El Papa aboga por la paz en el Líbano durante el rezo del Angelus Francisco: “Las voces de los pobres nos empujan a no permanecer indiferentes”
El Papa invita a rezar por los misioneros, porque “el Evangelio y la paz caminan juntos”
"El grito de los pobres, junto con el de la tierra, nos llegó desde el Amazonas. Después de estas tres semanas, no podemos pretender no haberlo escuchado"
"Caminamos mirándonos a los ojos y escuchándonos sinceramente, sin ocultar las dificultades, experimentando la belleza de avanzar juntos para servir"
"Dejarnos desafiar por su novedad, respondiendo al llamado a salir de nosotros mismos y de nuestros esquemas para que el Evangelio brille en el centro con su estilo: pobre en radicalismo, misionero en lo pastoral, sinodal en comunión"
"Caminamos mirándonos a los ojos y escuchándonos sinceramente, sin ocultar las dificultades, experimentando la belleza de avanzar juntos para servir"
"Dejarnos desafiar por su novedad, respondiendo al llamado a salir de nosotros mismos y de nuestros esquemas para que el Evangelio brille en el centro con su estilo: pobre en radicalismo, misionero en lo pastoral, sinodal en comunión"
“Todo para el Evangelio”. Todo para los pobres, cuyas voces “nos empujan a no permanecer indiferentes”. Tras la misa conclusiva del Sínodo, el Papa saludó a miles de fieles desde el balcón de la plaza de San Pedro, desde el que rezó el tradicional Angelus dominical.
En su saludo, recordó la misa con la que concluyó el Sínodo, subrayando que “el grito de los pobres, junto con el de la tierra, nos llegó desde el Amazonas”. “Después de estas tres semanas, no podemos pretender no haberlo escuchado”, añadió Francisco.
“Las voces de los pobres, junto con las de muchos otros dentro y fuera de la Asamblea del Sínodo (pastores, jóvenes, científicos) nos empujan a no permanecer indiferentes”, porque la expresión “'Más tarde es demasiado tarde' no puede seguir siendo un eslogan”.
Caminar juntos, avanzar juntos
Francisco explicó a los miles de asistentes al rezo del Angelus cómo fue el Sínodo, y destacó cómo los participantes “caminamos mirándonos a los ojos y escuchándonos sinceramente, sin ocultar las dificultades, experimentando la belleza de avanzar juntos para servir”.
“Todo para el Evangelio”, añadió Bergoglio, “para que pueda ser anunciado a todos los pueblos”. Así, preguntó “¿qué bien puedo hacer por el Evangelio?".
Siguiendo con el Sínodo, el Papa desveló su ansia “por abrir nuevos caminos para la proclamación del Evangelio” y, sobre todo, de “poner al Señor en el centro, a nivel personal y como Iglesia”, porque “sólo se anuncia lo que se vive”. “Y para vivir de Jesús, para vivir del Evangelio, debemos salir de nosotros mismos”.
Una vez hecho, “nos sentimos alentados a despegar, a dejar las cómodas costas de nuestros puertos seguros para adentrarnos en las aguas: no en las aguas pantanosas de las ideologías, sino en el mar abierto donde el Espíritu nos invita a lanzar nuestras redes”. Despegar, que supone “dejarnos desafiar por su novedad, respondiendo al llamado a salir de nosotros mismos y de nuestros esquemas para que el Evangelio brille en el centro con su estilo: pobre en radicalismo, misionero en lo pastoral, sinodal en comunión”.
Por la paz en Oriente Medio
Tras el rezo del Angelus, el Papa quiso dirigir “un pensamiento especial al amado pueblo libanés”, especialmente los jóvenes, que en estos días “han hecho oír sus gritos frente a los desafíos y problemas sociales y económicos del país”. Al tiempo, pidió “a todos a buscar las soluciones correctas en el camino del diálogo, y rezo a la Virgen María, Reina del Líbano, para que, con el apoyo de la comunidad internacional, ese país continúe siendo un espacio de convivencia pacífica y respeto por la dignidad y la libertad de toda persona, en beneficio de toda la región del Medio Oriente”. "Que sufre mucho", añadió.
Finalmente, y tras los saludos, Francisco recordó que este último domingo concluye el mes misionero y del Rosario, invitando a orar “particularmente por los misioneros y misioneros que enfrentan mayores dificultades. Y al mismo tiempo seguimos rezando el Rosario por la paz”, porque “el Evangelio y la paz caminan juntos”.
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