Hace unos días llegué a Honduras y he visitado el occidente de este maravilloso país David López Royo: "¿De verdad sabemos por qué emigran los hondureños?"

El título conlleva una pregunta, la respuesta es, sinceramente, difícil. Hace unos días llegué a Honduras y he visitado el occidente de este maravilloso país ¡Hermosura y Acogida! podría ser una magnífica síntesis para plasmar la vida que las personas de este rincón del mundo me han demostrado.

He visitado poblaciones alejadas e insertadas en las laderas de las montañas que producen un café excepcional, he compartido ilusiones y esperanzas con emprendedores empresariales con vocación social y que en el mercado de la libre competencia intentan hacerse un hueco ¡Admirables! He sentido también su tragedia: ver cómo en el último mes hombres, mujeres, jóvenes y niños han tenido que abandonar su espacio vital, sí ese que tanto defendemos en Europa.

Les puedo asegurar que no les ha quedado más remedio, no tienen otra solución. Son personas sencillas que para dirigirse hacia Estados Unidos pagan un gran peaje, además de sufrir la tragedia de dejar a los suyos tienen que pagar cantidades que, hasta para un europeo de los Estados del Bienestar, serían costosas de asumir. Aquí comienza su camino que no deja de ser cruel e inhumano.

Por lo tanto cabe hacerse otra segunda pregunta ¿qué hacemos en Europa para acabar con las estructuras malévolas que se están originando y que establecen un negocio ilícito? Más bien poco, la solución sería muy sencilla, ayudemos a estos países a generar riqueza social. Establezcamos proyectos empresariales que verdaderamente busquen el Bien Común.

Claro, esto implica cambiar nuestro paso político ¿Cómo vamos a dejar que el tejido empresarial con vocación social pueda dar soluciones? Esto pondría en evidencia a los políticos, porque el objetivo sería crear una mesa de trabajo conjunto, políticos, empresarios y organizaciones sociales; una mesa alejada de las ideologías partidistas, que, de verdad, no traen nada bueno.

En las últimas semanas he escrito en El Correo de Andalucía una serie de artículos que tratan de dar pistas para solucionar esta situación de muerte. Una muerte lenta que en muchos casos no tiene retorno. Los emigrantes muren biológicamente.

Escuchar el dolor hace que uno, ante la pregunta que hago en el titular, no pueda encontrar una respuesta fácil. Nosotros estudiamos, analizamos y llegamos a conclusiones que, sinceramente, poco corresponden con los sentimientos de las personas que no ven otra solución para sus vidas que la de emigrar. Quieren huir de la muerte ¿es ilícita esta decisión?

Hay partidos políticos empeñados en sacar partido de esta situación, de carácter populista y nacionalista; pero también hay partidos consolidados que lo que hacen es ponerse de perfil, conjugan el indefinido de una manera magistral. No estaría mal que nos leyéramos en profundidad sus programas políticos en esta materia.

Verán Vds. que, ante las elecciones que se aproximan, al final se terminará hablando en las Campañas de los buenos que son unos y de los malos que son los otros. No se dan cuenta los políticos que la sociedad ha comenzado a darles la espalda. Los que tienen de dejar su tierra, sinceramente, no tienen ninguna confianza en los políticos y esto sí es una transformación sociológica. Hoy está pasando en muchos países de América Latina; pero de seguir con esta dinámica, el aburrimiento político llegará también a Europa. De hecho ya ha llegado.

Desde la Fundación Chávarri para el Bien Común pretendemos aportar una pequeña semilla que pueda ser levadura.

Creemos en la necesidad de proponer proyectos que nos ayuden a todos a afianzar unas relaciones comerciales que potencien que las personas puedan permanecer en su territorio; pero al mismo tiempo sin perder la perspectiva de universalidad. Vivimos en un mundo globalizado y esto ya no tiene retorno porque las redes sociales están haciendo un trabajo, al menos magnífico para las mismas.

Nosotros, con profunda humildad, queremos proponer alternativas respetando la economía de mercado; pero intentando demostrar que hay que lanzar nuevas iniciativas empresariales. Por esta razón hemos comenzado a relacionarnos con empresas del ámbito cafetero, entre las que se encuentran también cooperativas. Todas ellas tienen una gran sensibilidad por hacer presente el Bien Común. Aquí está la razón del porqué nos hallamos en Honduras. Pero dejemos que el tiempo corra para que podamos presentar más adelante nuestro proyecto basado en la dignidad de las personas.

Probablemente, cuando comencemos a desarrollar este proyecto empresarial que busca generar riqueza social no habremos encontrado, todavía, una respuesta coherente a la pregunta del titular; pero, sin duda, estaremos comenzando un camino conjunto entre Honduras y España a través del café, y este camino será el inicio de la solución a la emigración de las zonas cafeteras de Honduras. Será una gota en el océano; pero muchas gotas puedan cambiar las corrientes malévolas por otras tranquilas y serenas.

David López Royo

Sociólogo

Director Ejecutivo de la Fundación Chávarri por el Bien Común.