#pascua2023 LOS ROSTROS DEL ALBERGUE
50 Días de Pascua (Tiempo celebrativo marcado por la alegría)
| Carmen Galindo
Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido Inmolado. Celebremos, entonces, nuestra PASCUA, NO con la vieja levadura de la MALICIA y la PERVERSIDAD, sino con los panes sin levadura de la PUREZA y la VERDAD. (Apóstol Pablo de Tarso)
“Atreverse a soñar, puede ser una osadía. Porque lejos de una actitud pasiva y placentera, el sueño abre espacios a lo inédito, a lo que parece imposible, a recintos secretos reservados para seres privilegiados”. (Mª Teresa Sancho Pascua. Dominica M. de la S.F.)
PUREZA Y VERDAD de las miradas de estos rostros con nombre y apellidos y sin embargo… anónimas. Sus nombres fueron elegidos muchos años después de su nacimiento, cuando “perdidas” de una forma u otra, llegaron al ALBERGUE “A LA PASCUA”.
Pero, no una PASCUA DE 50 DÍAS… UNA PASCUA EN SUS VIDAS, ¡PARA SIEMPRE!!! UNA RESURRECCIÓN!!
Esto no es un relato, ni una historia, ni un ensayo, ni una reflexión…o…. ¿es todo eso?, o… ¿no es nada? Son FLASH. Los flash que cada día deslumbran mí pensamiento, mí vivir diario en medio de toda esta gente maravillosa.
Este relato lo que persigue, ¡que osadía!, es mostrar los rostros de algunas mujeres, que sufriendo lo indecible en sus vidas, les queda LA PASCUA, la ilusión, el sueño por vivir. El entusiasmo es un bien escaso en estos tiempos, pero…. en tiempo de PASCUA, de PASCUA CRISTIANA, debería ser un lema, una bandera. Las mujeres de este albergue no pierden el ENTUSIASMO, como no lo perdió María Magdalena cuando fue al sepulcro. Estas mujeres cuando alguien las mira con cariño, cuando las hacen partícipes de los quehaceres domésticos y cotidianos y sobre todo… si saben que alguien LAS VE, (que no es lo mismo que mirar), LAS ATIENDEN, cuando sienten QUE SON PARTE DE “LA PASCUA” no pierden el ENTUSIASMO.
Para leer este “relato” hay que tener mucho tiempo y poca prisa. Es lo que yo llamo un relato LENTO. Lento en su lectura, lento en su reflexión, lento en su mirada, lento en su meditar. Es un relato LENTO que requiere mucha calma.
Estos son retratos porque para mí y… quizás también para ti, transmiten un sentimiento. Si, los rostros que aquí vemos transmiten vida, PASCUA. No son retratos de estudio. Son retratos instantáneos, fugaces, de sorpresa, sencillos e improvisados. Desgraciadamente el ser humano no siempre puede hacer lo que quiere, por eso estoy aquí, escribiendo mientras las contemplo.
Tú, Margarita, tus ojos “redondos” miran preguntando ¿por qué? ¿Por qué tus padres te dejaron ahí y no te llevaron a tu querido pueblo? ¿Por qué la vida trata tan cruelmente a unas y tan benévolamente a otras…? ¿Por qué me tuvo que tocar a mí esta situación caótica? Desgraciadamente no hay respuesta. Quizá ellos, al igual que tú, olvidaron tantas y tantas cosas para no sufrir más. Olvidaron tu cara, tu mirada, porque su recuerdo les partía el alma. El dolor te puede llevar a la muerte, pero la vergüenza te MATA dejándote con vida, que es la crueldad mayor posible. Pero… ahora vives la PASCUA, la alegría de ser querida, de ser protagonista, alimentas la esperanza de que vale la pena vivir los valores del evangelio de Jesús. De vivir la PASCUA.
Todos estamos asombrados. Responsables, trabajadoras, voluntarias, autoridades… Si, asombradas que estos rostros puedan respirar, cantar, bailar, AMAR. Si, ustedes y yo. Todas estamos asombradas. Nos miráis, os miramos y en todas queda la interrogación de… ¿La justicia dónde está? ¿Dónde, en qué momento elegiste no quererme y olvidarme? ¿Qué te hizo mi ser para odiarme de este modo tan cruel? Pero… a pesar de tu maldad, encontré a Jesús de Nazaret que me ayuda en silencio y me da la alegría que tú me niegas… ¡Tengo entusiasmo! ¡Vivo la PASCUA!
