"Estén alegres. Les repito estén alegres. El Señor está cerca". (Filipenses 4, 4-5).
Domingo Tercero de Adviento Año A. 11.12.2016.
(Mateo 11,2-11.)
"Estén alegres. Les repito estén alegres. El Señor está cerca". Sí, la razón de nuestra existencia y vida está a la puerta. La alegría, la paz, el amor, la justicia y la fraternidad; el que nos llena plenamente; nuestro todo se ha fijado en nosotros, nos ama y viene por nosotros. Es Jesús. Acojámoslo. Centrémonos en Él. No nos distraigamos en cosas superfluas. Abramos nuestro corazón, nuestro hogar, nuestra Iglesia; abramos todo y abrámonos todos, será la alegría y será Navidad. Ojalá sea también un radical "nacimiento para nuestro crítico Chile. Nazca la democracia verdadera; una Institucionalidad y una Constitución legítima y con una Economía solidaria, justa y fraterna, prometida por los grandes empresarios al Papa Juan Pablo II que nos visitaba en 1987.
Entonces, que los grandes empresarios, ahora coludidos con los políticos en el poder, tengan abierto su corazón y sus manos para que "nazcan" a una nueva vida del compartir, considerando a todos los chilenos sus hermanos.
Pero la sociedad moderna ha prostituido la espera de Adviento. Han comercializado la Navidad, han folclorizado e instrumentalizado cultural e ideológicamente a Jesús Niño y a la Virgen María. Han convertido la esperanza cristiana en pura espectación humana; la liberación integral de Cristo en adelantos materiales. (Puebla 483-485).
La salvación que Jesús trae está sofocada por los mesianismos políticos, la publicidad y la propaganda consumista. (Puebla 1069).
¿Cómo reconocer la salvación que Jesús trae? ¿Como reconocer la presencia de Jesús y su itenerario liberador, en medio de tanto consumo, locura por comprar?. ¿Cómo los niños, de cualquier condición humana, en medio de tantas entretenciones, diversiones, juegos, esparcimientos y regalos, podrían desde chicos hacerse amigos de Jesús? ¿Cómo poder descubrir la presencia liberadora de Jesús, en medio de una secularización creciente de Navidad y Adviento?
Este desconcierto existía también en tiempo de Jesús. "Era Él el Mesías por venir, o tenían que esperar a otro?".
Al respecto no había acuerdo entre los dirigentes, lo cual sembraba el escepticismo y la confusión en el pueblo:
"Está endemoniado..., es un falso profeta..., agita al pueblo..., es el santo de Dios..., es el Mesías que había de venir..., Dios está con Él...".
¿Cómo reconocer a Jesús que viene? Por sus gestos de misericordia y de liberación, junto a los oprimidos, alejados y abandonados. Gestos limitados, provisorios, pero suficientes para los que tienen el corazón pobre y nutren la esperanza, "los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Nueva". (Puebla 190,191).
La verdadera presencia del Cristo que esperamos no se da en la celebración social y convencional de la Navidad. Se da en la misericordia y en el servicio de los pobres; en su Evangelización liberadora; en el perdón y la reconciliación universal.
¿Por parte de quién? Por aquellos que son los signos de Jesús en el pueblo, llamados a mantener la esperanza en su venida salvadora; la Iglesia y los cristianos. (Puebla 1141, 1153).
La credibilidad de que Cristo viene como liberador, y que no ha olvidado a su pueblo, está en nuestras manos. Depende de nuestra fidelidad en poner los signos de solidaridad y el servicio con los pobres sufrientes y abandonados. De nuestra opción preferencial y pastoral por los pobres. De nuestra opción en defensa de los oprimidos. De que la Evangelización llegue en primer lugar a los pobres, respondiendo a sus aspiraciones de Dios y de liberación. (Puebla 1134).
Así como el pueblo judío, con Moisés, con los profetas del exilio, y más tarde, con el mismo Jesús, experimentaba el paso de Dios santificador y liberador a través de los hechos que lo llevaban, de formas de servidumbre, a situaciones de mayor libertad; igualmente hoy el pueblo reconocerá la venida de Cristo que lo santifica y libera, en una Comunidad Cristiana y en una Iglesia que lo acompañan en su camino a formas de vida más humanas.(Puebla 1145,1147).
Así será un pueblo alegre. Repito, estará alegre. El Señor estará cerca. Y será una alegre Navidad.
Que así sea.
Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+
Nota: He querido ser más breve, pero les ruego que busquen y lean las citas de Puebla. Aprovecho de disculparme porque me resultaron varias letras negritas no buscadas por mí.
Yo oraré en estas dos semanas de Adviento, antes de Navidad, por todos ustedes y familiares para que tengan un gran "nacimiento" 2016 en Jesús, alegría de nuestras vidas todas.
