asociación.

-¿Cómo has recibido, primero la filtración, después la confirmación por parte del Sodalicio de su disolución?

La valiente decisión del Papa Francisco de suprimir al Sodalicio pone al Perú en el mapa mundial, donde por vez primera se suprime una organización católica que ha cometido abusos contra sus miembros, ha hecho el mal uso del dinero usando a la Iglesia Católica, con total impunidad durante 50 años. El sacerdote Jaime Baertl, jefe de facto del Sodalicio y quien maneja todos los negocios, era uno de los hombres más poderosos del país, pero se refugió en la sociedad peruana para que nadie lo reconociera. Todo un poder en las sombras que solo salió de esa sombra gracias a la investigación del dinero que emergió después del libro 'Mitad monjes, mitad soldados'. Las emociones que sentimos junto a Pedro Salinas, José Enrique Escardó, Martín Sheuch, y todos los que acompañaron esta ruta, son diversas y son muy bonitas. Todavía no terminamos de procesarlas, pero siento que en esta historia hubo crimen y gracias al Papa Francisco, a la misión formada por Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, y la prefecta Simona Brambila, hubo crimen y también habrá castigo.

-¿Qué crees que pasará ahora?

Hay bastante de justicia poética en que la supresión del Sodalicio haya sido firmada por una mujer como es la prefecta Simona Brambila. Una organización que ha demostrado ser misógina contra Rocío Figueroa, Camila Bustamante, Camila Alvi, Fernanda Duque, es paradójico. Brambilla empatizó con las decenas de pedidos de las víctimas para que esta organización se cierre. Lo que viene tiene que ser ecrito, y todavía no sabemos qué va a pasar, pero sí siento que la Iglesia católica, en este caso, ha actuado correctamente. Antes, Luis Figari fue durante muchos años el niño mimado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, era asesor de juventudes y el Sodalicio, que traía muchas vocaciones, hacía que se taparan todas las dudas. ahora, se abre otro camino que hará que otras organizaciones similares al Sodalicio, como los Heraldos del Evangelio, pongan sus barbas en remojo.

-¿Tiene alguna posibilidad el Sodalicio de ser ‘refundado’?

El caso del Sodalicio es parecido a lo que pasó con las denuncias contra el fundador de los Legionarios de Cristo, junto con manejos del dinero usando a la Iglesia católica. A diferencia de lo que sucedió con ellos, donde gracias al consejo del jesuita Gianfranco Ghirlanda se hizo lo que decía Lampedusa, cambia algo para que nada cambie, en este caso el manejo del dinero sodalité fue muy grande, muy burdo, muy obvio.

-¿De qué estamos hablando más allá del Sodalicio (empresas, poder económico y político, presión en Perú y el Vaticano…)?

Al comienzo, cuando publicamos el libro, no teníamos mucha información sobre eso. A los pocos meses, empecé a investigar las finanzas y me encontré con una historia absolutamente impresionante. Estamos hablando de una organización que utilizó el concordato firmado entre el Perú y el Vaticano para hacer negocios, para poder tener nueve cementerios, universidad, colegios...  A nivel mundial están en Denver, en Colombia, en Ecuador, en Costa Rica, en Chile, estaban en Argentina, en Brasil... El método que inventa Jaime Baertl implica aliarse a familias poderosas, tanto políticas como empresariales, y hacer negocios con ellas. Baertl, vestido de sacerdote, con un carisma y una inteligencia impresionantes, les prometía ganar 30 o 40% más en los negocios que hacía el Sodalicio, que no pagaba impuestos. El boom del crecimiento del Sodalicio se inicia en el año 2000, con el cementerio en Lurín del Parque del Recuerdo, al sur de Lima, y ahí empieza el gran crecimiento en todas las empresas. Después, en Piura, que falicitó otros negocios: inmobiliarias, agroexportadoras, importadoras de mariscos, todo negocio que se podía hacer...

Durante años, habéis sido perseguidos con dureza...

La persecución se inició en el 2018, tras la denuncia del obispo de Piura, ahora ex obispo, José Antonio Eguren, contra mí y contra Pedro Salinas. En 2019 fui la periodista más demandada del país. Nos amanazaron de muerte, siguieron a Pedroen su casa... Abrumada, me vi obligada a buscar la manera de ver al Papa Francisco, con quien logro reunirme en noviembre de 2022. Gracias a su decidida actuación, y al envío de la misión formada por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y monseñor Jordi Bertomeu, la historia tomó un giro absolutamente diferente. Nadie, podía prever en julio de 2023, días antes de que llegara la misiónl que esta historia iba a acabar así. Nadie. Es impresionante lo que ha pasado, es impresionante este giro de timón. Ver la cara de felicidad de los miembros y ex miembros del Sodalicio... es algo que no había visto nunca. Por eso mis gracias infinitas al Papa, a la misión, y a Simona Brambilla. Y también, muy en especial, a Robert Prevost.

