Danos un corazón nuevo

Ven, Espíritu Santo, y danos un corazón nuevo,
que reavive en todos nosotros
los dones recibidos de Ti,
junto a la alegría de ser cristianos,
un corazón nuevo, siempre joven y siempre contento.


Ven, Espíritu Santo,
y danos un corazón puro,
entrenado en amar a Dios;
un corazón puro,
que no conozca el mal más que para definirlo,
para combatirlo y para huir de él;
un corazón puro, como el de un niño,
capaz de entusiasmarse y de temblar.

Ven, Espíritu Santo,
y danos un corazón grande,
abierto a tu silenciosa y potente palabra inspiradora,
y cerrado a toda mezquina ambición;
un corazón grande y fuerte para amar a todos,
servir a todos, y sufrir con todos;
un corazón grande, fuerte,
que sólo sea feliz si palpita con el corazón de Dios.

Paulo VI
Volver arriba