(Mateo 11,2-11.)
"Estén alegres. Les repito estén alegres. El Señor está cerca". Sí, la razón de nuestra existencia y vida está a la puerta. La alegría, la paz, el amor, la justicia y la fraternidad; el que nos llena plenamente; nuestro todo se ha fijado en nosotros, nos ama y viene por nosotros. Es Jesús. Acojámoslo. Centrémonos en Él. No nos distraigamos en cosas superfluas. Abramos nuestro corazón, nuestro hogar, nuestra Iglesia; abramos todo y abrámonos todos, será la alegría y será Navidad. Ojalá sea también un radical "nacimiento para nuestro crítico Chile. Nazca la democracia verdadera; una Institucionalidad y una Constitución legítima y con una Economía solidaria, justa y fraterna, prometida por los grandes empresarios al Papa Juan Pablo II que nos visitaba en 1987.
Entonces, que los grandes empresarios, ahora coludidos con los políticos en el poder, tengan abierto su corazón y sus manos para que "nazcan" a una nueva vida del compartir, considerando a todos los chilenos sus hermanos.
Pero la sociedad moderna ha prostituido la espera de Adviento. Han comercializado la Navidad, han folclorizado e instrumentalizado cultural e ideológicamente a Jesús Niño y a la Virgen María. Han convertido la esperanza cristiana en pura espectación humana; la liberación integral de Cristo en adelantos materiales. (Puebla 483-485).
La salvación que Jesús trae está sofocada por los mesianismos políticos, la publicidad y la propaganda consumista. (Puebla 1069).
¿Cómo reconocer la salvación que Jesús trae? ¿Como reconocer la presencia de Jesús y su itenerario liberador, en medio de tanto consumo, locura por comprar?. ¿Cómo los niños, de cualquier condición humana, en medio de tantas entretenciones, diversiones, juegos, esparcimientos y regalos, podrían desde chicos hacerse amigos de Jesús? ¿Cómo poder descubrir la presencia liberadora de Jesús, en medio de una secularización creciente de Navidad y Adviento?
Este desconcierto existía también en tiempo de Jesús. "Era Él el Mesías por venir, o tenían que esperar a otro?".
Al respecto no había acuerdo entre los dirigentes, lo cual sembraba el escepticismo y la confusión en el pueblo:
"Está endemoniado..., es un falso profeta..., agita al pueblo..., es el santo de Dios..., es el Mesías que había de venir..., Dios está con Él...".
¿Cómo reconocer a Jesús que viene? Por sus gestos de misericordia y de liberación, junto a los oprimidos, alejados y abandonados. Gestos limitados, provisorios, pero suficientes para los que tienen el corazón pobre y nutren la esperanza, "los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Nueva". (Puebla 190,191).
La verdadera presencia del Cristo que esperamos no se da en la celebración social y convencional de la Navidad. Se da en la misericordia y en el servicio de los pobres; en su Evangelización liberadora; en el perdón y la reconciliación universal.
¿Por parte de quién? Por aquellos que son los signos de Jesús en el pueblo, llamados a mantener la esperanza en su venida salvadora; la Iglesia y los cristianos. (Puebla 1141, 1153).
La credibilidad de que Cristo viene como liberador, y que no ha olvidado a su pueblo, está en nuestras manos. Depende de nuestra fidelidad en poner los signos de solidaridad y el servicio con los pobres sufrientes y abandonados. De nuestra opción preferencial y pastoral por los pobres. De nuestra opción en defensa de los oprimidos. De que la Evangelización llegue en primer lugar a los pobres, respondiendo a sus aspiraciones de Dios y de liberación. (Puebla 1134).
Así como el pueblo judío, con Moisés, con los profetas del exilio, y más tarde, con el mismo Jesús, experimentaba el paso de Dios santificador y liberador a través de los hechos que lo llevaban, de formas de servidumbre, a situaciones de mayor libertad; igualmente hoy el pueblo reconocerá la venida de Cristo que lo santifica y libera, en una Comunidad Cristiana y en una Iglesia que lo acompañan en su camino a formas de vida más humanas.(Puebla 1145,1147).
Así será un pueblo alegre. Repito, estará alegre. El Señor estará cerca. Y será una alegre Navidad.
Que así sea.
Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+
Nota: He querido ser más breve, pero les ruego que busquen y lean las citas de Puebla. Aprovecho de disculparme porque me resultaron varias letras negritas no buscadas por mí.
Yo oraré en estas dos semanas de Adviento, antes de Navidad, por todos ustedes y familiares para que tengan un gran "nacimiento" 2016 en Jesús, alegría de nuestras vidas todas.