“El odio siempre mata, el amor nunca muere” decía Gandhi. Pero… a pesar de mis pesares y de mis muchísimas limitaciones, de las cuales aquí te convences aún más de ellas, estoy segura de ser fuerte, muy fuerte y de eso también te das cuenta aquí, aunque no puedo, no podemos aceptar la injusticia porque eso sería cobardía… y aquí debe reinar la alegría, la alegría de la liberación, la alegría de la PASCUA.
En el fondo creo que estas mujeres “medio meigas”, “meigas buenas”, tienen en su corazón la seguridad que toda “prueba” se transforma en gracia, toda tristeza en alegría y…toda muerte en RESURRECCIÓN.
El pasado, efectivamente, no puede ser nunca presente, pero contemplando sus rostros revivo en mí las vivencias compartidas con ellas. Dónde hubo alegría siempre queda el rescoldo de la ilusión, de la PASCUA.
Sus ojos están fijos en mi mente y, a veces, no me hace falta cerrar mis ojos para recrearme en los suyos. Sus ojos, las de todas, tienen tanta fuerza que yo me asombro enormemente al contemplarlos. Ellas, sin saber por qué, se quedaron solas. Se les cerraron todas las puertas materiales y espirituales, quedándose todas en una especie de LIMBO emocional y social.
Miradlos, miradlos fijamente y os daréis cuenta del mundo tan absurdo que estamos creando. Ellas ya están en el LIMBO ¿Cuándo nos tocará a los demás? No creas que está garantizado el NO CAER EN ÉL. El tentáculo monstruoso es tan poderoso que a cualquiera puede atrapar. Nadie está libre… ¡menos mal!
¡Ella, la indigente, ocultaba su figura y su rostro como respuesta inconsciente al olvido en que la sociedad la sometía conscientemente!
Como ya he dicho, estos son retratos sencillos, hechos en su ambiente, con improvisación, espontáneos, robando el gesto “robándoles el alma” Ellas, las sujetas de estos rostros, son lo más importante. Me he dado cuenta aquí que la vida perdura en medio de la destrucción… y esto es posible porque la RESURRECCIÓN, porque LA PASCUA, es Real. Sino fuera así, ¿Cómo han llegado a sobrevivir ellas? María Chiquita, Rosita, Mercy, Carola, Margarita, Felicita, Flor… y tantas y tantas otras.
Mirad, mirad sus rostros. En algún momento, sin saber por qué sus vidas entraron en un proceso de letargo. Pero… otros les cogieron de la mano e intentaron transformar sus vidas y hacer de ellas su PORQUÉ.
Dios, ese ser al que todo el mundo, salvo excepciones, aclama, ama e invoca, NO es un ser aislado, desentendido de las realidades temporales. No es un ser solitario. Todo lo contrario. Es un ser comunitario, familiar, sociable y fraternal. ES AMOR. Y el amor nunca es soledad ni aislamiento. Dios es la esencia del alma humana. A Dios nadie lo ha visto jamás, pero… a tu prójimo, a tu vecina, a tu hermana… LA VES TODOS LOS DÍAS ¡Mírale a los ojos y verás lo que siente! Y tú… ¿qué sentirás?
Aquí, a este albergue, se acercan todos los días más de un centenar de rostros sin alma, sin espíritu. Pero… pasado un ratito, todo cambia… sus rostros se iluminan con la sonrisa de una voluntaria, con el encuentro de una “hermana”, con la palabra reconfortante de cualquier trabajadora y… sus corazones laten más aprisa, la esperanza vuelve a sus almas y sus miradas se iluminan… les llegó la RESURRECCIÓN, les llegó la PASCUA.
Cuando llegué al albergue y entré en el patio, por primera vez en mi vida tuve la sensación que batallones de miradas me invadían por todas partes. La luz era bastante tenue y mi mirada nerviosa no dejaba de sorprenderse de lo que allí había. Fue el primer momento, el primer contacto con las miradas del albergue.
Al día siguiente, cuando la claridad de la mañana se reflejaba en cada rostro, me di cuenta que basta una mirada para decir mil cosas. Esos ojos que brillan, que no dejan que las lágrimas traspasen sus párpados, te gritan cuánto y cuánto está sufriendo su alma. Tras la ventanuca por la que se sirve “la coladita y el pansito” sus miradas se clavan en todo mi cuerpo como alfileres. ¡Sus ojos lo dicen todo sin pronunciar palabra alguna!!
¿Qué mensaje me traen todas estas miradas? La primera vez que le robé una foto a Margarita, creí ver como se disipaban mis dudas y temores. Su mirada era feliz. Sus ojos desprendían vida, picardía, “tienen chispa” ¡y pensar que le robé la foto! Ella fue consciente del hecho. A partir de aquí vi en su mirada un comienzo de amistad, de complicidad y me alegré un montón por las dos.
Proverbio árabe: Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.
¡FELIZ PASCUA!