Colonialismo e inmigración a cinco siglos del descubrimiento "Calladita", la otra cara del colonialismo…que continúa

"Calladita", la otra cara del colonialismo…que continúa
"Calladita", la otra cara del colonialismo…que continúa

“Calladita” es una película sobre una de las tantas víctimas de la inmigración, una de las secuelas colonialismo que sigue hiriendo a la humanidad...la han engañado prometiendo tramitar su residencia y la hacen trabajar hasta la extenuación, creyendo que, después de todo, “le hacen un favor” ... 

...estructuras sociales de pecado que llevan siglos afianzándose y actualmente centuplicadas por la renovada explotación de las corporaciones internacionales que ya no necesitan más ni Dios ni civilización para justificarse. Hoy, basta legitimarse con la falacia de un libre mercado…manipulado por el poder tecnocrático, que promete falsamente “derramarse” …en algún momento.

"La realidad “más real” desde la cual hay que leer toda la realidad es aquella del “pueblo crucificado” (I. Ellacuría)... signo de los tiempos para interpretar la realidad en su totalidad. Todos seremos juzgados en esta etapa de la historia, heredera y cómplice de pecados estructurales, por esto: "fui migrante y sometida...¿me ayudasteis?" (Mt 25).

Ana, el rostro de millones de colonizados y explotados

“Calladita” es una película sobre una de las tantas víctimas de la inmigración, una de las secuelas colonialismo que sigue hiriendo a la humanidad. Ana, inmigrante “sin papeles” colombiana, es empleada doméstica en una lujosa mansión de una familia burguesa de marchantes de arte. La han engañado prometiendo tramitar su residencia y la hacen trabajar hasta la extenuación, creyendo que, después de todo, “le hacen un favor” a esta "indocumentada". Es el típico mecanismo de tranquilizar la conciencia con una falsa caridad…que beneficia. 

Ana es el rostro de mujeres, migrantes, personas racializadas, madres solteras que dejan a sus hijos para viajar a otro país con la esperanza de enviar dinero para ayudar a la familia. Estas remesas siempre son inferiores a la riqueza que dejan en el país con su trabajo a destajo. Las moneditas que envían es muchísimo menos que las regalías que las empresas multinacionales extractivas, instaladas en sus países colonizados, envían a sus casas matrices en las metrópolis del "primer mundo".

La mayoría llegan en avión y legalmente. No en pateras y dando "miedo" que es como los políticos los demonizan. Son mano de obra que  sostiene la economía del campo, la construcción, cuidado de ancianos, la hostelería, riders, repartidores del floreciente comercio online, la industria turística con miles de "kellys" explotadas, y miles de "auxiliares" de todo, cuyos títulos se retardan años en homologarse a pesar de la necesidad de sus oficios. Europa se detendría en cinco minutos si no estuvieran.

Las mujeres como Ana, lavan, planchan, tienden la cama, cocinan, friegan el piso, destapan el váter, recogen a los niños de la escuela, sacan fotos a los hijos y preparan bebidas para los invitados. Todo y a cualquier hora. Eso sí, el sometimiento se lleva a cabo con buenos modos, para que no parezca “maltrato”. Sin embargo, a sus espaldas, los "señores" la viven criticando y presumiendo su “mala fe” y "viveza".

Se le dice que es “como de la familia”, para chantajearla emocionalmente, pero “solo que ella le limpia el culo a la abuela y los otros no” ("Nana", film de Luciana Decker). Ellas ya tienen su familia con la que su oficio semiesclavo “no concilia” horarios. Sus sueldos son bajísimos, sin cotizaciones, el trabajo humillante y basta cualquier traspié para dejarla de “patitas en la calle”.

las que sirven
las que sirven

Las latinoamericanas son un 23% de las domésticas que existen en el mundo. Son las embajadoras de la región más desigual del planeta, allí donde la colonización ha perpetuado culturalmente su estructura socioeconómica y política. Allí los oprimidos de la primera colonización, reprodujeron la dominación, por eso en aquellas sociedades, quedaron esos hábitos y nuevas clases dominantes autóctonas siguieron a las que se fueron. Son elites más opresoras que las anteriores, cipayos que pactan con el gran capital extranjero. Otra sería la historia de la inmigración si los países negociaran como socios y no como dominadores-dominados y el occidente opíparo no externalizara sus costos hacia el tercer mundo.

