Un santo para cada día: 26 de julio San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús
¿Qué sería de nuestro mundo sin la labor abnegada y sacrificada de los abuelos? En estos tiempos difíciles, ellos están sirviendo de colchón en muchas de las familias destrozadas por unas causas o por otras
Joaquín y Ana ambos de la tribu de Judá eran los nombres de los padres de María que se unieron en matrimonio en una edad avanzada para aquella época. El nombre de Joaquín significa “Preparación del Señor” Ana quiere decir “gracia” y el fruto tardía de estos dos esposos se llamaría María que se traduce por “ la elegida por Dios”. Las pocas noticias que nos han llegado de ellos es a trasvés del evangelio apócrifo de Santiago que nos da a conocer algunos detalles tales como que vivían en Nazaret donde eran dueños de una pequeña hacienda cuyos ingresos una parte se lo quedaban ellos y lo demás iba destinado al templo y a remediar las necesidades de los pobres y de los peregrinos Aunque eran piadosos y temerosos de Dios vivía estigmatizados socialmente porque iban pasando los años y el matrimonio no daban signos de fertilidad. Afligidos por este contratiempo ambos suplicaban a Dios para que les concediera un descendiente. Joaquín se retiró al desierto a hacer penitencia mientras su mujer Ana en las dependencias de la casa oraba de esta manera : “ ¡ Oh Dios de nuestros padres! Óyeme y bendíceme a mi a la manera que bendejiste al seno de Sara dándole como hijo a Isaac!”.
Pasado un tiempo esta humilde súplica de Ana fué escuchada por Dios y los deseos de Joaquín se cumplieron. En agradecimiento al Dios de lo Alto decidieron consagrar a Dios el fruto de sus entrañas al que pondrían por nombre María y para compartir su alegría con sus familiares y amigos Joaquín y Ana organizaron un banquete en el que presentaron a su hija de un añito poniéndola en manos de los sacerdotes para que éstos la bendijeran. Pasado el periodo de lactancia y cuando María había cumplido los tres años, de mutuo acuerdo Joaquín y Ana llevaron a María al templo donde fue recibida por un sacerdote, quien tomando la niña en sus brazos pronunció estas palabras: “El Señor ha engrandecido tu nombre por todas las generaciones , pues al fin de los tiempos manifestará en ti su redención a los hijos de Israel” . Después de haber sido testigos de cuanto habían visto y oído Joaquín y Ana regresaron a su casa bendiciendo a Dios. Hay no obstante una duda que conviene aclarar. ¿ El generoso matrimonio regresó a casa con María o sin ella? Según la crítica autorizada, la costumbre era que los primogénitos tanto si eran niños como si eran niñas efectivamente tenían que ser consagrados a Dios; pero rescatados inmediatamente con una ofrenda, de lo cual se deduce que Joaquín y Ana volvería a casa llevando consigo a María para ser educada en el seno del hogar y gozar de su presencia hasta que Dios dispusiera. No debió ser mucho este tiempo pues según la crítica moderna en el momento que María se desposa los 15 años con José estaría ya huérfana.
Si esto fue así y es hoy por hoy la opinión más autorizada, entonces nos encontramos con que Joaquín y Ana mueren completamente ignorantes de su misión trascendental en los planes de Dios, habrían abandonado este mundo sin saber que habían engendrado a la madre de Dios, sin saber que ellos habrían de ser los abuelos del Mesías esperado, ni habrían conocido su sonrisa infantil , ni experimentado el gozo de su tiernas caricias, ni habrían sido testigos de sus primeros pasos y balbuceos. Ellos, los más amorosos de los abuelos que no pudieron gozar del más tierno de los nietos. Se fueron sin ser testigos de excepción de que todas las expectativas de profetas y patriarcas, todos los anhelos del pueblo de Israel se habían cumplido. Siglo y siglos nadando en un mar embravecido para luego ir a morir a la orilla sin ver manifestarse la gloria del Altísimo. ¿ Quién conoce los secretos de Dios?
Desde los primero siglos del cristianismo se viene rindiendo culto a Santa Ana y un poco más tarde a S. Joaquín en honor a los cuales se han venido levantando templos bajo su advocación, en cambio es relativamente reciente su consagración como santos patrones de los abuelos.
Reflexión desde el contexto actual.
La existencia de Joaquín y Ana, escondida y silenciosa queda enmarcada de forma discreta pero efectiva en el Misterio de la Salvación. Su misión como la de todos los abuelos queda relegada a segundo plano; pero resulta insustituible. Lo estamos viendo en nuestra sociedad ¿Que sería de nuestro mundo sin la labor abnegada y sacrificada de los abuelos.? En estos tiempos difíciles, ellos están sirviendo de colchón en muchas de las familias destrozadas por unas causas o por otras . Nada más enternecedor que ver como unos abuelos se quitan el pan de la boca para dárselo a sus nietecitos.