Las víctimas de la trata, protagonistas de la muestra de Fernando Mármol “Punto y seguimos. La vida puede más” exposición itinerante de fotografías en La Almudena
Promovida por el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones a través de la Sección de Trata de Personas, Mas de 40 imágenes que nos desvelan este drama, brutal realidad de la esclavitud del siglo XXI
Se abrió la exposición en un acto presidido por el Cardenal Osoro, que nos relató experiencias personales la hora de ver con ojos de Iglesia este fenómeno.
Hay que ir dispuestos a mirar de otra manera, mirarlas casi religiosamente. Con miradas nuevas. Dejarnos mirar por ellas como si de iconos se tratase
Hay que ir dispuestos a mirar de otra manera, mirarlas casi religiosamente. Con miradas nuevas. Dejarnos mirar por ellas como si de iconos se tratase
| José Luis Pinilla, sj.
En Madrid, a la entrada de la Catedral, desde hace años dormido a las puertas de la catedral hay un “sin techo, acurrucado y medio dormido” traido a ese lugar por el Cardenal Osoro Domingo el 29 de mayo de 2016, antes de la solemne celebración de la Misa del Corpus –excelente día para hacerlo– ... Dios desamparado, a imagen del instalado en el Vaticano en noviembre de 2013, al que no se le ve el rostro (nadie se lo puede ver) porque solo quedan expuestos los pies, en los que se pueden ver sin lugar a dudas las marcas de una crucifixión. El papa le tocó las rodillas y los pies, … y rezó. Es la nueva estatua de bronce que el Papa bendijo durante el Jubileo de la Misericordia.
No se le ve el rostro, repito. Mejor así. Podría ser uno más entre tantos que vagan por las calles sin un techo donde pasar la noche. Sin embargo, lo delatan los agujeros de sus pies, restos de las miles crucifixiones a las que se han visto sometidos .
Y desde el viernes 29 de Marzo, en el mismo atrio de la catedral, (ese espacio que se va convirtiendo en un nuevo atrio de loa gentiles donde cabe el “sin hogar” y las invisibles victimas de la trata llamando a la puerta de nuestra casa ) hay una exposición itinerante de fotografías titulada “Punto y seguimos. La vida puede más” promovida por el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones a través de la Sección de Trata de Personas.
Es un relato en imágenes hecho desde el acercamiento a mujeres y hombres víctimas de trata, lo que ha permitido conjuntamente construir un itinerario “para ver y escuchar" las imágenes de víctimas de la trata , haciendo partícipes y protagonistas a las propias víctimas. Porque su voz, sus palabras textuales acompañan las fotografías que son obra del fotógrafo Fernando Mármol Hueso. (Para preservar la identidad de las personas se han utilizado nombres ficticios).
Mas de 40 imágenes que nos desvelan este drama, brutal realidad de la esclavitud del siglo XXI como la llama el Papa Franciso. Una mirada que provoca compasión, y de ahí a la indignación, y de ahí al compromiso… con tal de que miremos a fondo
Se abrió la exposición en un acto presidido por el Cardenal Osoro que nos relató experiencias personales la hora de ver con ojos de Iglesia este fenómeno.
Ana Almarza, Jose Luis Pinilla y Maria Francisca Sanchez Vara, completaron esta apertura de la puertas de la catedral con la entrega y el análisis del documento “Orientaciones Pastorales sobre la trata de personas” elaborado por la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral”. Este documento tiene como objetivo “proporcionar una clave de lectura de la trata y una comprensión que motive y apoye la tan necesaria lucha a largo plazo”.
Os invito a visitarla. Y no tanto a mirarla cuanto a dejarme mirar por ellas como si de iconos se tratara que más que verlos, nos miran a nosotros. Es verdad que para ello hay que ir dispuestos a mirar de otra manera, mirarlas casi religiosamente. Con miradas nuevas. Como cuenta Galeaano en el Libro de los abrazos que Santiago Kovadloff, ensayista argentino, poeta, traductor y autor de relatos para niños (además de músico) escuchó cómo su hijo –cuando le acercó por primera vez al mar– le hacía un ruego al ver en silenco asombrado a su padre: “Papá, enséñame a mirar”. El crío había quedado cautivado ante la magnitud del espectáculo. Y el silenció de su padre. El menor pedía ayuda, necesitaba saber la verdad de aquel majestuoso panorama que estaban contemplando sus ojos. Veremos verdad”, que dirían muchos poetas.
En esa exposición veremos el drama de las victimas de explotación sexual, - vinieron buscando un sueño de dignidad y libertad - , la indiferencia con las que les rodeamos y la posibilidad de generar esperanza si no queremos ser derrotados por el poder que genera esta y otras esclavitudes
Mirando las fotografías y sus textos veo a una víctima que me invita a ponerme en su piel y en sus sueños. Y haciéndolo he traído a la memoria aquello de que el “derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed“.