Antonio Aradillas, sacerdote, periodista y autor de “Hermandades y Cofradías” “La Semana Santa española tiene que ser declarada Patrimonio de la Humanidad”
(Jesús Bastante).- "Una cofradía mueve más juventud que la que puede haber en la Iglesia institución, en un sindicato o en las filas de un partido político", asegura el sacerdote, escritor y colaborador de RD, Antonio Aradillas, que capitanea una propuesta para declarar la Semana Santa española como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Por miles de razones: " La Semana Santa no es sólo arte, procesiones y estandartes". Y porque "hoy día el turismo religioso es uno de los grandes atractivos en España".
-Hombre prolífico donde los haya, con una capacidad de trabajo inusitada, como hoy vamos a tener el placer de comprobar, con un proyecto muy interesante: ahora que han acabado todos los fastos de la Semana Santa, proponerla como Patrimonio de la Humanidad.
-La idea de hacer a la Semana Santa Patrimonio de la Humanidad pasó a ser proyecto y el proyecto ya está encarnado, porque he publicado un libro: Hermandades y cofradías número uno. Lo que quiere decir que esto puede convertirse en una enciclopedia de varios tomos... de la Semana Santa española.
-¿Por qué la Semana Santa debería ser Patrimonio de la Humanidad?
-Hasta ahora, la Semana Santa había estado aspirando a ser "Fiesta de interés turístico internacional, nacional y regional". Y, con todos los valores que tiene, que aspire a ser declarada sólo como fiesta, me parece contingente. Es importante que no reduzcamos la Semana Santa al interés puramente crematístico, cuando hay razones suficientes para que la UNESCO la nombre Patrimonio de la Humanidad.
-Sí, pero, cuando hablamos de Semana Santa, imagino que no estamos hablando sólo del período litúrgico, sino de las manifestaciones artístico-culturales...
-Eso es. La Semana Santa está enmarcada en la semana de la Pasión, la semana grande, que es posible gracias a las hermandades y las cofradías. Pero insisto en que no se encuadra, ni muchísimo menos, en una sola semana, porque estas cofradías y hermandades tienen actividad a lo largo de todo el año...
-Y ambas son, probablemente, el mayor movimiento social que existe en este país... Si se sumaran todos sus miembros y realizadores, se obtendría un número mayor que el de cualquier partido político o sindicato.
-Por supuesto. Ahora existen más de dos mil cofradías y hermandades en España, con un número de cofrades y hermanos en torno a los dos millones. Y es muy importante conocer estos datos, porque es cierto que lo que más destaca de la Semana Santa es la monumentalidad, el arte, Salcillo, Gregorio Fernández...
-Hay muchas semanas santas desde el arte, y dependiendo de la zona.
-Pero no es sólo arte e imágenes, no sólo procesiones, mantos, estandartes... Son las cofradías y hermandades y todos los hospitales, hospederías...que responden por ellas. ¡Eso es lo impresionante! La labor social, el detalle fundamental de que entre ellos se llamen hermanos, que sus miembros sean democráticamente elegidos -cosa que no se corresponde con la Iglesia oficial; de hecho, hay algunos cofrades que dicen que ellos funcionan bien porque no hay curas dentro...-, que estén los unos al servicio de los otros sin sagradas púrpuras ni cosas de esas...son cualificaciones suficientes como para erigirla Patrimonio de la Humanidad.
-Entrando en el hecho en sí de solicitud al organismo, a la UNESCO, ¿no puede resultar precisamente esa pertenencia una institución religiosa una dificultad insalvable para los propios miembros de la UNESCO?
Hay muchos precedentes: catedrales, mezquitas... Pero son valorados como conjuntos escultóricos. En este caso, hablamos de un concepto con un trasfondo religioso innegable. ¿Puede ser eso una rémora?
-Puede que sí, para evitar posicionarse. Pero a ello responden los libros ya publicados, y los que vamos a publicar: magnifican la idea de que la Semana Santa no tiene que identificarse sólo con los pasos, sino con la labor social y de cultural de cofradías y hermandades, que son la expresión de un barrio, de una ciudad, de una región... ¡Hay que ver lo que se puede aprender en las conferencias que ellos organizan durante el año, no sólo para sí, sino hacia fuera!
Cada pueblo expresa su religiosidad de acuerdo con lo que es. Por eso, cada Semana Santa se siente de una manera: no será lo mismo en Valladolid que en Sevilla. Las hay más entrañables, más piadosas, más vitales... Incluso puede decirse que algunas son más frívolas y otras más serias.
