La intimidad con Dios de los abuelos coherentes
Junto al grupo de ancianos que perdieron la fe y los que la viven de manera parcial como los piadosos, (apóstoles) y radicales, existe un reducido grupo de quienes aman con amor profundo, íntimo, a su familia y a Dios.
Esta intimidad con Dios se da, principalmente, en las ancianas. He aquí un esquema ideal sobre los rasgos del amor profundo-íntimo: la ilusión de las raíces al sentirse hijo de Dios y discípulo de Jesús; el entusiasmo que circula a modo de vasos comunicantes; la comunicación o teléfono móvil para dialogar con Dios en toda situación. Y la radicalidad, el motor cuya fuerza impulsará la conducta hasta la entrega total de la persona
Las cuatro exigencias de la intimidad con Dios. El amor brota de una fuente-vinculación, provoca la sintonía mutua, se alimenta con la comunicación y se manifiesta en la entrega. Estos cuatro elementos esenciales adquieren matices especiales en la vida teologal del cristiano.
La vinculación-ilusión. Son las raíces de quien se siente hijo de Dios, discípulo de Jesús y hermano universal desde la Iglesia.
El entusiasmo: actúa como los vasos comunicantes para sintonizar lo referente a Dios-Padre y a Jesús-Salvador según las enseñanzas del Padre nuestro.
La oración o “móvil espiritual” para la continua comunicación con Dios según la ley del amor y el testimonio de Jesús y de sus seguidores.
La radicalidad. El motor de muchos “caballos”, fuerza para la entrega progresiva y total a imitación de Jesús y de cristiano coherentes..
1ª Vínculación: ilusión por sentirse unido a Dios y al prójimo
Si el anciano se siente vinculado con los hijos por la sangre y la genética, con Dios y como cristiano, está unido por la gracia-filiación de quien exclama: ¡soy hijo de Dios! Y por el bautismo: ¡pertenezco a la familia-Iglesia! Y si a los abuelos les ilusiona las esperanzas y el bienestar de su familia, también les debe ilusionar el bien que afecta a Dios y a la Iglesia, su gran familia.
Criterios
Atender a la psicología del amor: verse en el otro, sentir con el otro, felicidad del otro, comunicar al otro, compartir con el otro.Juntos: el otro y yo.
La paz, no ansiedad, porque tiene a Dios y cumple su voluntad
La ilusión de quien trabaja y espera mucho para gloria de Dios
Avanzar en la frecuencia y grado de unión con Dios
Sentirme amado, llamado, movido, guiado y unido a Dios
2ª El entusiasmo que canaliza el amor por los vasos comunicantes
Si por su amor el abuelo sintoniza con los hijos en lo positivo (alegría, orgullo, entusiasmo) y en lo negativo (preocupación, dolor, tristeza); el abuelo cristiano sintonizará con Dios, en lo relacionado con su gloria, con Cristo, con los hermanos y con la Iglesia en lo positivo (alegría, orgullo, entusiasmo) y negativo (preocupación, dolor, tristeza), según las enseñanzas del Padre nuestro.
Criterios
Atender a la psicología del amor: verse en el otro, sentir con el otro, felicidad del otro, comunicar al otro, compartir con el otro, juntos: el otro y yo.
El entusiasmo del convencido que actúa con radicalidad pero sin fanatismo
Responder a Dios, llenarse de Dios vivir con Dios, para darse a Dios y a sus hermanos
3ª La comunicación o “Móvil espiritual”
Si el abuelo, porque ama, busca la comunicación con los hijos-nietos, con Dios y por el amor filial anhelará comunicarse continuamente con Dios. Gozará con la oración frecuente, confiada y en toda situación, a imitación de Jesús y de los santos. Experimentará la sed de orar, de estar con Él de manera expresa o como presencia en los actos de su vida.
Criterios
Atender a la psicología del amor: verse en el otro, sentir con el otro, felicidad del otro, comunicar al otro, compartir con el otro, juntos: el otro y yo.
Adorar, alabar, glorificar, santificar, agradecer, pedir, reparar...intimar con Dios
Concretar la intimidad en tiempo de oración y actos de presencia de Dios
Comprobar su confianza en el trato afectuoso y en las peticiones
Vincular con Dios la celebración de la Misa y otras oraciones
4ª-La radicalidad. El motor de muchos “caballos”
Es la fuerza para la entrega progresiva y total a la voluntad de Dios y a la Buena Nueva de Jesús.
Si el amor provoca la donación de sí hasta entregar la vida por hijos y nietos, también por la gloria de Dios estará dispuesto a la entrega total
Criterios
Poner en práctica el amar a Dios con todo el corazón, el alma y las fuerzas.
Colocar efectivamente y afectivamente a Dios en el centro de su vida.
Revisar si Dios prácticamente está fuera, en la periferia, ocasionalmente.
