Vivir reconciliados
Presento la portada y editorial de nuestra revista MISIÓN JOVEN (www.misionjoven.org) de marzo:
VIVIR RECONCILIADOS
“La creación entera gime hasta el presente
y sufre dolores de parto.
Y no sólo ella; también nosotros,
que poseemos las primicias del Espíritu,
nosotros mismos gemimos en nuestro interior
anhelando el rescate de nuestro cuerpo”
(Rom 8,23)
“Lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy
es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones”
(Papa Francisco)
Quedan ya muy lejanos aquellos momentos de euforia optimista vividos en Occidente tras la caída del Muro de Berlín, en 1989. Entonces, ensayistas como Francis Fukuyama proclamaron “el fin dela historia”, anunciando el triunfo del capitalismo y un futuro sereno y de constante progreso y bienestar socio-económico.
Lejos de esas optimistas previsiones, en el mundo actual se percibe tensión, amargura, violencia, indignación… Nos falta armonía interior y exterior. El papa Francisco constata en su exhortación Evangelii Gaudium que “algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad” (EG 52). Analizando las causas de esta situación, concluye el Papa que “hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida” (EG 53).
Por eso es necesario experimentar y vivir la sanación y la reconciliación en los diversos niveles individuales y sociales: necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos, con las otras personas, con el medio ambiente, con las estructuras sociales, económicas y políticas. Especialmente en este último caso, vivir reconciliados no será “dejar las cosas como están”, sino ser críticos y luchadores, pero sin ser tampoco personas amargadas. No debemos engañarnos ni buscar soluciones fáciles o cómodas, pues “mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales” (EG 202).
Por una pastoral de la reconciliación
En una situación como la descrita, parece profética la famosa frase pronunciada por Martin Heidegger en una de las últimas entrevistas que concedió a la prensa: “Ahora sólo un Dios puede salvarnos”. Nosotros creemos que es verdad. No obstante, Dios se nos ha adelantado (Él siempre nos “primerea”, por citar la expresión de Francisco) y ya ha dado el primer paso y nos ha reconciliado en Cristo.
Una tarea prioritaria de la pastoral cristiana, por tanto, es hacer llegar al ser humano los efectos de dicha reconciliación. Y en un mundo tan herido, tan necesitado de sanación, la prioridad es “curar las heridas más urgentes y sangrantes”, como en un hospital de campaña, según otra conocida expresión del Papa actual. Refiriéndose directamente a los jóvenes, en Evangelii Gaudium leemos que “los jóvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas (EG 105).
Efectivamente, la generación juvenil actual va a salir bastante dañada de la crisis económica, social y cultural que atravesamos. Una pastoral juvenil de la reconciliación procurará paliar los daños y abrir vías positivas de futuro.
Los estudios de este número
Los estudios de este mes se dedican a describir las principales heridas personales y sociales que hoy encontramos en las personas, especialmente jóvenes, y señalar caminos de sanación. Hemos dejado sin tratar un aspecto de la reconciliación, evidentemente muy importante, como es el sacramental. En futuros números volveremos sobre ello. En este número hemos preferido describir con detalle por qué las personas necesitan “curar y sanar sus heridas”.
- El artículo “Heridas emocionales. Heridas pendientes de sanar para ser feliz”, firmado por un terapeuta de amplia experiencia, Antonio Ríos Sarrió, se centra en la descripción de las heridas emocionales personales.
- Agustín Blanco Martín, director general de la Fundación Encuentro, nos habla de las heridas económicas y sociales que causan hoy dolor y pérdida de calidad de vida y de derechos sociales. Su estudio se titula “Una sociedad necesitada de reconciliación”.
- Por fin, Jesús Rojano Martínez presenta los principales rasgos de “Una pastoral juvenil de sanación y reconciliación”.
JESÚS ROJANO MARTÍNEZ
misionjoven@pjs.es