La UNESCO, que debe ser neutra, tiene que darse cuenta de que, además de la religiosidad, ahí hay valores extraordinarios... y muy turísticos. Porque, por ejemplo, si yo sé que en Segovia hay un Gregorio Fernández y quiero verlo, voy a ir a Segovia y me voy a entusiasmar al descubrir que no sólo voy a poder visitar la catedral, sino que existen museos diocesanos de las cofradías... Hoy en día, el turismo religioso es uno de los grandes atractivos en España.
-Y uno de los grandes motores de las ciudades de la antigua Europa Occidental.
¿Es suficientemente conocida y valorada la esencia de la Semana Santa? Porque ni siquiera en España se conoce bien el mecanismo de las hermandades...
-Se conoce de forma incompleta.
-Lo digo porque todos hemos visto películas de grandísimo presupuesto (Misión imposible II, con Tom Cruise, en la que se mezclan la Semana Santa andaluza y las fallas de Valencia) en las que reducen el folclore español a los toros, con mucho desconocimiento...
-Eso es lo que nosotros pretendemos precisamente, con este proyecto enciclopédico: que a nivel mundial se redescubran los valores de la Semana Santa, con aspiraciones a Patrimonio de la Humanidad. No sólo iconográficos, sino más profundos.
Pienso, por ejemplo, en el caso de las leyendas, que perviven en el pueblo sin fechas, transformaciones ni falsedades. Y mucho más ahora que tenemos una Historia tan desgastada, que han escrito los que han vencido y todo el mundo lo sabe... Yo publiqué un libro que se llama Vírgenes con leyendas y sigo pensando lo emocionante que es este tema.
Como la música: en Semana Santa hay saetas y marchas; como la literatura: ¡ya desde Lope de Vega!; como algo tan actual como la gastronomía o tan antiguo como los gremios, que son su origen...
-Quiero saber qué pasos se van a dar: el primero es este libro (como su nombre indica, Hermandades y cofradías 1), que tendrá continuidad, en el que voluntariamente no habéis incluido las semanas santas más importantes, las del Sur.
-Este libro lo firmamos José María Íñigo, con el cual sigo trabajando, Antonio Bonet (otro compañero muy experto en cuestiones de cofradías y hermandades) y yo.
La primera parte es la relación de las características por las que la UNESCO podría concederle el nombre de Patrimonio de la Humanidad. Y después, a título de ejemplo, hemos colocado la referencia descriptiva a 24 semanas santas que no son, como tú apuntabas, las semanas santas por antonomasia (Granada, Zamora...y las muchas otras). Hemos puesto una de Madrid, otra de Cartagena... porque lo que hemos querido destacar es que cualquier Semana Santa, incluso la de tu pueblo, tiene grandes valores.
-Pues justo acabo de ver la del pueblo de mi padre aquí... (risas).
Antonio, ¿quién tendría que estar detrás de un movimiento así para que tuviera visos de llegar a buen puerto? ¿Y hasta qué punto la Iglesia institución debe patrocinar este movimiento?
-Ahora que estamos en el comienzo del proyecto, yo haría todo lo posible por desclericalizarlo y desinstitucionalizarlo. Es algo arriesgado, pero creo que inteligente. Porque la Semana Santa es un fenómeno que incluso sobrepasa el turismo religioso.
También por eso queremos desreligiosizar estos libros: que actúen otros como patrocinadores. La renfe, por ejemplo, es uno de los aspirantes; pueden estar presentes los Paradores o alguna Comunidad Autónoma...
-Pero a nivel formal (porque la UNESCO no deja de ser una institución que funcionan según parámetros políticos, y en ese sentido la Semana Santa es equiparable a unos juegos olímpicos o al país donde se juega el Mundial...) requiere un proceso de presentación y negociación. Además de una inversión económica importante...
-Sin duda. Pero creo que jugamos con la gran ventaja de que no es sólo cívica, sino esencialmente religiosa. Y todos los presidentes autonómicos, consejeros de cultura que pueden significar caminos para llegar a la UNESCO, son cofrades.
-O sea que ya habéis dado ese paso...
-Queremos presentar ante la UNESCO una carretada de documentación. Y es que, cada Comunidad Autónoma, por ejemplo, tiene un libro sobre su Semana Santa... Por eso nos está resultando facilísimo darla a conocer.