La coherencia a la hora de interiorizar y poner en práctica los valores.
La ética del amor: dar-darse, servir, sacrificarse, motivarse en toda la vida.
La psicología y ética: obediencia, desinterés, perdón-olvido, defender en todo
La radicalidad en la entrega: que sea del todo, toda, todas. No a medias, en la periferia, ocasionalmente.
Trabajar por su Reino, reinado de verdead, justicia, libertad, paz, vida y amor… cumpliendo su voluntad.
Vivir el sólo Dios basta. Dios siempre, en todo, como hijo y amigo.
Animar, aumentar, avivar el celo apostólico, la caridad misionera
Sentirse corresponsable, aquí, ahora, en la grave situación eclesial
Los rasgos que integran la intimidad con Dios
Para toda edad y también para el final de la vida, el anciano como cristiano coherente que aspira a la intimidad con Dios, está invitado a la práctica de estos criterios:
La psicología del amor: verse, sentir, felicidad, comunicar, compartir, juntos
La ética del amor: dar-darse, servir, sacrificarse, motivarse en toda la vida,
La psicología y ética:obediencia,desinterés, perdón-olvido, defenderl en todo
La radicalidad del todo-a-as. No a medias, en la periferia, ocasionalmente
El entusiasmo del convencido que actúa con radicalidad pero sin fanatismo
La paz, no ansiedad, de quien tiene a Dios y cumple su voluntad
La ilusión de quien trabaja y espera mucho para gloria de Dios
La coherencia a la hora de interiorizar y poner en práctica los valores
Adorar, alabar, glorificar, santificar, agradecer, pedir, reparar...intimar
Trabajar por su Reino-ado con la vjlpva cumpliendo su voluntad
Vivir el sólo Dios basta. Dios siempre, en todo como hijo y amigo
Poner en práctica el amar a Dios con todo el corazón, el alma y las fuerzas
Colocar efective y afectivamente a Dios en el centro de su vida
Revisar si Dios prácticamente está fuera, en la periferia, ocasionalmente
Concretar la intimidad en tiempo de oración y actos de presencia de Dios
Comprobar su confianza en el trato afectuoso y en las peticiones
Avanzar en la frecuencia y grado de unión con Dios
Sentirme amado, llamado, movido, guiadoD... y unido a Dios
Vincular con Dios la celebración de la Misa y otras oraciones
Animar, aumentar, avivar el celo apostólico, la caridad misionera
Sentirse corresponsable aquí, ahora, en la grave situación eclesial
Responder, llenarse de Dios vivir con Dios, para dar a Dios a sus hermanos
Esta intimidad con Dios se da, principalmente, en las ancianas. He aquí un esquema ideal sobre los rasgos del amor profundo-íntimo: la ilusión de las raíces al sentirse hijo de Dios y discípulo de Jesús; el entusiasmo que circula a modo de vasos comunicantes; la comunicación o teléfono móvil para dialogar con Dios en toda situación. Y la radicalidad, el motor cuya fuerza impulsará la conducta hasta la entrega total de la persona
Las cuatro exigencias de la intimidad con Dios. El amor brota de una fuente-vinculación, provoca la sintonía mutua, se alimenta con la comunicación y se manifiesta en la entrega. Estos cuatro elementos esenciales adquieren matices especiales en la vida teologal del cristiano.
La vinculación-ilusión. Son las raíces de quien se siente hijo de Dios, discípulo de Jesús y hermano universal desde la Iglesia.
El entusiasmo: actúa como los vasos comunicantes para sintonizar lo referente a Dios-Padre y a Jesús-Salvador según las enseñanzas del Padre nuestro.
La oración o “móvil espiritual” para la continua comunicación con Dios según la ley del amor y el testimonio de Jesús y de sus seguidores.
La radicalidad. El motor de muchos “caballos”, fuerza para la entrega progresiva y total a imitación de Jesús y de cristiano coherentes..
1ª Vínculación: ilusión por sentirse unido a Dios y al prójimo
Si el anciano se siente vinculado con los hijos por la sangre y la genética, con Dios y como cristiano, está unido por la gracia-filiación de quien exclama: ¡soy hijo de Dios! Y por el bautismo: ¡pertenezco a la familia-Iglesia! Y si a los abuelos les ilusiona las esperanzas y el bienestar de su familia, también les debe ilusionar el bien que afecta a Dios y a la Iglesia, su gran familia.
Criterios
Atender a la psicología del amor: verse en el otro, sentir con el otro, felicidad del otro, comunicar al otro, compartir con el otro.Juntos: el otro y yo.
