Mensaje del prefecto para el Domingo del Mar, el 14 de julio Czerny: "El camino de la apertura al extranjero es el camino de la esperanza"
En su mensaje para el Domingo del Mar, el 14 de julio, el Cardenal Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral invita a las Iglesias a dar visibilidad a quienes trabajan en el sector marítimo, promoviendo su dignidad y sus derechos
Mirando a la obra de San Pablo, el cardenal insta a fomentar el intercambio y la solidaridad entre pueblos y religiones: "No podemos abrirnos a las posibilidades de la vida si preferimos las comodidades de lo familiar"
| Antonella Palermo
(Vatican News).- Acoger a quienes tienen necesidad de un refugio seguro, de encontrar un lugar de pertenencia, de escuchar a una comunidad. Esta es la invitación prioritaria expresada por el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en su mensaje para el Domingo del Mar, que este año se celebra el 14 de julio. Deseo que los millones de trabajadores del sector marítimo sientan la labor de la Iglesia haciendo visibles sus realidades cotidianas invisibles.
Dar visibilidad a las condiciones de trabajo "invisibles
Quienes ejercen profesiones en el mar -tripulaciones de barcos, remolcadores y estibadores, guardacostas, trabajadores de tráfico y salvamento, agentes de aduanas y pescadores- tienen la oportunidad de experimentar la belleza sin límites de la naturaleza pero también, a menudo, la oscuridad física, espiritual y social. A partir de esta premisa, el Cardenal Czerny subraya el valor de la pastoral de los marinos (voluntarios, capellanes, miembros de las iglesias locales en los puertos) que, incluso con salarios acordes con los sacrificios impuestos, se ven "amenazados por la injusticia, la explotación y la desigualdad".
Promover la unidad y los intercambios entre los pueblos
Se trata de "acercar la periferia al centro", señala Czerny, que enumera algunas formas de intervenir: "encontrándose con la gente del mar en persona y en oración; mejorando las condiciones materiales y espirituales de los trabajadores; defendiendo la dignidad y los derechos de los trabajadores; apoyando el refuerzo de las relaciones y políticas internacionales para salvaguardar los derechos humanos de quienes viajan y trabajan lejos de sus familias y patrias". El llamamiento es a promover la inclusión de estas personas para "hacer crecer la comprensión mutua y la solidaridad entre todos los pueblos y religiones". El modelo a seguir es San Pablo, que pasó mucho tiempo en el mar. Fue él quien, en un momento de tensiones y riesgo de división en la comunidad de Corinto con la llegada de los nuevos creyentes, recordó el vínculo que los unía.
Acoger al extranjero
El prefecto recuerda en su mensaje que en la época de las primeras misiones de los apóstoles, cada nuevo barco que llegaba significaba más encuentros e intercambios, más apertura a la novedad y a las vastas posibilidades más allá de las costas locales. La invitación, por tanto, es a "acoger al extranjero": puede desafiarnos cuando "preferimos permanecer aislados social y espiritualmente", señala el Cardenal Czerny, sin embargo, apunta, "no podemos estar abiertos a las posibilidades de la vida si preferimos las comodidades de lo familiar. El camino de la apertura es el camino de la esperanza". La educación en la fraternidad y la amistad social es necesaria, concluye. Al confiar los marinos a Nuestra Señora, Estrella del Mar, el cardenal espera que "los marinos se sientan parte de la Iglesia dondequiera que vayan".
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