Me gusta ver a las cofradías como la Iglesia del futuro: todo democracia. Porque son hermanos, porque todos llevan los mismos capirotes, no distinguen cargos... Justo lo contrario a la alta Iglesia. Por eso a mí me encantaría que, en un momento tan trascendental como una procesión, las autoridades eclesiales y civiles que hayan acudido, también se pongan su capirote y puedan comportarse como un hijo de Dios más, un hermano igual a los demás.
-Con el Estado laico y la separación de las funciones, se está hablando mucho de eso: de la presencia o ausencia de las autoridades en las celebraciones religiosas...
-¡Sí, pero todos con capirote! (risas).
-¿Pero es factible aglutinar en torno a esta propuesta a todo tipo de sensibilidades? Porque me estoy imaginando a Antonio Banderas (vestido de costalero) y a José Antonio Camacho pidiendo la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Semana Santa a la UNESCO... (risas). ¡Incluso a Bono y a Trillo!
-De un lado y del otro: tampoco tiene que haber partidos políticos en las cofradías.
Lo primero que hay que hacer es sensibilizar, porque hay muchos caminos (los que siguen relacionando la Semana Santa tan sólo con tambores) que desbrozar. Hablar de estas cofradías en un mundo tan deshermanizado como el actual, donde incluso la Iglesia está desnaturalizada.
Es muy consolador el dato conseguido en nuestros estudios sobre las hermandades y cofradías: el índice de juventud que hay en la Iglesia está muy superado por el que hay en las cofradías.
-Y probablemente también haya menos juventud en los partidos políticos o en los sindicatos...
Por eso las cofradías y hermandades, que ya realizan encuentros anuales, deberían tomar como suya esta propuesta, y así lanzarla.
-Claro. Justo por eso, sería muy útil que estas ciudades tan semanasanteras asumieran la gestión de tramitar lo que sea para declarar la Semana Santa en Patrimonio de la Humanidad... Como ya hace, por ejemplo, los Patios de Córdoba.
...Tenemos una idea que hay que hacer noticia. Sensibilizar a la gente, informarla, creo que es Evangelio.
-Desde Religión Digital animamos fervientemente la propuesta, porque entendemos que la Semana Santa, mucho más allá de las creencias de cada uno, es un signo cultural innegable, con todo un entramado de relaciones sociales...
-Hay que hacer, también, una revisión de la teología de la Semana Santa. Porque yo estoy convencido de que a la Semana Santa le falta vida y resurrección: empieza y termina con dolor... Si Dios es vida y resurrección, ¡eso no es teología!
-¿Hay algún paso de Semana Santa en el que ya aparezca Cristo resucitado?
-Eso se deja ya para las Romerías, y cosas de esas. Sobre todo, la iconografía no refleja la resurrección. Porque hemos sido educados en el dolor, el sufrimiento y la culpa. Pero la Semana Santa no es penitencia: es encuentro con la naturaleza, hermandad, esperanza. Tenemos que insistir para que el dolor sea camino de vida.
-Compartimos esa idea.
Proyecto Semana Santa, Patrimonio de la Humanidad. Y su primer volumen, Hermandades y cofradías 1, muy interesante.
-El prólogo es del cardenal Carlos Amigo.
-Pues ya tenemos, como prologuista, al primer apoyo institucional. Esperemos que se pueda seguir caminando en ese sentido y que la Semana Santa llegue a ser Patrimonio de la Humanidad, y podamos encontrarte aquí, en breve tiempo, dándonos la noticia.
Muchas gracias, Antonio. Estaremos pendientes de esta propuesta.
-Gracias a ti.
TITULARES
La Semana Santa no es sólo arte, procesiones y estandartes.
Algunos cofrades dicen que funcionan tan democráticamente porque no hay curas dentro de sus cofradías.
Puede que el trasfondo religioso sea un freno para que la Semana Santa sea denominada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Hoy día el turismo religioso es uno de los grandes atractivos en España.
A través de nuestros libros queremos lograr el redescubrimiento de los valores de la Semana Santa.
Música, leyendas y manifestaciones literarias, gastronomía...hay muchísimas perspectivas desde las que acercarte a la Semana Santa.
La Iglesia oficial no debe protagonizar los movimientos de las cofradías: la Semana Santa sobrepasa lo religioso e institucional.
Las autoridades religiosas y civiles que quieran ir a una procesión, que desfilen con el capirote como un cofrade más, porque ahí no hay rangos ni jerarquías.
Una cofradía mueve más juventud que la que puede haber en la Iglesia Institución, en un sindicato o en las filas de un partido político.
Teológicamente, a la Semana Santa le falta vida, le falta resurrección: se empieza y se termina con el dolor...