Cuidado con idolatría del dinero. El dinero está al servicio de la justicia social (Lucas 16,1-13).

Domingo Veinte y Cinco. Año ordinario C. 18.09.2016.


En Evangelio de este domingo Jesús se refiere al uso y al servicio del dinero.
Que nadie vaya a pensar que Jesús está alabando al que hizo uso tramposo del dinero. No. Jesús pone de relieve la utilización del dinero, incluso el injusto, para prepararse una vida de salvación.
Si me refiero, con el Evangelio, al dinero injusto, es porque generalmente, los muy ricos y poderosos, con un abismo sideral entre su mundo y el mundo de los pobres y oprimidos, se deben a un dinero mal habido: por eso dinero "injusto" y con agregado evangélico de "maldito".

Hay que acordarse del rico Zaqueo del Evangelio. Zaqueo como recaudador de impuesto tenía fama de dedicarse a los negocios sucios. Sin embargo conversando con Jesús se dio cuenta de su pecado y se convirtió. Quería tener una vida futura eterna con Dios:

"Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien he exigido algo injustamente, le devolveré cuatro veces más".(Lc.19,7).

Entonces, lo que en realidad Jesús alaba, en Evangelio de hoy, es que el administrador utilizara el dinero, injusto, para prepararse un buen futuro como Zaqueo.

El dinero, en la realidad existencial nuestra, aparece siempre ambiguo. En Chile y en América Latina, el dinero aparece como signo de una gran injusticia y como un sinónimo de explotación. No aparece como un "fruto de la tierra y del trabajo del hombre".

Tiene razón Jesús cuando nos dice:

"que es muy difícil que un rico se salve": es más difícil que alguien se salve siendo rico que siendo pobre. La experiencia indica que la obsesión por el dinero y por el tener, lleva a la idolatría y a la esclavitud.

El dinero, como todo, debe estar en una línea de proyección de nuestra salvación y de la liberación de los otros, especialmente de los pobres. No olvidemos que los pobres y oprimidos son consecuencia de quienes acumulan, usando con trampa y usura el dinero, pero, por sobre todo, son consecuencia de un sistema económico injusto, duro e inhumano como el neo liberalismo o "capitalismo salvaje"; este sistema ha hecho la pobreza de un 80% de pobres en el mundo, constituyendo una sociedad empecatada. Esto lo subrayo en un tiempo en que en Chile surgen candidatos que siguen proponiendo nulos cambios en este sistema inicuo y gestor del "pecado social". Además, hay que decirlo:

Esta economía es la negación de la esencia misma de la democracia.

¿Por qué los cristianos votan, sosteniendo esta tamaña inmoralidad? Ni siquiera se asemejan al administrador astuto, ni a Zaqueo del Evangelio. Y lo digo, para algunos católicos que han de saber que el "capitalismo salvaje" está condenado moralmente por la Doctrina Social de la Iglesia. ¡No corresponde a un católico! Y es necesario que nuestra jerarquía lo proclame y denuncie con fuerza profética.


Hay que transformar el uso del "maldito dinero, fuente de iniquidad", en un instrumento para que:

"los reciban a ustedes en las viviendas eternas".

A esta astucia se está refiriendo Jesús en Evangelio de este domingo.

Los cristianos, al promover una nueva manera de vivir con respecto al dinero, deben quitarle la fama de "bien supremo". Pues parece que el dinero puesto en un "lugar seguro" pasa a ser el medio para asegurar nuestra vida y nuestro futuro. Y Jesús, muy al contrario, nos pide que pongamos el dinero en circulación y que lo cambiemos sin ninguna duda por algo más noble y precioso, como son los lazos de fraternidad, amor y justicia con nuestros hermanos, preferencialmente, haciendo debida justicia con los más pobres y marginados de la sociedad.

Cuando digo esto, no puedo dejar en el olvido a todos mis hermanos más pobres, escondidos por política económica chilena, en Sector de Bajos de Mena de Puente Alto. Yo he conocido un Puente Alto de 300 mil habitantes. Ahora conozco un Puente Alto de más de 800 mil habitantes. Lo que pasa es que a los pobres de distintos lugares de Chile: gente sin vivienda de los Campamentos, "Callampas" o Villas Miserias, se les ha ido a esconder en Bajos de Mena; pongo "Callampas" con comillas ("ll"), porque quiero decir que se trata de hermanos míos que, como objetos o cosas "indecentes", se busca, en forma ignominiosa, de "acallar", de silenciar, sin hacer ruido, y en forma reservada, esconder secretamente.

¡Se esconde la pobreza y miseria de chilenos pobres, hermanos nuestros!

El "Calladito" es en Chile un baile antiguo y popular que se ejecuta sin canto. Así "bailan" y viven mis hermanos pobres de Puente Alto en Bajos de Mena.