La paz, no ansiedad, porque tiene a Dios y cumple su voluntad
La ilusión de quien trabaja y espera mucho para gloria de Dios
Avanzar en la frecuencia y grado de unión con Dios
Sentirme amado, llamado, movido, guiado y unido a Dios
2ª El entusiasmo que canaliza el amor por los vasos comunicantes
Si por su amor el abuelo sintoniza con los hijos en lo positivo (alegría, orgullo, entusiasmo) y en lo negativo (preocupación, dolor, tristeza); el abuelo cristiano sintonizará con Dios, en lo relacionado con su gloria, con Cristo, con los hermanos y con la Iglesia en lo positivo (alegría, orgullo, entusiasmo) y negativo (preocupación, dolor, tristeza), según las enseñanzas del Padre nuestro.
Criterios
Atender a la psicología del amor: verse en el otro, sentir con el otro, felicidad del otro, comunicar al otro, compartir con el otro, juntos: el otro y yo.
El entusiasmo del convencido que actúa con radicalidad pero sin fanatismo
Responder a Dios, llenarse de Dios vivir con Dios, para darse a Dios y a sus hermanos
3ª La comunicación o “Móvil espiritual”
Si el abuelo, porque ama, busca la comunicación con los hijos-nietos, con Dios y por el amor filial anhelará comunicarse continuamente con Dios. Gozará con la oración frecuente, confiada y en toda situación, a imitación de Jesús y de los santos. Experimentará la sed de orar, de estar con Él de manera expresa o como presencia en los actos de su vida.
Criterios
Atender a la psicología del amor: verse en el otro, sentir con el otro, felicidad del otro, comunicar al otro, compartir con el otro, juntos: el otro y yo.
Adorar, alabar, glorificar, santificar, agradecer, pedir, reparar...intimar con Dios
Concretar la intimidad en tiempo de oración y actos de presencia de Dios
Comprobar su confianza en el trato afectuoso y en las peticiones
Vincular con Dios la celebración de la Misa y otras oraciones
4ª-La radicalidad. El motor de muchos “caballos”
Es la fuerza para la entrega progresiva y total a la voluntad de Dios y a la Buena Nueva de Jesús.
Si el amor provoca la donación de sí hasta entregar la vida por hijos y nietos, también por la gloria de Dios estará dispuesto a la entrega total
Criterios
Poner en práctica el amar a Dios con todo el corazón, el alma y las fuerzas.
Colocar efectivamente y afectivamente a Dios en el centro de su vida.
Revisar si Dios prácticamente está fuera, en la periferia, ocasionalmente.
La coherencia a la hora de interiorizar y poner en práctica los valores.
La ética del amor: dar-darse, servir, sacrificarse, motivarse en toda la vida.
La psicología y ética: obediencia, desinterés, perdón-olvido, defender en todo
La radicalidad en la entrega: que sea del todo, toda, todas. No a medias, en la periferia, ocasionalmente.
Trabajar por su Reino, reinado de verdead, justicia, libertad, paz, vida y amor… cumpliendo su voluntad.
Vivir el sólo Dios basta. Dios siempre, en todo, como hijo y amigo.
Animar, aumentar, avivar el celo apostólico, la caridad misionera
Sentirse corresponsable, aquí, ahora, en la grave situación eclesial
Los rasgos que integran la intimidad con Dios
Para toda edad y también para el final de la vida, el anciano como cristiano coherente que aspira a la intimidad con Dios, está invitado a la práctica de estos criterios:
La psicología del amor: verse, sentir, felicidad, comunicar, compartir, juntos
La ética del amor: dar-darse, servir, sacrificarse, motivarse en toda la vida,
La psicología y ética:obediencia,desinterés, perdón-olvido, defenderl en todo
La radicalidad del todo-a-as. No a medias, en la periferia, ocasionalmente
El entusiasmo del convencido que actúa con radicalidad pero sin fanatismo
La paz, no ansiedad, de quien tiene a Dios y cumple su voluntad
La ilusión de quien trabaja y espera mucho para gloria de Dios
La coherencia a la hora de interiorizar y poner en práctica los valores
Adorar, alabar, glorificar, santificar, agradecer, pedir, reparar...intimar
Trabajar por su Reino-ado con la vjlpva cumpliendo su voluntad
Vivir el sólo Dios basta. Dios siempre, en todo como hijo y amigo
Poner en práctica el amar a Dios con todo el corazón, el alma y las fuerzas
Colocar efective y afectivamente a Dios en el centro de su vida
Revisar si Dios prácticamente está fuera, en la periferia, ocasionalmente
Concretar la intimidad en tiempo de oración y actos de presencia de Dios
Comprobar su confianza en el trato afectuoso y en las peticiones
Avanzar en la frecuencia y grado de unión con Dios
Sentirme amado, llamado, movido, guiadoD... y unido a Dios
Vincular con Dios la celebración de la Misa y otras oraciones
Animar, aumentar, avivar el celo apostólico, la caridad misionera
Sentirse corresponsable aquí, ahora, en la grave situación eclesial
Responder, llenarse de Dios vivir con Dios, para dar a Dios a sus hermanos