Clausura del encuentro interreligioso de Santiago de Compostela Carlos Amigo: "El diálogo es el que trae la convivencia"

El tercer Encuentro Interreligioso en Santiago se despidió ayer después de meditar y debatir durante dos jornadas sobre dignidad, migraciones y fraternidad. Con la participación y el seguimiento de representantes de distintas religiones, el diálogo como esencia de la convivencia centró en buena medida las reflexiones y la clausura de ayer.

Porque, si el cardenal Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla, insistió en la mesa redonda del mediodía en significar el «diálogo de la vida misma», porque «es el que trae la convivencia», la clausura del encuentro ofreció una conferencia dual en la que compartieron protagonismo el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, y el imán y teólogo musulmán Abdelaziz Hammaoui.

La jornada se abría con las reflexiones del historiador Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Santo Exidio-Roma, asociación laica que promueve el diálogo y el ecumenismo, para quien el diálogo es el camino para la convivencia y la fraternidad. Pero de nada vale si no se escucha, vino a decir Amigo en la mesa redonda Sociedad, política y religión. Retos de futuro para España que compartió con la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el politólogo Xosé Luís Barreiro.

«El mayor obstáculo del diálogo es el desconocimiento recíproco, algo que lleva a la desconfianza», dijo Amigo al tiempo que advertía que la multiculturalidad no puede ser un pretexto para perder la propia identidad. «La identidad propia enriquece al otro», apuntó antes de que Barreiro abriese una intervención en la que también puso el foco en la identidad, en este caso la de las Iglesias, además de en la desafección de los creyentes. 

Pérdida de identidad

«Diría que todas las Iglesias han perdido identidad, practicantes y la autoritas», indicó tras aseverar que «las religiones no se han enterado de lo que pasa; la gente se está marchando porque piensa que la Iglesia es prescindible».

Barreiro se proclamó cristiano y hombre de fe, pero también cree en la historia y apuntó que los laicos y sus movimientos «son el mejor ejemplo de por dónde debemos encauzar el futuro». El politólogo advertía previamente que «los católicos, pero vale para todos, no hemos incorporado la democracia ni el discurso democrático a nuestros valores, que ya es un principio fundamental en todo el mundo». Y entiende que el diálogo interreligioso, aunque «avanzó bastante, también se ha quedado atrás».

Margarita Robles se mostró convencida de que «lo que mueve el mundo son las personas con valores» y dijo creer «en la fuerza de las Iglesias por los valores universales que albergan, cuya potencialidad es esencial». La ministra señaló la importancia de la ética en la política, pero también en los medios y las Redes, y aplaudió la solidaridad con el covid, pero lamentó el uso del virus como «arma política arrojadiza».

En la conferencia inaugural de la última jornada, Andrea Riccardi no pasó por alto su presencia en la meta del Camino de Santiago y apuntó que la peregrinación a Compostela «es importante, porque la gente tiene necesidad de salir de su propio mundo y de su propia estructura mental», dijo.