VILLANCICO DEL ANGEL CURIOSO
Quisiera ser ese ángel curiosón
que, escapando del gran coro celestial,
se introdujera esta noche en el portal
a divisar lo que ocurre en un rincón.
Quisiera ser solo uno del montón:
entre los pastores el pobre zagal,
que, sin el permiso de su mayoral,
fuera a cantarte su mejor canción.
Quisiera por fin ser nadie ni nada
para verte nacer, Niño, en la hora
en que el mundo brilló, dejar la prisa
y acurrucar mi ser en tu mirada
junto a esta tierra que padece y llora
en busca del calor de tu sonrisa.
Pedro Miguel Lamet