Han pasado ya casi 10 meses desde el estallido de la crisis desencadenada a raíz de la irrupción del coronavirus. Después de miles de muertos, miles de pérdidas de puestos de trabajo y miles de proyectos paralizados, nos hemos acabado adaptando, mal que nos pese, a la incertidumbre de este incesante oleaje pandémico. Desde el inicio, intuíamos que la cosa iba para largo y ahora no podemos sino confirmarlo rotundamente. A pesar de que se dice que ya se puede ver la luz al final del túnel, y que la vacuna cada vez está más cerca, a estas alturas ya nadie niega que la pandemia global ha dejado una huella imborrable en el siglo XXI.

Sin embargo, la vida sigue, para bien y para mal, con su ritmo inexorable. Con coronavirus o sin él, los temas más candentes de nuestro tiempo reclaman más que nunca nuestra atención y compromiso. Bien lo sabe el Papa Francisco, que con su última encíclica —una inspiradora propuesta de hermandad universal titulada Fratelli Tutti— reflexiona profundamente sobre las numerosas formas de injusticia del mundo de hoy.

"La vida sigue, para bien y para mal, con su ritmo inexorable. Con coronavirus o sin él, los temas más candentes de nuestro tiempo reclaman más que nunca nuestra atención y compromiso"

En una época marcada por las desigualdades, el miedo se utiliza como estrategia de división en la que prevalece la lógica de vencedores y vencidos. Una lógica de guerra que se concuerda con el aumento del gasto militar de los estados. La esperanza de una salida global para una crisis mundial quedó aparcada ante la urgencia de la recuperación de los mercados. No hay que olvidar, en cualquier caso, que tendremos que seguir hablando de biodiversidad como principal causante de la pandemia; y de los problemas medioambientales y las guerras, la consecuencia de las cuales son y serán siempre los imparables flujos migratorios a los que la UE da la espalda.

En Foc Nou estrenamos alianza con Religión Digital y, además, un nuevo diseño para nuestras páginas. Creemos que la mejor manera de plantar cara a la adversidad es afrontarla con determinación y optimismo. De modo que esta renovación viene acompañada también por la renovación de nuestro compromiso para hacer un medio que nos ayude a todos y todas a repensar la sociedad que queremos construir. Cabe recordar que esto no sería posible sin la confianza recibida, año tras año, por parte de toda la comunidad que hace posible la revista. 

En estos días me ha venido a la mente un artículo de Lorenzo Gomis titulado “Elogio del suscriptor”, donde Gomis escribía: “En un mundo en que la fidelidad está en crisis, el suscriptor es un ejemplo de compromiso y un educador en la cultura de la fidelidad”. Foc Nou, Religión Digitaly todos los medios de comunicación comprometidos con una información que promueva el espíritu crítico necesitan más que nunca el apoyo de sus lectores. Porque solo uniendo esfuerzos lograremos superar la difícil situación actual y lograremos seguir llegando a sus hogares con la misma fidelidad y afecto de siempre. 

Feliz Navidad.