Pregón del obispo en Madrid: "Queremos ser anuncio de Resurrección" Fernando Valera: "En Zamora la Pasión tiene nombre de mujer"

El obispo de Zamora, Fernando Valera
El obispo de Zamora, Fernando Valera

El prelado sostuvo en el Pregón de la Casa de Zamora en Madrid que los zamoranos “portan banzos muy pesados y que el peor de todos es el de la indiferencia”

“Quiero que este pregón sea una llamada a la esperanza, un pregón de la Pasión que inunde de resurrección nuestros recovecos, nuestras miserias, nuestras dificultades. La esperanza, en cristiano, mira al futuro porque sabe que todo lo demás es provisional. También los malentendidos, las luchas de poder, las rencillas y las dificultades porque nuestro presente no lo es todo”

“El futuro que esperamos cambia nuestro presente, transforma nuestro hoy, llena de sentido nuestro ahora. El mañana inunda el sentido de cada hoy. La esperanza es posible porque el amor es real”

El obispo de Zamora, Fernando Valera, afirmó hoy que la provincia “tiene en sus entrañas carne de calvario, de soledad y de abandono”, aunque puntualizó que la Iglesia zamorana “y su pastor”, quieren “ser anuncio de Resurrección”.

La ciudad "se apasiona y se vuelca con la semana que nutre de identidad y fuerza a una tierra tantas veces demacrada y olvidada. Los zamoranos portan banzos muy pesados. Llevan sobre sus hombros cargas, a veces, imposibles de soportar. La peor de todas, la más dura, es la de la indiferencia, la del olvido”, recalcó.

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Fernando Valera hizo estas declaraciones en el Centro de Cultura Contemporánea ‘Conde Duque’, en la capital madrileña, durante su intervención ante 350 personas como pregonero, en la septuagésima tercera edición del Pregón de la Semana Santa de Zamora, organizado por la Casa de Zamora en Madrid . “Quiero que este pregón sea una llamada a la esperanza, un pregón de la Pasión que inunde de resurrección nuestros recovecos, nuestras miserias, nuestras dificultades. La esperanza, en cristiano, mira al futuro porque sabe que todo lo demás es provisional. También los malentendidos, las luchas de poder, las rencillas y las dificultades porque nuestro presente no lo es todo”, explicó.

En el Pregón, titulado ‘De la imagen, al misterio. Una mirada interior’, monseñor Valera Sánchez destacó la forma en la que Zamora, “como pocas ciudades europeas”, ha logrado “mantener la esencia de la fe más popular, la experiencia de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor” y aseguró, “frente a una época de pasiones tristes”, sentirse “orgulloso” de ser el pastor de una iglesia que “arde de amor ante sus desfiles procesionales, ante las imágenes que nos hablan de una fe impermeable al tiempo, de una experiencia de amor crucificado que ha sido trasmitida con sencillez, proclamada con valentía y madurada en la historia”.

Venir a Zamora no es solo venir a otro modo más al norte de vivencia de la Semana Santa, tan distinto al del sur. Venir a Zamora es venir a la raíz de una expresión popular donde afinan en tono perfecto, forma y contenido, palabra y acción, interior y representación

“Os invito a contemplar el alma de la Semana Santa de nuestra tierra, con mirada interior, con una mirada distinta, capaz de ver con el corazón. Nuestras procesiones son una experiencia de los sentidos: ver, tocar, oler, gustar, oír y una experiencia que nos llama a sentir interiormente los misterios de la Pasión de Jesucristo”, indicó. “Venir a Zamora no es solo venir a otro modo más al norte de vivencia de la Semana Santa, tan distinto al del sur. Venir a Zamora es venir a la raíz de una expresión popular donde afinan en tono perfecto, forma y contenido, palabra y acción, interior y representación. Esta rima tan cuidada, así mantenida y conservada es, en esta tierra y para el mundo entero, la mejor definición de la belleza”, describió.

Fernando Valera aludió, como “preludio de la Semana Santa”, a la presentación del vigésimo número de la revista IV Estación, editada por el Grupo Promecal y que se presentará mañana, lunes, en el Teatro Ramos Carrión. “Una radiografía de los desfiles que atraviesan nuestras calles. Es lugar de encuentro, cercanía y amistad. Es la imagen del conocimiento interno que nace del amor y permite conocer al Señor desde sí mismo más que desde nosotros: el Espíritu Santo suscita en nosotros el amor a Cristo, a la Virgen María, a los discípulos, a la Verónica…”, señaló.

“Nos lleva al interior del Evangelio que pasa ante nosotros como el traslado del Mozo de San Frontis que atraviesa el Puente de Piedra en su subida a Zamora, el Jueves de Pasión. Así comienza la Pasión en Zamora: pasando al otro lado y traspasando el corazón de un pueblo hasta lo más profundo”, apuntó.

El obispo de Zamora hizo un breve recorrido por los principales hitos de la Semana Santa de Zamora y describió algunos de los momentos más emblemáticos, además de incidir en las imágenes obra de Ramón Álvarez, Mariano Benlliure, Quintín de Torre, Florentino Trapero, Víctor de los Ríos, Ramón Abrantes, Hipólito Pérez y Ricardo Flecha, entre otros.

El obispo de Zamora, Fernando Valera

“Queda simbolizada la carne que tocamos del Salvador. El Jesús de carne y hueso es al que apuntan esa colección tan bella y tan a pie de calle que Zamora guarda como lo mejor de su esencia. En las imágenes, está el símbolo. En la eucaristía, la realidad”, subrayó. “La Pasión de Zamora es un modo radical e incondicional de hacerse presente contemplando una realización íntima del misterio salvífico objetivo e interiorizado que llega hasta la sintonía sensible y esta tiene un modelo subjetivo en las sagradas personas a las que representa. Es una cota alta de oración y de encuentro”, agregó.

“Ellas, tantas veces ultrajadas pero, sobre todo, mujeres que sostienen, que acompañan y que aman con un corazón traspasado. Aquí no se perciben palabras o ideas. Ni siquiera imágenes, sino al Señor mismo, sobre tus brazos de madre”

El prelado hizo hincapié en que, en Zamora, “la pasión tiene nombre de mujer” y recordó la presencia de “cientos de mujeres, madres, hijas y esposas”, en numerosos desfiles y actos. “Ellas, tantas veces ultrajadas pero, sobre todo, mujeres que sostienen, que acompañan y que aman con un corazón traspasado. Aquí no se perciben palabras o ideas. Ni siquiera imágenes, sino al Señor mismo, sobre tus brazos de madre”, dijo.

Por último, monseñor Valera Sánchez desplegó una sensación de “esperanza” sobre Zamora y sus gentes y recordó que “nuestras ideas y e4squemas, nuestras formas de entender la fe y la iglesia no lo son todo”.

“El futuro que esperamos cambia nuestro presente, transforma nuestro hoy, llena de sentido nuestro ahora. El mañana inunda el sentido de cada hoy. La esperanza es posible porque el amor es real”, puntualizó.

“La Semana Santa de Zamora, de sus pueblos, hasta la procesión más pequeña, llevan una experiencia fundamental. La fe nos descentra de nosotros mismos y de nuestras cosas porque el centro lo ocupa el Señor y los misterios de su Pasión. Es Él lo único importante, y esto se hace sin discursos. Esto se hace sin absolutizar nada de lo nuestro, porque Dios nos hace ver el Misterio del Amor entregado”, insistió.

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