Audiencia papal a la Obra de Promoción de la Alfabetización en el Mundo Francisco: "El sueño de Dios es un mundo en el que todos podamos vivir como hermanos y hermanas con plena dignidad"
"A pesar de las numerosas y generosas obras de solidaridad llevadas a cabo a nivel civil y eclesial, no se han eliminado las causas del subdesarrollo"
"La educación básica es el primer objetivo de un plan de desarrollo. En realidad, el hambre de educación no es menos deprimente que el hambre de alimentos"
| RD/VN
Al dar su bienvenida a los “amigos de la OPAM”, es decir de la Obra de Promoción de la Alfabetización en el Mundo, el Santo Padre gradeció ante todo al padre Robert, su presidente, el saludo que le dirigió en nombre de los doscientos voluntarios presentes en esta audiencia celebrada a las 10.45 en el Sala Clementina del Palacio Apostólico. Y destacó cuán significativo es que, precisamente su presidente, es ante todo “un testigo”, porque de niño pudo estudiar gracias a la ayuda de esta Obra, sin imaginar que un día, habría estado en Roma dirigiéndola.
“¡Son las sorpresas de Dios éstas! Pero Dios quiere tener necesidad de nuestra solidaridad”
Tras recordar que acaban de cumplirse cincuenta años desde que el padre Carlo Muratore puso en marcha este servicio porque, “en su experiencia misionera, se dio cuenta de que una parte esencial de la evangelización y de la promoción humana es la educación”, el Pontífice destacó que aquellos “eran los años en que Pablo VI escribió la Encíclica Populorum progressio, señalando con letras claras el desarrollo como camino hacia la paz. Y no puede haber desarrollo humano integral sin educación”.
Agradecimiento del Santo Padre
“Damos gracias a Dios por el celo apostólico del padre Carlo, por su gran corazón y su mente abierta. Así como por su sucesor, el padre Aldo Martini, que guió la Obra durante veinte años, asumiendo las urgencias que provenían de la realidad histórica y del Magisterio de la Iglesia”.
“Y tanta gratitud a los colaboradores y a los numerosos voluntarios y partidarios, que en estos cincuenta años han permitido a la OPAM poner en marcha y realizar miles de proyectos y adopciones a distancia en más de ochenta países”
Actualidad de los grandes documentos pontificios
Retomando el llamamiento de la Populorum progressio, el Santo Padre dijo que “cuando releemos estos grandes documentos pontificios de los años sesenta – lo mismo ocurre con la Pacem in terris de San Juan XXIII – nos damos cuenta de su actualidad y de que, desgraciadamente, su mensaje no ha sido recibido. Sí, de palabra, muchos han expresado su consenso, pero de hecho el modelo de desarrollo no ha cambiado, hasta hoy. Lo que significa que, a pesar de las numerosas y generosas obras de solidaridad llevadas a cabo a nivel civil y eclesial, no se han eliminado las causas del subdesarrollo”.
“Pues bien, su trabajo pretende precisamente eliminar una de las causas del subdesarrollo, que es evidentemente el analfabetismo”
OPAM - Pan de la educación
El Papa recordó que Pablo VI escribió:
“‘La educación básica es el primer objetivo de un plan de desarrollo. En realidad, el hambre de educación no es menos deprimente que el hambre de alimentos’. De hecho, he visto que en su logotipo está escrito: OPAM - Pan de la educación. Sí, es así”
El "sueño" de la Populorum progressio
Además, Francisco les habló del "sueño" de la Populorum progressio, que “es el mismo que el de la Encíclica Fratelli tutti. Es el sueño de la Iglesia, o mejor dicho, el sueño de Dios, que quiere un mundo en el que todos podamos vivir como hermanos y hermanas con plena dignidad”. Y les dio las gracias porque “con su compromiso diario cooperan a hacer realidad este sueño ‘de fraternidad y de amistad social que no se limita a las palabras’", tal como él mismo ha escrito en Fratelli tutti, 6. Y añadió:
“Cuando ustedes, en colaboración con los misioneros que trabajan ‘sobre el terreno’, estudian y ponen en marcha un proyecto educativo, o de apoyo escolar, o de adopciones a distancia, contribuyen a ‘generar un mundo abierto’ (ibíd., 87), en el que ‘todos sean acompañados en el camino de su vida, no sólo para cubrir sus necesidades básicas, sino para que puedan dar lo mejor de sí mismos (ibíd., 110)”
Antes de despedirse el Santo Padre animó a estos queridos hermanos y hermanas, a avanzar, yendo hacia adelante y procurando que la calidad de su acción sea alta, para que pueda ser siempre promocional. Además, el Papa les pidió que alimenten su labor continuamente “con la savia del Evangelio, para que el Espíritu Santo mantenga viva la inspiración, la motivación y el estilo de su compromiso”. Mientras antes de pedirles que no se olviden de rezar por él, y de impartirles su bendición a todos ellos y a sus colaboradores, les deseó “que la Virgen los acompañe y les dé la alegría de ‘salir deprisa’ al encuentro de tantas situaciones que necesitan ayuda”.
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