El Servicio Doméstico Activo (Sedoac) quiere acabar con el sistema de internado. El organismo agrupa a las trabajadoras del hogar en España, de las cuales casi el 85% son latinoamericanas. “Es una apropiación del cuerpo de la persona que trabaja. Firmas un horario de 40 horas semanales y terminas realizando 60", argumenta Edith Espinola, su portavoz.

En el film no hay nada de “Malinches” mitificadas por el arte colonizador, sino pobres mujeres reales, cuyo oficio de sirvientas “perpetúan jerarquías basadas en la condición socioeconómica, raza y etnia”, según afirma la Organización Internacional del Trabajo.

“Calladita” es una película que se suma a las muchas sobre estos temas como Roma (2018) Amador (2010), Libertad (2021). Es la rebelión de la "sirvienta" en un "Parásitos" español. La película fue dirigida por Miguel Faus y apoyada por Steven Soderbergh, un legendario cineasta que apoya películas con profundidad humana. 

“Calladita” destaca esa típica tranquilidad de un mundo burgués de apariencias, refinamientos culturetas y egoísmos que no perciben o no quieren ver el sufrimiento del otro… al cual explota de modo directo en este caso y estructuralmente en cuanto son parte de elites de una sociedad de las mismas características.

Mucha “educación”, “buenos modales” y “corrección” clasista, que es un barniz de civilización de almas perversas. Uno no puede dejar de recordar las palabras de Jesús: “Ay de vosotros los ricos” (Lc 6,24), tan blanqueados y correctos por fuera y tan degradados humanamente por dentro.

Con esa amabilidad tan falsa con quienes les sirven, esa soberbia paternalista que da el privilegio, que se prolonga en el trato de los hijos malcriados y consentidos cuyo “mérito” será la herencia, que perpetúa la desigualdad de una sociedad de acumulación contraria a la movilidad ascensional que premie el verdadero esfuerzo. 

Podríamos clasificarlos en la tribu de los “pijoprogre”, como describe Sergio del Molino con tanta perspicacia en su libro homónimo. Un correcto discurso progresista “como debe ser” y una vida burguesa carente de compromiso político-social, solo preocupada por competir por apariencias culturosas y vivir en una “Happycracia” de pudientes.

Las inmigrantes como Ana suelen ser creyentes, pero tienen poca fe en las autoridades religiosas . Son muchos los testimonios de no recibir apoyo del párroco y del obispo local. Esta es otra prueba de cómo no toda la iglesia ha optado por “cargar con la realidad migratoria”, o acaso ¿alguno escucha siquiera predicar de ello en los púlpitos dominicales?. Si lo hicieran tal vez habría menos xenofobia en una sociedad que se deja llenar la cabeza de fantasías ultras.

Sin embargo, quien se lleva el primer premio en eso de que a uno le limpien la mugre y le cocinen baratito o gratis, es una "institución" del Opus Dei. No es un caso aislado ya que el Opus es una matriz que se copia igual en todas partes del mundo. Acaban de procesarla en Argentina por delitos de reducción a la servidumbre contra varias mujeres y de trata de personas, por hechos entre 1972 y 2015,( pic.twitter.com/mJpp6dA5VR ) . Explotar al débil trasciende fronteras ideológicas, todos tenemos algo de culpa, desde la izquierda pija hasta el conservadurismo con fama de más "religioso".

