El Papa reza el Padre Nuestro con la Delegación Ecuménica de Finlandia Francisco: "La meta de la unidad no está lejos, no es inalcanzable"
"Ha habido momentos en que la veneración de los santos parecía dividir más que unir a los creyentes católicos y ortodoxos, por un lado, y a los creyentes evangélicos, por otro"
"Hagamos que esta cita ecuménica no se reduzca a un cumplimiento y que no se vuelva autorreferencial: que tenga siempre la savia del Espíritu Santo y que esté abierta para acoger a los hermanos más pobres y olvidados, y también a los que se sienten abandonados por Dios, que han perdido el camino de la fe y de la esperanza"
Es uno de los actos tradicionales de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Desde hace años, el Papa Francisco recibe a la Delegación Ecuménica de Finlandia, con los que mantiene un encuentro y unas reflexiones en torno a la ansiada meta de la unidad de los cristianos.
Este año, con un mensaje esperanzado: "Estamos en camino y nuestra meta común es Jesucristo. Y esta meta no está lejos, no es inalcanzable, porque el Señor ha salido a nuestro encuentro con su misericordia, se ha acercado en la Encarnación y se ha hecho Camino, para que podamos caminar seguros, en medio de las encrucijadas y las falsas direcciones del mundo, a menudo mentiroso", señaló, en su discurso, Bergoglio.
"Me alegro de que hayáis venido a Roma de nuevo este año para celebrar juntos la fiesta de san Enrique, en la ya probada forma ecuménica", recalcó el Papa, quien agraddeció al obispo Åstrand, su reflexión "llena de referenciasa los testimonios de los santos y de espíritu ecuménico".
El camino de una Iglesia peregrina
"Me han impresionado tus reflexiones sobre el valor del camino y de la Iglesia peregrina", admitió el Papa, quien reivindicó el papel de los santos como "hermanos y hermanas que han recorrido este camino hasta el final y han llegado a la meta" y que "nos acompañan como testigos vivos de Cristo, nuestro Camino, Verdad y Vida".
"Como luces encendidas por Dios, brillan ante nosotros para que no perdamos de vista la meta", añadió Bergoglio, admitiendo que "ha habido momentos en que la veneración de los santos parecía dividir más que unir a los creyentes católicos y ortodoxos, por un lado, y a los creyentes evangélicos, por otro".
"Pero no es así como debería ser y, de hecho, nunca ha sido así en la fe del santo pueblo fiel de Dios", advirtió el Papa, quien invitó a "hacer memoria de los santos, para fortalecer nuestra fe, al ver cómo recibieron la gracia y cómo fueron ayudados por la fe; y para tomar ejemplo de sus buenas obras".
"Este encuentro con vosotros es un signo vivo en el contexto de la Semana de oración por la unidad de los cristianos que comenzó ayer", culminó Francisco, quien invitó a que "hagamos que esta cita ecuménica no se reduzca a un cumplimiento y que no se vuelva autorreferencial: que tenga siempre la savia del Espíritu Santo y que esté abierta para acoger a los hermanos más pobres y olvidados, y también a los que se sienten abandonados por Dios, que han perdido el camino de la fe y de la esperanza", antes de que todos, cada uno en su propia lengua, rezaran juntos el Padre Nuestro.