Un Dios nada majestuoso
Es en mis experiencias e indagaciones que Te conozco.
Tu amor se hace presente
en mi proceso de liberación,
en mi ejercicio de la justicia, en mi compartir del pan.
Al mirar a mi hermano veo Tu encarnación.
Encarnación en el hambriento, el marginalizado, el pobre,
encarnación en el grito de los excluidos.
Sería en vano si Te buscara como un dios majestuoso,
desconectado del clamor de Tu pueblo.
¡Que mis ojos me permitan verte!
¡Que mis oídos escuchen Tu voz!
¡Que mi palabra sea Tu palabra!
¡Que al abrazar al prójimo sienta Tu olor!
...Tal vez de ahí nace mi teología.