"Estamos marcados por el pecado, por tanta gente que sufre" Francisco lamentó que "el mundo todavía está poblado por guerras y formas de explotación"
El Papa recordó en la audiencia "a todos los que han luchado por la Justicia, a todos los mártires de la Historia, a los que han llegado a la conclusión de que han luchado por nada y que en este mundo domina el mal"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
El papa Francisco renovó este miércoles sus críticas al estado actual de un mundo que "todavía está poblado por guerras y formas de explotación". El pontífice centró su catequésis durante la Audiencia General en la Plaza San Pedro en la segunda invocación del Padre Nuestro: "Venga a nosotros tu reino".
"'Venga a nosotros tu reino', repite con insistencia el cristiano. Jesús ha venido, pero el mundo todavía está marcado por el pecado, poblado por tanta gente que sufre, por personas que no se reconcilian y no perdonan, por guerras y tantas formas de explotación", lamentó Jorge Bergoglio.
La victoria de Cristo y los corazones cerrados
Todos estos hechos son la prueba de que la victoria de Cristo no se dio aún de forma completa: tantos hombres y mujeres todavía viven con el corazón cerrado", recordó el pontífice.
"Y es sobretodo en estas situaciones que sobre los labios del cristiano aflora la segunda invocación, que es como decir: 'te necesitamos, Jesús'", explicó el obispo de Roma.
En ese marco, el Papa pidió donar la evocación "a todos los que han luchado por la Justicia, a todos los mártires de la Historia, a los que han llegado a la conclusión de que han luchado por nada y que en este mundo domina el mal", planteó.
"En sus parábolas, Jesús enseñó que el Reino de Dios crece y se propaga con paciencia y mansedumbre. Que a pesar de tener una apariencia humilde, como un grano de mostaza o un poco de levadura, lleva dentro una fuerza capaz de transformar los corazones y el mundo", insistió luego Bergoglio.
, nuestro corazón se llena de luz con la esperanza de Cristo que viene a nuestro encuentro", finalizó."Estas parábolas manifiestan también el misterio de Cristo, de su muerte y resurrección. Él es como el grano de trigo que cae en tierra y muere para dar mucho fruto. Así, cuando decimos en el Padre nuestro “venga a nosotros tu Reino”
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