El purpurado alemán, a propósito del documento del Camino Sinodal sobre la moral sexual Cardenal Marx: “No queremos sustituir al Papa ni cambiar el dogma, solo avanzar”

No sabemos, ciertamente, cuál fue su voto sobre el controvertido texto que pide reflexionar sobre la moral sexual en la Iglesia católica, pero es fácil de suponer la postura del cardenal Reinhard Marx, y no solo tras sus declaraciones en el diario La Croix. Ya antes, tras el cerrojado dado por los obispos al texto en la cuarta Asamblea del Camino Sinodal, celebrada la pasada semana, el arzobispo de Múnich y Freising mostró su pesar por la postura de los obispos, cuyo voto de bloqueo dio al traste con el documento y a punto estuvo de hacer descarrilar el encuentro nada más iniciado.

“Este texto es polémico y necesita un mayor debate en la Iglesia universal, pero es importante y no podemos dejar de lado el tema. Es un cambio de paradigma y de perspectiva en la moral sexual y la ética social. Es un proceso. Vamos a volver a hablar de ello en la Conferencia Episcopal. Quisiera recordar que este texto fue aceptado por más del 80% de los miembros de la asamblea sinodal y por el 62% de los obispos”, recalca uno de los impulsores del Camino Sinodal sobre un documento sobre el que la mayoría de los más de 200 delegados habían puesto muchas esperanzas y en el que se contemplan, entre otras cuestiones, reconocer explícitamente a las parejas homosexuales y a las formadas por divorciados vueltos a casar.

Quien fuera también presidente del Episcopado alemán hasta 2020 pide a sus hermanos que las posturas que se mantengan, además de manifestarse mediante el voto en el proceso del Camino Sinodal, habría también que argumentarlas, en el sentido de que el voto de ese texto fue secreto, y muchos de los que votaron en contra se parapetaron en el anonimato, una cuestión que también fue duramente criticada por los delegados laicos.

Niega el cardenal en La Croix que en esa negativa de los obispos haya podido influir la declaración emitida por la Santa Sede en julio pasado, en la que rechazaba el documento sobre la moral sexual, porque la misma, asegura, “no ha aportado ningún elemento nuevo”.

Y, además, Marx afirma que “ninguno de nosotros quiere sustituir al Papa, anular el derecho canónico o reescribir el dogma de la Iglesia. Lo que queremos es hacer preguntas, debatir, hacer avanzar la discusión. Formamos parte de la Iglesia universal. Tenemos la misión de aportar todos los elementos que consideramos importantes”.

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