Jesús, el corazón de los Pobres “Para recibir lo divino hay que construir una «casa de huéspedes”.

Un Corazón fuerte para amar, luchar e incluir.
Un Corazón fuerte para amar, luchar e incluir.

El Papa pide respeto hacia esta devoción tan difundida en la religiosidad popular... porque hay más racionalidad y sabiduría en ella que en muchas otras formas más elaboradas y “cultas” 

el Corazón es un rechazo a la mentalidad racionalista y tecnocrática actual, que reduce la experiencia humana necesitada de amor y trascendencia. Pero también es una crítica a la posmodernidad líquida (Z. Baumann) llena de emocionalidad hueca...

el concepto de Corazón viene del antiguo Testamento y recorre toda la historia de la teología más allá de las “experiencias místicas” de Santa Margarita Alacoque (1673) que fueron “respuesta al rigorismo jansenista, que había acabado por desconocer la infinita misericordia de Dios”. (DN 80)

La encíclica previene de una deriva individualista que no incluya al hermano. El corazón de Jesús no es una receta de devoción intimista en esta época abundante en meditaciones narcisistas y carente de samaritanismos colectivos. 

no es fácil hoy “re proponer” una devoción tan legítima cuando en el inconsciente colectivo quedan imágenes históricas poco favorables por su manipulación ideológica.

No es la primera vez que el Papa Francisco habla del Corazón como la profundidad de la persona, en la cual se encarnó el Hijo de Dios. Ya lo ha hecho en todas sus encíclicas y documentos como el dedicado a Blas Pascal y sus “razones del corazón que la razón no entiende” (Sublimitas et miseria hominis).

La insistencia en el Corazón es un rechazo a la mentalidad racionalista y tecnocrática actual, que reduce la experiencia humana necesitada de amor y trascendencia. Pero también es una crítica a la posmodernidad líquida (Z. Baumann) llena de emocionalidad hueca y que Francisco expresa con un recuerdo de la niñez, cuando su abuela hacía unas galletas con muchas burbujas: “estas galletas son como las mentiras, parecen grandes, pero no tienen nada dentro, no hay nada verdadero allí; no hay nada de sustancia”». (DN 7)

Inteligencia y sentimientos se encuentran en el corazón, que busca la síntesis entre fe, razón que cada uno de nosotros está llamado a realizar en su vida. El símbolo del corazón como “intus-legere” de sabiduría y encuentro, viene del antiguo Testamento y recorre toda la historia de la teología. En este camino, las “experiencias místicas” de Santa Margarita Alacoque (1673) fueron “la respuesta al rigorismo jansenista, que había acabado por desconocer la infinita misericordia de Dios”. (DN 80)

El Papa pide respeto hacia esta devoción tan difundida en la religiosidad popular: “ruego que nadie se burle de las expresiones de fervor creyente del santo pueblo fiel de Dios, que en su piedad popular intenta consolar a Cristo”, porque hay más racionalidad y sabiduría en ella que en muchas otras formas más elaboradas y “cultas” (DN 160). Por eso dedica la encíclica a profundizar el contenido teológico de esta devoción al Corazón de Jesús para re proponerla a todo el Pueblo de Dios.

La intención de la encíclica no es retrotópica (la utopía de volver al pasado):  no es “reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades”. (DN 219) Pero es una advertencia que no sabemos si podrá contrarrestar la manipulación histórica que se ha hecho de esta devoción para convertirla en un estandarte de actitudes conservadoras y “de cruzada”.

Ideologización del Sagrado Corazón

El integrismo y el nacionalismo empañaron la pureza de la devoción cuando la manipularon para beneficio de ideas políticas antiliberales a fines del siglo XIX, lo que provocó que se interprete la devoción como un signo de reacción clerical.

Luego, en el s. XX la devoción al Corazón de Jesús se mezcló con la exaltación y legitimación ritual del nacionalcatolicismo, atizando la hostilidad de las derechas y las izquierdas. La historia del monumento al Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles, destruida por unos y reparada por otros, hizo que la imagen, creada para unir, se convirtiera en bandera de lucha, que perdura en las ideologías ultra. Mucha propaganda usó la devoción al Sagrado Corazón para exaltar los conceptos de Cruzada, religión y culto a la personalidad de un régimen pasado. Eran los estertores del concepto de Cristiandad, abandonado definitivamente por el Vaticano II.

Por eso, no es fácil hoy “re proponer” una devoción tan legítima cuando en el inconsciente colectivo quedan imágenes históricas tan poco favorables.

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“Para recibir lo divino hay que construir una «casa de huéspedes”  

Esta frase de Heidegger es citada por Francisco en el n.17. El cristianismo ha de ser una casa para todos. Para "hacer un santo" hace falta un Pueblo de Dios, un entramado de Gracia y libertad que vence el pecado del mundo en la Historia.  La encíclica previene de una deriva individualista que no incluya al hermano. El corazón de Jesús no es una receta de devoción intimista en esta época abundante en meditaciones egolátricas y carente de samaritanismos colectivos. 

