La Santa Sede lamenta el cierre en falso de la Cumbre del Clima celebrada en Madrid "La COP25 no ha respondido a las expectativas"
"El único éxito de Madrid fue el compromiso de los países ricos de indicar su contribución nacional al clima para el próximo año", sostiene
"Después de 12 días de negociaciones y otras dos jornadas suplementarias para encontrar una posición común, no se logró un acuerdo"
| L'Osservatore Romano
La Cop25 no ha respondido a las expectativas. Los cerca de 200 países participantes han señalado la "necesidad urgente" de actuar contra el calentamiento global, pero sin llegar a un acuerdo sustancial. Este era también el deseo del Papa Francisco que, en un mensaje, había escrito a los participantes sin ocultar su pesar por la insuficiente voluntad política de seguir acrecentando la atención y la sensibilidad acerca de la necesidad de transformar el actual modelo de desarrollo.
Ningún acuerdo sustancial
Después de 12 días de negociaciones y otras dos jornadas suplementarias para encontrar una posición común, no se logró un acuerdo. Todo ha sido postergado de al menos 6 meses, cuando en Bonn se realizará un nuevo encuentro que conducirá seguidamente a la crucial cumbre de noviembre, la Cop26 en Glasgow.
Entre las cuestiones más divisorias que se abordaron en la conferencia de las Naciones Unidas se encontraba el artículo 6 del Acuerdo de París sobre las normas que deben regir los mercados internacionales de carbono.
El único éxito de Madrid fue el compromiso de los países ricos de indicar su contribución nacional al clima para el próximo año.
Los países vulnerables, víctimas de fenómenos meteorológicos extremos (como las pequeñas islas del Pacífico), han conseguido que los países más ricos indiquen para el próximo año en qué medida aumentarán sus compromisos de reducir los gases de efecto invernadero para 2030, fuente del calentamiento global. En la Cop26 de noviembre de 2020 en Glasgow, ningún país podrá eludir este compromiso.
Guterres: “Decepcionado, pero no me rindo”
En una entrevista concedida al periódico La Stampa y a VaticanNews, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, se declaró "decepcionado", al afirmar que "la comunidad internacional ha perdido una importante oportunidad de mostrar una mayor ambición" para hacer frente a la crisis del cambio climático. "No debemos rendirnos, y yo no me rindo", añadió.
En el discurso inaugural de la Cop25, Guterres había señalado que la humanidad se encuentra en una encrucijada. "Al final de la próxima década estaremos en uno de dos recorridos: uno, es el camino de la rendición, en el que hemos caminamos dormidos más allá del punto de no retorno, poniendo en riesgo -dijo- la salud y la seguridad de todos los habitantes de este planeta. ¿Realmente queremos ser recordados como la generación que escondió su cabeza en la arena, que se tardaba mientras el planeta se enardecía? El otro es el camino de la esperanza. Un camino de determinación, de soluciones sostenibles. Un camino -añadió Guterres- en el que todos los combustibles fósiles permanezcan donde deberían estar, bajo tierra, y donde estemos a buen punto para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050".
El mensaje del Papa a la Cop25: no perdamos esta ocasión
El pasado 4 de diciembre, el Papa Francisco envió un mensaje a los participantes en la Conferencia invitándoles a no perder esta ocasión de "preservar y cultivar nuestra casa común”. El Papa expresó también su pesar por el retraso con el que la comunidad internacional está enfrentando el cambio climático, definido por el Santo Padre “uno de los principales desafíos para la humanidad”.
Significativa es la referencia del Pontífice a los jóvenes sobre quienes no debe recaer la tarea de ocuparse de los problemas causados por las generaciones anteriores. Es necesario, en cambio, darles “la oportunidad de recordar a nuestra generación como aquella que renovó y actuó - con conciencia honesta, responsable y valiente - la necesidad fundamental de colaborar para preservar y cultivar nuestra casa común”.
En el quinto capítulo de la Encíclica Laudato si, el Papa Francisco puso en tela de juicio la política internacional, sin escatimar un juicio severo sobre las cumbres mundiales relacionadas con el medio ambiente que, en los últimos años, "no respondieron a las expectativas" por "falta de decisión política".
En la Encíclica, el Papa explica además que “la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política” e invita “a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común”.
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