"Se impone en españa una inaceptable cultura de muerte" Soy "Facha", definitivamente
"Veo que los hombres están obsesionados con la promoción de la muerte y aplauden en el Congreso leyes que traen muerte segura, como el aborto y la eutanasia. Me declaro contrario"
"Ya sé que esto no es políticamente correcto en este tiempo y más de cuatro me llamarán facha. Pero no voy a retroceder ni un milímetro"
"¿Y qué se les ofrecerá, desde esta sociedad tan progresista, a los enfermos terminales que quieran vivir? ¿Hay algún plan B?"
"Estamos, entonces, ante un estado fracasado. Estamos ante una ley tan cruel como injusta e inhumana. Dios es amigo de la vida"
"¿Y qué se les ofrecerá, desde esta sociedad tan progresista, a los enfermos terminales que quieran vivir? ¿Hay algún plan B?"
"Estamos, entonces, ante un estado fracasado. Estamos ante una ley tan cruel como injusta e inhumana. Dios es amigo de la vida"
Ayer enterramos a uno de mis mejores amigos, que ha luchado con un tumor cerebral en los últimos tiempos, como un cosaco por vivir, como yo luché también con la misma dolencia.
Hoy, celebrando la Eucaristía, han resonado en mí con mucha fuerza las palabras del Libro de la Sabiduría: “Dios no ha hecho la muerte ni se complace en la perdición de los vivientes. El ha creado todas las cosas para que subsistan” (Sab 1, 13-15)
Y voy a las noticias de hoy y veo que los hombres están obsesionados con la promoción de la muerte y aplauden en el Congreso leyes que traen muerte segura, como el aborto y la eutanasia. Me declaro contrario.
Ya sé que esto no es políticamente correcto en este tiempo y más de cuatro me llamarán facha. Pero no voy a retroceder ni un milímetro. Soy defensor y amante de la vida y me siento orgulloso de eso. De la vida de todos sin excepción. Me da lo mismo que sean mujeres las que mueran a manos de sus maridos o maridos los que mueran a manos de sus mujeres, que también ha habido algún caso, o gays a manos de héteros, o inmigrantes a manos de políticos interesados en conseguir votos como sea o de mafias que trafican con sus vidas.
La vida humana, toda vida, es un preciado don y lo será siempre para este facha. He luchado mucho tiempo por vivir cuando todo parecía imposible y ahora valoro la vida en cada segundo como si fuera el último minuto que me queda.
Si Dios es creador y amigo de la vida, ¿con qué derecho los hombres se convierten en verdugos activos o pasivos por muy legales que se consideren? ¿Dónde quedará el juramento hipocrático que los médicos hacen cuando comienzan a ejercer su carrera o eso es ya solo papel mojado?
¿Por qué ese empeño por inyectar veneno a los enfermos si existe la posibilidad de crear unidades paliativas que hoy controlan el dolor e impiden el sufrimiento? ¿Es solo por el prurito de estar entre los cinco países más progresistas del mundo o es para tapar otros problemas más graves que tiene nuestro país y pueden quitar votos?
A mí me resulta un atraso inconmensurable estas iniciativas porque nos retraen a la Edad Media, donde la vida no tenía más valor que el que le diera el jefecillo de turno. ¡Exactamente lo que pasa hoy con el aborto y la eutanasia¡ Y me resulta bochornoso ver en el Parlamento a las ministras, con sus modelos impecables de alta costura, aplaudiendo una ley de muerte. Exactamente igual que el general Millán Astray gritando -según dicen- en la capilla de la universidad de Salamanca: “Muera la inteligencia, viva la muerte”.
¿Y qué se les ofrecerá, desde esta sociedad tan progresista, a los enfermos terminales que quieran vivir? ¿Hay algún plan B? ¿Hay alguna alternativa a la eutanasia? La mayoría de los enfermos terminales no quieren morir, ¿qué se les ofrece desde las instancias públicas, que pagamos todos, para hacer más humana y digna su situación? ¿Sólo muerte?
Estamos, entonces, ante un estado fracasado y corrupto que gasta dinero en que su presidente se pasee en Falcon y los sindicatos afines gasten las subvenciones públicas en comer marisco, pero no destina dinero para ayudar a los enfermos terminales. Es posible que haya ayudas para morir y no para vivir? ¿En qué país estamos? Estamos ante una ley tan cruel como injusta e inhumana, ¿y la aplauden con júbilo como si fuera un avance?
Con mi postura me he pasado, según dirán muchos “progresistas” al bando de los fachas. Y ahí me siento cómodo si es para defender la vida. Soy facha, lo reconozco.
Etiquetas