Por un 2025 que sea de esperanza 2025: ¿Alienados o Muskeados?
Es impresionante la pérdida de capacidad crítica de nuestros tiempos comparando con el acceso a la información disponible.
Mientras buena parte de la izquierda se pierde en el opio woke pagado por un especulador financiero, otra parte de la derecha se pierde en paranoias de gobiernos ocultos de pederastas.
Nadie parace confrontar a los que poco a poco se hacen dueños del cotarro, dominan progresivamente la realidad sin necesidad de gobernar… bueno, uno de ellos parece que pronto entrará en gobierno. El grupo de los más ricos, que nos controlan por medio de big data, que se libran de impuestos y oprimen a sus trabajadores… muchos de los cuales los defienden porque creen que no hay otra alternativa en esta sociedad competitiva… que ofrecer ganancias en Wall Street y otros mercados.
Me recuerda esa dura expresión descriptiva: “se beben sus palabras”, del hermoso salmo 73.
La Iglesia condenó el uso del análisis marxista por proyectar su ideología, como si otros análisis no proyectaran la suya. De acuerdo. Pero ¿qué análisis nos queda hoy?
Me permito sólo algunos apuntes, porque entrar de lleno ocuparía libros (muchos de ellos ya escritos, accesibles… y por lo que veo, poco leídos).
- 1) Empezando por las materias primas de las que viven: podemos remitirnos a la guerra de Ruanda y postrior guerra y maltrato a Congo. Un presidente de apellido elocuente, Paul Kagame, apoyado por Estados Unidos y Reino Unido. Exporta coltán de Congo -fruto de la violencia, abuso y robo- a grandes empresas tecnológicas (de esos países…). Hay un protocolo para evitarlo, pero no sirve de nada por ineficaz en sí mismo. Por más que se denuncie, no hay eco. Y los muertos provocados superan todas las guerras del resto del mundo de estos años. Pero no cuentan, cuenta más el beneficio.
- 2) Seguimos por el tema de las tasas impositivas, que son mínimas en comparación con sus beneficios. En algún caso incluso se ha reducido salario a los trabajadores para poder tener más beneficios y que los inversores así invirtieran más, en una dinámica de “mercado” financiero que es profundamente injusta en sí misma. Se defiende que puedan beneficiarse sin límite, mientras se ataca el salario mínimo, cuando éste era una tradición casi universal… hasta que los siglos XVII y XVIII se lo cargaron en nombre del progreso. Europa ¡no te dejes engañar!
- 3) Todo vale para obtener beneficios. Así tenemos los big data, que funcionan con criterios (a la herramienta de los mismos la llaman algoritmos) para favorecer la fijación de los clientes… con estos big data se llevó a Trump a su primera presidencia, y con ellos se ha conseguido una progresiva polarización social, aborregamiento de circo romano que está destruyendo toda racionalidad y diálogo… en nombre de los beneficios de esa casta.
- 4) Claro que no basta. Entendidos en finanzas, beneficios y técnica llevan a las monedas digitales, criptomonedas de las que bitcoin posiblemente sea la más famosa. En lucha permanente entre la regulación y desregulación, con beneficios a los de siempre, los mejores especuladores.
- 5) Y lo que nadie dice es el brutal costo energético que todo esto tiene. Las criptomonedas ya consumían el equivalente eléctrico (acumulativo por la técnica del blockchain) a más de dos mil millones de personas… añadamos ahora los big data y la Inteligencia Artificial. Ya se está viendo en el mercado eléctrico español y sólo está empezando.
Estos personajes hablan de las alternativas energéticas a nuestra sociedad, de libertad, de progreso y futuro. Pero sólo demuestran pensar en su cartera a cualquier precio ajeno, económico, ecológico y social. Sin ningún pudor.
Y las víctimas, sin ningún análisis, “se beben sus palabras” y los defienden.
Por si no era poco, en este 2025 Elon Musk tendrá amplios poderes en el gobierno de Estados Unidos. Y, con él, los demás del cotarro.
Hay jubileo de la esperanzasólo si, además de ponerla en Dios, iluminados por el Evangelio y el Espíritu Santo en la comunidad, hacemos nuestra parte de estudio, denuncia y propuesta de alternativa. Si no, no es esperanza cristiana, sino otro opio, distinto del que ellos ofrecen, pero con resultados parecidos, que es de lo que se trata, ¿no?
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