-¿Cuál es el papel que están jugando los obispos peruanos?

El rol de los obispos es diferenciado. De los 54 obispos a nivel nacional han habido excepciones, por supuesto, con Kai Schmeichausen, Robert Prevost, Carlos Castillo, Reinaldo Nahn, Pedro Barreto... Ellos siempre estuvieron del lado de la escucha de las víctimas, peleando, discutiendo. Pero no hay nadie más en esta lista. Todos los demás han mirado a otro lado. Solo así se explica durante más de 50 años, esta organización haya tenido tanta impunidad, que no haya pasado nada desde que José Enrique Escardó los denunció en el año 2000. La última elección de la Conferencia Episcopal no siguió la invocación de jordi Bertomeu, que se reunió con ellos y les informó de supresión del Sodalicio, y pidió hacer una elección por las víctimas. Los obispos eligieron al obispo de Lurín, Carlos García Camader, que fue el que dio el pistoletazo inicial de los negocios del Sodalicio al poner un cementerio en sus diócesis. El saliente, Miguel Cabrejos, defendió su labor, y si uno ve su rol, lo único que hizo fue nueve comunicados en diez años.... Quieren torcer la historia, no contar lo que dejaron de hacer, y en lugar de pedir perdón seguir ligados al Sodalicio.

-Háblanos del testimonio de Kay Smalhausen

El valiente testimonio de Kai Schmauhausen es una muestra más de la indolencia de los obispos peruanos ante una denuncia grave de abuso. Denunciar a cuatro miembros del Sodalicio que abusaron de un joven como él, que luego fue obispo y no pudo encontrar un espacio para que lo escuchen, dice mucho del papel de la Iglesia Católica peruana, que con excepciones solo miró al otro lado. La valía de Kai no tiene precio y creo que debería ser reivindicado de alguna manera por la misma Iglesia Católica que en su momento lo defenestró.

-Otras instituciones como el Opus Dei, o más en concreto, López Aliaga, parece que jugaron un papel de protección del Sodalicio. ¿A qué crees que se debe?

Sin el apoyo empresarial y de los políticos más influyentes en el país, además obviamente de la iglesia, una organización como el Sodalicio no hubiera durado más de 50 años sin que le pasara nada. Estamos hablando del apoyo del partido Fuerza Popular, liderado por Keiko Fujimori: la hija de uno de sus asesores, Vicente Silva Checa, es fraterna, la rama femenina del Sudalicio. El Estado peruano también miró a otro lado. jaime Baertl también tiene amigos, como el expresidente Alan García, o Rafael López Aliaga, que es socio del Sodalicio. López Aliaga tiene mucho que explicar de sus lazos con el Sodalicio: es una suerte de émulo de lo que serían Javier Milei o Bolsonaro, y quiere ser candidato a la presidencia en 2026.

-Jordi Bertomeu está sufriendo un auténtico acoso por parte de sodalités (y ex). ¿Qué opinas sobre esto?

Jordi Bertomeu ha sufrido una campaña de enlodamiento, como el cardenal Prevost, que llegó a sufrir una demanda. Los religiosos que estaban defendiendo a las víctimas del caso Sodalicio han experimentado en carne propia todo lo que hemos denunciado los periodistas a lo largo de este tiempo. El único lenguaje que entiende el Sodalicio es el de la venganza y el matoneo. Eso lo vio Bertomeu, y se dieron cuenta de que no podían dejar que una organización con esas malas prácticas siga existiendo. 

En este sentido, el encuentro que ha tenido el Papa con José Enrique Escardó también es muy importante, muy simbólico, y demuestra cuán apoyadas se sienten las víctimas tras este encuentro. Estamos hablando de alguien que denunció en el año 2000, y que gracias al apoyo de Francisco, de la comunidad internacional, de países como Reino Unido, Estados Unidos, hemos podido llegar hasta aquí. No ha sido fácil: nuestra libertad estaba en juego, y el temor, el miedo que ejercía el Sodalicio en el país era inmenso.