Reafirma la enseñanza de la Iglesia de que Dios creó al ser humano varón y mujer El nuevo Directorio de Catequesis rechaza la ideología de género, pero “sin juzgar” al gay
Habla de "ideología de género" como una construcción social desvinculada del sexo biológico, pero admite "la complejidad de las situaciones" y aclara que la Iglesia "no juzga personas"
El documento anima la pastoral con los migrantes y el trabajo a favor del medio ambiente; y enfatiza el rol de la enseñanza de la Iglesia en la bioética
Alienta a los agentes pastorales a promover "itinerarios específicos de educación en la fe y en la moral cristiana, en temas como la vida humana en cuanto don de Dios, el respeto y el desarrollo integral de la persona"
Alienta a los agentes pastorales a promover "itinerarios específicos de educación en la fe y en la moral cristiana, en temas como la vida humana en cuanto don de Dios, el respeto y el desarrollo integral de la persona"
| RD/Agencias
El nuevo Directorio para la Catequesis presentado en el Vaticano reafirma la enseñanza de la Iglesia de Dios creada al ser humano varón y mujer, al objetar la ideología de género como una construcción social desvinculada del sexo biológico, pero admite "la complejidad de las situaciones" y aclara que la Iglesia "no juzga personas".
La guía catequética, aprobada por el Papa Francisco y que sustituyó al “Directorio general para la catequesis” de 1997, fue presentado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
El documento de cerca de 300 páginas alienta la evangelización en el mundo digital, anima la pastoral con los migrantes y el trabajo a favor del medio ambiente; y enfatiza el rol de la enseñanza de la Iglesia en la bioética y frente a la ideología de género.
En ese sentido, en el capítulo “Catequesis y algunas cuestiones de bioética”, la Santa Sede advirtió que “una difusión de orientación de lo que hoy se presenta bajo la denominación de género, pone en discusión el dato revelado: 'hombre y mujer los creados' (Gn 1,27).
“Según tal posición, la identidad de género, ya no sería un dato original que la persona debe acoger y llenar de sentido, sino una construcción social que decida autónomamente, desvinculada completamente del sexo biológico. El hombre niega la propia naturaleza y decide creársela él mismo”. “Sin embargo, según el relato bíblico de la creación, el ser humano ha sido creado por Dios como varón y mujer. La Iglesia es bien consciente de la complejidad de las situaciones personales vividas, a veces, de manera conflictiva. Ella no juzga a las personas, sino que invita a acompañarlas siempre, sea cual sea su situación ”.
El documento señala que la Iglesia es consciente, sin embargo, desde una perspectiva de fe, que la sexualidad no es solo un dato físico, sino una realidad personal, un valor confiado a la responsabilidad de la persona. "De este modo, la identidad sexual y la vivencia existencial requerida será una respuesta al llamado original de Dios".
En este mismo capítulo, el nuevo Directorio para la Catequesis específico que “los principales temas tratados por la bioética se modificaron al inicio de la vida (estatuto del embrión humano, procreación médicamente asistida…), a su fin (definición de muerte, eutanasia, cuidados paliativos), a la salud ya la experimentación sobre la persona (ingeniería genética, biotecnología ...) ”.
En ese sentido, se refieren a "las cuestiones de bioética interpelan la catequesis y su función formativa". Por ello, alienta a los agentes pastorales a promover “itinerarios específicos de educación en la fe y en la moral cristiana, en temas como la vida humana en cuanto don de Dios, el respeto y el desarrollo integral de la persona, la ciencia y la técnica ordenadas al bien de la persona”. “En el ámbito católico, la bioética se mueve sobre el plano racional, inspirando, sin embargo, en los datos de la Revelación divina, que fundamenta a su vez la antropología cristiana”, controla el nuevo documento.
Además, grabe la investigación científica y sus aplicaciones no son "moralmente neutrales, y los criterios de orientación no se pueden separar de la eficiencia técnica, de su uso o de las ideologías dominantes". En ese sentido, específicamente que el científico "debe ser consciente que no todo lo que es técnicamente posible es moralmente admisible" y que "una acción técnicamente eficaz podría estar en contradicción con la dignidad de la persona".
También señaló que es importante distinguir entre intervención terapéutica y manipulación. Para corregir las anomalías genéticas, la terapia será lícita si promueve el bien de la persona, sin menoscabar su identidad e integridad, solo así se defiende la naturaleza humana”. "La intervención terapéutica sobre las líneas somáticas es conforme a la dignidad de la persona, mientras que aquel sobre las líneas germinales, manipulando la identidad de la especie humana es incompatible con el respeto a la persona", advirtió.
Del mismo modo, "prestar mucha atención a los experimentos genéticos, en particular al riesgo de la eugenesia" por ser una práctica discriminatoria; así como a "las posibilidades técnicas de la llamada ingeniería genética", que "tocan el núcleo mismo de la antropología en la concreta posibilidad de manipulación y autodefinición, según la filosofía del transhumanismo, dando vida a los individuos con un patrimonio genético diverso y afectado por el propio querer".
"Una acción técnicamente eficaz podría estar en contradicción con la dignidad de la persona"
Finalmente, este capítulo presenta una lista de los grandes criterios de la bioética. “La catequesis –indicó– educar a los catequistas en la formación de una conciencia sobre las preguntas de la vida, poniendo atención especial sobre los desafíos que plantean los desarrollos científicos y tecnológicos y evidenciando los elementos fundamentales para el anuncio de la fe”.
Estos elementos fundamentales son:
- Dios es la referencia inicial y última de la vida, desde su concepción hasta la muerte natural;
- La persona es siempre unidad de cuerpo y espíritu;
- La ciencia está al servicio de la persona;
- La vida se respeta en cualquier situación, ya que está redimida por el misterio pascual de Cristo.
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