No somos dueños de "nuestro dinero y bienes". Somos sólo administradores, como el mayordomo del Evangelio. Todo: dinero y bienes, debemos administrarlos para el bien de todos. Aquí, en Evangelio de hoy, el dinero es llamado "injusto y maldito" por Jesús, porque no es el bien verdadero ni el que nos hace justos ante Dios; y porque no se puede acumular dinero y confiar en él sin faltar a la confianza en Dios y sin hacer daño a nuestro prójimo.

¿Cuál es el uso evangélico del dinero?

Repito lo dicho más arriba: Tratar de ponerlo al servicio de nuestra salvación y de la liberación de nuestros hermanos pobres. La única forma cristiana y evangélica de redimir el dinero, es hacerlo un instrumento de liberación, es orientando su uso a la liberación de los pobres y a su evangelización.

Cada cristiano rico, cada comunidad cristiana, la Iglesia, deben ser un testimonio del uso evangélico del dinero. Aquí, me gusta mucho resaltar lo dicho recientemente por el Papa Francisco I:

"Quiero una Iglesia pobre y para los pobres"..

Contestemos a esto como en la Oración de los Fieles de la Eucaristía:

"Roguemos al Señor... Escúchanos, Señor, te rogamos".

Somos administradores de las riquezas, como el mayordomo de la parábola de hoy.
El criterio evangélico no es considerarnos "dueños" de nuestro dinero y bienes.

Nuestro único bien es nuestro trabajo y la misión a que la vida nos llama, nuestras responsabilidades ya sean familiares u otras, pero, por sobre todo, la causa del Evangelio y del pobre.
El dinero debe estar al servicio de estas responsabilidades evangélicas y cristianas. Por lo tanto, debemos ser libres y no esclavos del tener dinero, también de su uso. No es evangélico darle un valor en sí, tampoco lo es, cuando no lo utilizamos en búsqueda del bien común y de la liberación de los demás.

El dinero "injusto y maldito" se redime y se libera cuando lo ponemos al servicio de la justicia y de los pobres: y no de los "vulnerables", como se trata de llamarlos, imponiéndolo en nuestro lenguaje chileno. Todos somos vulnerables, pero no todos somos pobres: ¡no seamos mentirosos!. Ese dinero idolatrado y signo de lucro y explotación, en nuestra triste e injusta realidad, puede convertirse a causa del Evangelio, en instrumento de liberación como sucedió con Zaqueo.

"Los bienes y las riquezas del mundo, por su origen y naturaleza, según la voluntad del Creador, son para servir efectivamente a la utilidad y provecho de todos y cada uno de los hombres y los pueblos. De ahí que a todos y a cada uno les compete un derecho primario y fundamental, absolutamente inviolable, de usar solidariamente esos bienes, en la medida de lo necesario, para una realización digna de la persona humana. Todos los demás derechos, también el de propiedad y libre comercio, le están subordinados.
"Sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social".(Juan Pablo II).
La propiedad compatible con aquel derecho primordial es más que nada un poder de gestión y administración, que si bien no excluye el dominio, no lo hace absoluto ni ilimitado. Debe ser fuente de libertad para todos, jamás de dominación ni privilegios. Es un deber grave y urgente hacerlo retornar a su finalidad primera"
.(Puebla 492. Tomado de "Progreso de los Pueblos 28. de Pablo VI).

Otras palabras de Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe (CELAM) acerca de pobreza evangélica:

"La exigencia evangélica de la pobreza, como la solidaridad con el pobre y como rechazo de la situación en que vive la mayoría del continente, libra al pobre de ser individualista en su vida y de ser atraído y seducido por los falsos ideales de un sociedad de consumo. De la misma manera, el testimonio de una Iglesia pobre puede evangelizar a los ricos que tienen su corazón apegado a las riquezas, convirtiéndolos y liberándolos de esta esclavitud y de su egoísmo".(Puebla 1156).

"La pobreza evangélica se lleva a la práctica también con la comunicación y participación de los bienes materiales y espirituales; no por imposición sino por el amor, para que la abundancia de unos remedie la necesidad de los otros". Cfr. 2 Cor. 8, 1-15. y Puebla 1150).

"La Iglesia se alegra de ver en muchos de sus hijos, sobre todo de la clase media más modesta, la vivencia concreta de esta pobreza cristiana".
(Puebla 1151).

"En el mundo de hoy, esta pobreza es un reto al materialismo y abre las puertas a soluciones alternativas de la sociedad de consumo".(Puebla 1152)


Evangelio de hoy es un llamado a la conversión, y la palabra de la Iglesia hoy, en nombre de Jesús, se convierte en un llamado de moralidad a los gobiernos y políticos que propician el inhumano, cruel y antievangélico sistema económico neo liberal, calificado como "capitalismo salvaje", porque como un "pulpo" de muchos tentáculos acapara de todas partes, haciendo un mundo de privados coludidos con los políticos(una minoría), haciendo corrupción y secuestrando a una mayoría.

Hoy es el día patrio de Chile. ¡Haga patria verdadera, fraterna, justa y con una verdadera democracia! ¡No más mentiras!


Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+


Volver arriba