La situación de Ecuador, desde la Fundación Maquita Ecuador herido: voces de un pueblo que transita entre la desesperanza y la lucha por la justicia
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En Ecuador, el pasado 2024 ha estado marcado por problemas de toda índole, todos ellos enmarcados en un país cuya realidad parece ir a la deriva
Ya en el preludio del nuevo año e inmersos en las elecciones presidenciales, en lo social, la inseguridad sigue creciendo, aumenta el desempleo, escasea la energía, la minera legal e ilegal perjudican a la Amazonia
A pesar de este contexto oscuro, las organizaciones y movimientos sociales han adoptado medidas y generado alternativas para seguir defendiendo sus tierras, sus ríos, sus reservas de bosques y la Amazonía. Es decir, sus vidas y las de todos
Desde la Fundación Maquita, con el apoyo de Manos Unidas, trabajamos por una economía social, solidaria y de comercio justo. Es fundamental estimular un consumo consciente y responsable. En conclusión, formar a la ciudadanía en los principios de una economía transformadora y redistributiva para el beneficio de todos quienes participan en la cadena productiva
A pesar de este contexto oscuro, las organizaciones y movimientos sociales han adoptado medidas y generado alternativas para seguir defendiendo sus tierras, sus ríos, sus reservas de bosques y la Amazonía. Es decir, sus vidas y las de todos
Desde la Fundación Maquita, con el apoyo de Manos Unidas, trabajamos por una economía social, solidaria y de comercio justo. Es fundamental estimular un consumo consciente y responsable. En conclusión, formar a la ciudadanía en los principios de una economía transformadora y redistributiva para el beneficio de todos quienes participan en la cadena productiva
(Manos Unidas).- Este es un espacio propicio para acercarnos a las luchas, esperanzas y fuerza resiliente del pueblo ecuatoriano en defensa del territorio, desplegando diversas iniciativas de cuidado y autoprotección para seguir en búsqueda de sus sueños.
En Ecuador, el pasado 2024 ha estado marcado por problemas de toda índole, todos ellos enmarcados en un país cuya realidad parece ir a la deriva.
Ya en el preludio del nuevo año e inmersos en las elecciones presidenciales, en lo social, la inseguridad sigue creciendo: bandas narcodelictivas instaladas en los territorios y en disputa constante por su dominio y control. Con asesinatos de aquellos políticos que buscan la seguridad para su pueblo (captación de jóvenes, secuestros, robos y control de los servicios públicos). Hay un aumento del desempleo con mayor incidencia en la juventud y en las mujeres (estas últimas ven mermados sus derechos); abandono en atención sanitaria, falta de inversión en una agricultura sostenible y altos índices de desnutrición materno-infantil. Por ende, la migración ilegal, de alto riesgo humanitario, va in crescendo.
En lo ambiental, la falta de energía ha generado durante meses numerosos apagones. El 90 % de la energía que se produce en Ecuador proviene de fuentes hídricas, por lo que hemos soportado cortes de suministro de agua a domicilio, porque sin luz no funcionan las bombas. Además, se han visto afectadas más de 36.399 hectáreas por los incendios forestales, según la Secretaría de Riesgos. La explotación petrolera sigue afectando a zonas protegidas, a pesar de que en la consulta popular de 2023 ganó el cierre de pozos petroleros en zona amazónicas críticas.
La minería legal e ilegal, auspiciada por las grandes empresas, está irrumpiendo de manera invasiva y despiadada en territorios productivos y en la Amazonía, con el consentimiento tácito de organismos de control.
En lo político, la inseguridad ciudadana crece ante unos planes de gobierno ineficientes y fallidos al estar centrados en continuas declaraciones de estados de excepción; militares sin preparación; detenciones arbitrarias que siembran el terror, con ejecuciones extrajudiciales, etc.

La esperanza de Ecuador, un pueblo resiliente
A pesar de este contexto oscuro, las organizaciones y movimientos sociales han adoptado medidas y generado alternativas para seguir defendiendo sus tierras, sus ríos, sus reservas de bosques y la Amazonía. Es decir, sus vidas y las de todos.
Las organizaciones de Derechos Humanos, las comunidades y la sociedad civil, exigimos transparencia, justicia y respeto por los derechos de las poblaciones más vulnerables.
Hay esperanza. Los pueblos nativos lideran la lucha contra la explotación minera y petrolera en territorios protegidos, buscando preservar la biodiversidad y defender sus derechos ancestrales.
Es por ello, que las redes comunitarias y organizaciones sociales trabajamos juntas para proteger los derechos y buscar soluciones locales a los problemas. Porque urge enfocarse en “generar cambios sostenibles que mejoren vidas”, como lo define nuestro propósito. ¿Cómo lo podemos hacer?, formando líderes priorizando a mujeres y jóvenes para eliminar las brechas de desigualdad; fortaleciendo la organización comunitaria para interactuar con otros organismos, colectivos y movimientos; haciendo incidencia política y social; fomentando sistemas agroecológicos para una alimentación segura y resiliente.
Desde la Fundación Maquita, con el apoyo de Manos Unidas, trabajamos por una economía social, solidaria y de comercio justo. Articulamos emprendimientos comunitarios con productos campesinos, agroindustriales y artesanales tanto en la sierra como en la costa y en la Amazonía. Promovemos un turismo sostenible que respete la vida y la cultura ancestral del Ecuador profundo. Es fundamental estimular un consumo consciente y responsable. En conclusión, formar a la ciudadanía en los principios de una economía transformadora y redistributiva para el beneficio de todos quienes participan en la cadena productiva.
En todos nuestros proyectos involucramos a los gobiernos locales e instituciones académicas y hacemos un llamado para abrir fronteras, humanizar a todo el mundo, sobre todo en los países más afectados por la guerra y la pobreza. En definitiva, abogar por una vida digna para todos quienes habitamos en la tierra, gobierne quien gobierne.
María Jesús Pérez Mateo es directora de Fundación Maquita, socio local de Manos Unidas en Ecuador.