El corazón supera la fragmentación del individualismo y hace auténticas las relaciones. De lo contrario, el otro desaparece y nos encerramos, incapaces de relaciones sanas con los demás y con Dios. Cuando el encuentro con el otro no es camino para encontrarse a sí mismo, caemos en un individualismo enfermizo. (D 10)

El cristianismo no es “un simple refugio en sentimientos religiosos o en cultos fastuosos. ¿Qué culto sería para Cristo si nos conformáramos con una relación individual sin interés por ayudar a los demás a sufrir menos y a vivir mejor? ¿Acaso podrá agradar al Corazón que tanto amó que nos quedemos en una experiencia religiosa íntima, sin consecuencias fraternas y sociales?” (DN 205)

Pero el amor al otro implica también la dimensión misionera, sin el cual “sería querer para el ser humano menos de lo que Dios quiere darle. Necesitamos el anuncio del Evangelio, porque un ser humano sin propuesta religiosa carece de algo que mejora su humanidad. (DN 205)

El número 183 sintetiza el aspecto social del pecado que afecta el desarrollo de los pueblos. El pecado es “la no correspondencia del corazón a su amor y a su proyecto” (DN 158) El proyecto de Cristo es el Reino de Dios y todo pecado es una negación de esta realidad social.

El Papa recuerda cómo este tema ya fue citado por Juan Pablo II. La historia recuerda cómo este Papa tan conservador, descolocó a la Comisión Teológica cuando habló en el discurso de Puebla del pecado estructural, el que consolida una alienación en “sus formas de organización social, de producción y de consumo…” Eran tiempos en los cuales sólo la teología de la liberación desarrollaba esta dimensión estructural del pecado como causa de la alienación de América Latina…y era cuestionada porque ello ponía en duda una moral individualista excesivamente temerosa de la amenaza del marxismo colectivista en auge.

El problema es que este pecado social, por ser compartido por muchos, da la sensación de normalidad que consolida su práctica, haciéndonos cómplices activos y pasivos: “esto se inserta en una mentalidad dominante que considera normal o racional lo que no es más que egoísmo e indiferencia” (DN 183) Si todos lo hacen, no debe ser “tan malo” se dice uno a sí mismo para justificarse y así contribuye al entretejido del mal.

La devoción al Corazón de Cristo es algo esencial a la vida cristiana cuando significa nuestra apertura, llena de fe y de adoración, ante el misterio del amor divino y humano del Señor, hasta el punto que podemos sostener una vez más que el Sagrado Corazón es una síntesis del Evangelio (DN 83)

Francisco afirma al final del punto que una verdadera conversión del corazón no es solo una “norma moral” para “resistir ante estas estructuras sociales alienadas, desnudarlas y propiciar un dinamismo social que restaure y construya el bien”, sino que “es la misma «conversión del corazón» la que «impone la obligación» de reparar esas estructuras. Es nuestra respuesta al Corazón amante de Jesucristo que nos enseña a amar”. Nosotros diríamos que el cristianismo no es solo ser “buenos” en sentido moralista y burgués sino “hacer el bien”, un compromiso que nace del corazón que ama y cura con Jesús las heridas del mundo.

Ausencias que echamos de menos en la encíclica

En 28 oportunidades menciona la palabra reparación, incluso del “sentido social de la reparación”. Sin embargo, este vocablo tan usado en ciertas piedades, no explicita víctimas, rostro de Jesús en la historia a quienes se ha de "reparar". Tampoco explicitan los casos en que la Iglesia ha producido o sigue produciendo daños a las personas o siendo cómplice de colonialismos y dictaduras, los casos masivos de abusos, pederastias, discriminaciones hacia la mujer y exclusiones de personas como los sacerdotes casados y otros colectivos.

No hay mención de los inmigrantes tan cerca del corazón de Jesús y que son víctimas de un sistema global injusto. Tampoco habla del clericalismo, el principal pecado estructural de la Iglesia que la encierra en murallas e incomunicación. Ambos son signos de los tiempos que hoy no puede faltar. Todo es tratado de manera abstracta, sin esa precisión conflictiva que caracterizó las otras encíclicas. Tratándose de un tema como el "corazón", parece más fruto de una IA que una IC (inteligencia del corazón).

Si bien hay un compendio de temas importantes, existe un cierto olor de repliegue de ese “hacer lío” de los otros documentos. Algo que también sucedió con el Sínodo, en el que se dejaron fuera todos los temas “problemáticos” y se excluyeron a muchas personas de su participación, haciendo del mismo una reunión parroquial…de las formalitas de toda la vida, donde el cura propone e impone.

El Corazón de Jesús es una síntesis del Evangelio, que asume la Misericordia como eje de la Encarnación. Ha experimentado el amor y el dolor de todos los crucificados de la Historia. Es el corazón del Hijo de Dios hecho pobre para redimir al mundo y hacer el Reino de Dios..."donde nunca se esté del todo solo, donde cualquier umbral sea la morada, donde se quiera arar y morar y dar un hijo...".(J.P. Farny)

poliedroyperiferia@gmail.com

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