#advientoenclavedemujer El don sagrado de ser madre
"María guardaba todo en su corazón." Lectura del texto. Biblia latinoamericana.
| María Esperanza Córdoba Sosa
"María guardaba todo en su corazón." Lectura del texto. Biblia latinoamericana.
"Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. MARÍA, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. Después los pastores regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído tal como los ángeles se lo habían anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de que su madre quedara embarazada." Lectura del contexto. Pueblo originario Nasa. Sur occidente colombiano. A la luz del relato de Lucas, paso por el corazón la vivencia que he visto en el Pueblo Nasa en mi caminar misionero, acerca del valor invaluable de la maternidad. Para la mujer nasa, ser madre es un don y un privilegio.
Cuando una mujer queda embarazada es rodeada y acompañada por otras mujeres: Las abuelas, la madre, las vecinas y, sobre todo, la partera que cuida de ella con baños, masajes y palabras suavecitas a la semilla en gestación. Esta práctica llena de ternura y cuidado me lleva a contemplar en mi interior el encuentro de María con Isabel; me imagino el intercambio de caricias y palabras suaves que hacen saltar de gozo a las criaturas en el seno de sus madres. El día del parto es todo un acontecimiento: El aposento es limpiado con sahumerios, en la cocina se prepara el agua para el baño con plantas calientes y frescas, para equilibrar las energías, en la puerta del cuarto donde será el nacimiento se coloca el chumbe (una faja grande tejida con lana de oveja) que representa en sus figuras y dibujos, la historia y la tradición de esta cultura.
Cuando la nueva semilla abre los ojos a este universo, es lavada con los baños calientes, enjugada y envuelta en la mantita de lana y bien enchumbadita en el chumbe que ha estado en la puerta como guardián silencioso. Este gesto de envolver al nuevo niño o niña, es el de cobijar a este nuevo miembro del Pueblo Nasa, en su historia y su cultura. Seguidamente, la mamá es lavada y abrigada, sobre todo, la cabeza en un gorro o pañuelo de lana. Ya preparada recibe a su semilla de vida, para amamantarla. Después del parto, la partera y la abuela materna van a las tulpas (las tres piedras del fogón) y entierran la placenta debajo de la tulpa que representa a los hijos e hijas, para que esta nueva semilla, nunca abandone su pueblo y no olvide su cultura.
A los ocho días del nacimiento, los abuelos y abuelas acompañan a la mamá y al papá del recién nacido o nacida en una danza lenta y silenciosa alrededor de las tulpas. Con este ritual se ofrece la nueva semilla a los espíritus de la naturaleza, para que la guíe y proteja. Luego la mamá regresa al cuarto a seguir cumpliendo la cuarentena. Mensaje para la vida. El don de ser madre. El título más grande de María de Nazareth y de todas las mujeres dadoras de Vida. Hoy, al igual que María, las mujeres seguimos guardando y meditando en nuestro corazón el hermoso acontecimiento de dar vida, de propiciar alegría a nuestros pueblos, de tejer la axiología de nuestras comunidades, de construir una cultura de Paz.