La institución seleccionaba niñas "no contaminadas",provenientes de zonas rurales pobres, quienes eran llevadas con el engaño de recibir formación y trabajo. Pero en realidad, su objetivo era proveer de sirvientas sumisas, "santas" y sin costo, a la elite de esta iglesia dentro de la iglesia. Los testimonios de manipulación psicológica y sometimiento de conciencias de las que han logrado escapar, son apabullantes: https://www.youtube.com/watch?v=zmA-2RQ2sjs

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Inmigración: la continuidad del colonialismo

En general, lo que está en juego sistémicamente es la inmigración como continuación del colonialismo. Ésta es una inmigración provocada por ese colonialismo y a la vez combatida hipócritamente por el mismo, ya que se sirve de él por detrás, en régimen de servidumbre e ilegalidad de miles de personas para hacer trabajos que los del lugar no quieren hacer.

El colonialismo siempre será el triunfo del que tiene el poder, que invade, saquea, humilla y luego teje un elaborado discurso legitimante con leyendas rosas para los propios y negras para los otros. La “evangelización” (s.XVI) o “la carga del hombre blanco” civilizador, (s.XIX), son excusas para que el explotador arrase con los débiles del mundo y los ingenuos crean que defender esas gestas depredadoras es “patriotismo”. Además, siempre habrá una justificación que se conforme con que “los otros eran peores”.

El llenar bibliotecas enteras con derecho internacional y derechos humanos, no produce por arte de magia el respeto de los mismos. La mayoría de las veces justifica e incita su atropello, como explica San Pablo en su crítica a la ley. Se puede cumplir por fuera hasta la última letra de los diez mandamientos y ser un monstruo de soberbia y egoísmo. ¿No tenemos acaso un derecho internacional brillante, unas Naciones Unidas como nunca y una iglesia llena de documentos y sin embargo las guerras, las desigualdades, la hipocresía y las exclusiones están desatadas?

el intercambio colonizador
el intercambio colonizador

El colonialismo es un mal estructural con consecuencias históricas. Lamentablemente, casi ningún país europeo puede tirar la primera piedra. Pero sí comenzar a reparar las consecuencias y cerrar un ciclo que beneficiará a todos. Comenzando por la inmigración, que es una de sus secuelas más actuales.

“Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7,15) diría Jesús con los frutos de quinientos años de colonización que se prolongan actualmente en la inmigración de supervivencia. América latina es la región más desigual del mundo, un fruto que no se puede achacar a una "pereza étnica".

Son estructuras sociales de pecado que llevan siglos afianzándose y actualmente centuplicadas por la renovada explotación de las corporaciones internacionales que ya no necesitan más ni Dios ni civilización para justificarse. Hoy, basta legitimarse con la falacia de un libre mercado…manipulado por el poder tecnocrático, que promete falsamente “derramarse” …en algún momento que nunca llegará porque "la ambición del hombre es infinita" (A.Smith).

doroty day y su lucha por los inmigrantesexplotados
doroty day y su lucha por los inmigrantesexplotados

Un Cristianismo que se "haga cargo de la injusticia migratoria"

"La realidad “más real” desde la cual hay que leer toda la realidad es aquella del “pueblo crucificado” (I. Ellacuría). Éste se constituye con mayorías empobrecidas y marginadas, el signo de los tiempos  desde el cual el cristiano ha de interpretar la realidad en su totalidad. Todos seremos juzgados en esta etapa de la historia, heredera y cómplice de pecados estructurales, por esto: "fui migrante y sometida...¿me ayudasteis?" (Mt 25).

La crucifixión de la discriminación, explotación, exclusión y la muerte "fácil", son realidades cotidianas en el mundo de las migraciones, que nos hacen preguntar, si Dios los ha abandonado. Jesús se ha entregado con ellos en nuestras manos, para que lo bajemos de la Cruz y hacer real la Resurrección para todos. 

Creemos en un Dios que no abandona a su pueblo, a sus hijos, sino que desde el Éxodo nos acompaña en el camino hacia la tierra prometida. Los migrantes nos conducen al verdadero Dios, el Dios de Jesucristo, que no se encuentra solo en el templo ni en místicas evasivas, que no se queda en los cielos indiferente a los problemas de la humanidad sino un Dios de tienda de campaña y Misericordia que se hizo carne entre nosotros. Dios es migrante y peregrino con la humanidad.

poliedroyperiferia@gmail.com

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