Se trata de monseñores de las Secciones I y II de la Secretaría de Estado Descubiertos los "topos" del 'Vatileaks' de la Santa Sede
Nunca visto en los últimos decenios en las secretas estancias del Palacio Apostólico vaticano. Investigadores de la Gendarmería han intervenido documentos y allanado (pero esta palabra no se usa) locales de la diplomacia pontificia. Han detectado traidores a la confianza del Papa, que está desconcertado y descontento por el clima de caos y hostilidad en esta lucha por el poder entre cardenales y altos prelados en la vigilia del Consistorio. El sábado Benedicto XVI "creará" 22 nuevos cardenales de los cuales 18, menores de 80 años, entrarán como electores en el Cónclave que consagrará al sucesor de Joseph Ratzinger. Lo cuenta Julio Algañaraz en Clarín
La mitad de los 18 purpurados electores pertenecen a la Curia Romana y todos son amigos del secretario de Estado, Tarcisio Bertone, quién también obtuvo del Papa la creación de una decena de cardenales afines a su poder en el Consistorio del año pasado. Los equilibrios de fuerza internos han sido cambiados y los enemigos de Bertone, también muy críticos del Papa, han lanzado esta ofensiva sin precedentes para forzar el retiro del Secretario de Estado, con el contragolpe de que Benedicto XVI decida dentro de un tiempo incierto pero no remoto renunciar a la conducción de la Iglesia.
La figura del Papa, que ha cometido algunos errores espectaculares en sus casi ocho años de pontificado, emerge cada vez más débil. El liderazgo conservador Ratzinger-Bertone es cada vez más cuestionado por las facciones de mentalidad similar fuertes en la Curia Romana.
Pero también la consolidación de los grupos progresistas "desobedientes" a partir de la "Iniciativa de los párrocos" en Austria, difundida en otros países, dramatiza con la perspectiva cierta del primer cisma progresista, encabezado por el "Lutero austríaco", padre Helmut Schueller, el escándalo mayúsculo de las peleas internas y difusión ilegal de "dossiers" reservados en el Vaticano.
Los principales culpables de las filtraciones de documentos secretos han sido identificados, anunció ayer el diario romano "La Repubblica". El Director del Servicio de Seguridad de la Gendarmería, la policía del Papa, Domenico Giani, ha viajado a México y Cuba por el viaje que hará el pontífice a fines de marzo. Pero sigue de cerca las operaciones de sus principales colaboradores, que están haciendo historia en este marasmo de golpes y contragolpes entre las facciones conservadoras de la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia.
Las peleas no apuntan directamente al Papa, aunque lo deterioran, pero sí a su principal colaborador y amigo, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, atacado desde hace años sobre todo por los nostálgicos de la anterior conducción como "primer ministro" del Papa del cardenal Angelo Sodano, retirado pero siempre poderosísimo.
Fueron monseñores de la II Sección de la Secretaría de Estado, que se ocupa de las Relaciones con los otros Estados, dice "La Repubblica, los que revelaron a la prensa los apuntes secretísimos de monseñor Carlo María Viganó que refirió a Bertone y al Papa de los casos de corrupción y maniobras "non sanctas" en el gobierno de la Ciudad del Vaticano. Viganó fue promovido para removerlo, enviándolo como embajador (nuncio) ante Washington. Allá sigue, aunque ha sido oficialmente desmentido.
Fueron en cambio de otros monseñores de la I sección, la de Asuntos Generales Internos (el "ministerio del Interior" de la Iglesia), las manos negras que filtraron al vértigo mediático televisivo y de la prensa escrita los memorandums reservadísimos sobre el Instituto Para las Obras de Religión (IOR),
El banco del Papa está acusado e investigado por la justicia italiana de no cumplir con las normas internacionales de reciclaje y de no colaborar con los magistrados que desde hace muchos años quieren saber cuales eran las relaciones del IOR de monseñor Paul Marcinkus con el jefe masónico Licio Gelli y con la mafia.
También habría sido identificado la fuente eclesiástica del palacio Apostólico que pasó la carta que el cardenal ultraconservador colombiano Darío Castrillón Hoyos entregó en enero al Papa. En ese documento se refiere de un viaje del cardenal de Palermo, Pablo Romeo, a China, y de declaraciones suyas allá en las que habría aludido a un complot para asesinar a Benedicto XVI este año y otras barbaridades que Romeo desmiente.
Se prepara un escenario de medidas ejemplares de castigo para los culpables, naturalmente en un clima de secreto que está lleno de agujeros. Sanciones administrativas, denuncias penales, "desapariciones" de monseñores que serán transferidos lejos del Palacio Apostólico.
El diario vaticano "L'Osservatore Romano", en un editorial de su director Giovanni María Vian, rindió homenaje al Papa que cumplió 30 años de su período romano, iniciado en 1982 cuando el papa Juan Pablo II lo llamó a dirigir el más delicado dicasterio de la Curia, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que antes fue el Santo Oficio y antes la Santa Inquisición, y que se ocupa de defensa de la ortodoxia y del control de la disciplina interna en la Iglesia.
Vian elogió en su editorial de ayer "a este manso pastor que no retrocede ante los lobos", mientras "el enemigo siembra la zizaña". La batalla entre el pastor y los lobos durará bastante y son muchos los que creen que aunque el Papa lo ha defendido, comienza a trastabillar la cabeza del secretario de Estado.
En noviembre el cardenal Bertone cumplirá 78 años y ya renunció por límite de edad cuando llegó a 75. El "fuego amigo" es cada vez más graneado contra él; los lobos apuntan, según muchos observadores a echarlo pronto para maniobrar mejor a los cardenales que entrarán algún día a la Capilla Sixtina, en el Cónclave que elegirá al nuevo Papa.