(Vatican News).- La solidaridad es un objetivo que todos, sin excluir a nadie, están llamados a promover; debe construirse con el liderazgo juvenil; debe realizarse como un compromiso para crear ciudades acogedoras; exige responsabilizarse de los problemas de los demás; se define por la cercanía y la generosidad; y es una forma de "crear historia".
Estos son los seis puntos para "concretar el concepto de sociedades cohesivas" esbozados por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, al intervenir en línea en una conferencia internacional sobre este tema celebrada el 6 de septiembre, en Singapur.
Tradiciones religiosas, cohesión y paz
En este país multiétnico y multicultural, las palabras del cardenal fueron escuchadas por unos 800 delegados que representaban hasta cuarenta países, principalmente asiáticos. Iniciadas en 2019, las Conferencias de Singapur sobre Sociedades Cohesivas constituyen un importante espacio de diálogo interreligioso. Al fin y al cabo, explicó, estos seis puntos demuestran "que las grandes tradiciones religiosas de la humanidad son capaces de motivar la búsqueda y la creación de la paz y la cohesión entre los pueblos incluso ahora", en un momento en el que el "contexto global requiere una introspección y una acción aún mayores si queremos promover comunidades armoniosas".
El papel del bien común
Elogiando el trabajo de los organizadores porque dan al mundo una "señal para no perder la esperanza" de "continuar con un fuerte sentido de responsabilidad para construir comunidades basadas en la fraternidad y la justicia", el cardenal Parolin recurrió al concepto de "bien común", que está en el corazón de la Doctrina Social de la Iglesia, para aclarar lo que los católicos entienden por "sociedades cohesivas". Sin duda, comenzó, "se pueden ofrecer muchas respuestas parciales o completas, pero la educación para el bien común y el sentido de "humanidad" son los primeros pasos para construir sociedades cohesivas". De hecho, pertenecemos a la humanidad, y el deber de desarrollarse y progresar hacia la realización total de lo que es verdaderamente "humano" incumbe a todos".
Parolin: "la educación para el bien común y el sentido de 'humanidad' son los primeros pasos para construir sociedades cohesivas"
Esta "conciencia", continuó, "no puede lograrse sólo con ideas, discursos" o teorías; lo que se necesita es "una específica voluntad humana de entrar en relación a través de comportamientos sociales, esforzándose intencionadamente por hacer el bien en la vida cotidiana, comprometiéndose responsablemente sin esperar nada a cambio, con el objetivo de realizar la plena dignidad de toda persona creada a imagen de Dios".
Más aún, añadió, "las sociedades están formadas por las redes de relaciones que las personas son capaces de construir entre sí, pero esos encuentros no se basan en el álgebra y las matemáticas, sino en la cooperación". En definitiva, "el objetivo de las sociedades cohesivas es la formación de individuos capaces de relacionarse, de habitar las sociedades y de trascender el individualismo del "yo" para abrazar la diversidad del "nosotros"", dado que "es el vínculo con el otro, en particular la relación de amor". Desgraciadamente, señaló Parolin, "el hombre moderno ha perdido de vista el valor de la vida humana, porque la atribuye a su propio esfuerzo en lugar de reconocer que es simplemente su destinatario".
Otras tareas indicadas por el ponente para construir sociedades cohesivas son: "trabajar en la conexión entre la eficiencia y la eficacia de los programas sociales, la participación de las personas en la administración de los asuntos públicos y la inclusión de las realidades periféricas". Sin embargo, partiendo de estas premisas, señaló el cardenal, se llega a un problema: "la sociedad contemporánea se caracteriza por nuevas formas de inseguridad individual y de fragmentación de la comunidad como resultado de las transformaciones sociales, culturales, demográficas y económicas". Además, añadió, este problema "se ha intensificado durante la pandemia de Covid-19" con sus exigencias de aislamiento y cierre. De ahí la importancia de preguntarse "¿cómo se puede recuperar la cohesión?
Relaciones y fraternidad, una guía para una sociedad cohesionada
En este sentido, el cardenal ofreció "una guía orientativa desde el punto de vista cristiano" para "ayudar a la planificación y creación de sociedades cohesivas". Esa pasa por los conceptos de relación y fraternidad, en contraposición al individualismo imperante. Estos conceptos, a su vez, se convierten en objetivos a alcanzar a través de ciertas herramientas sugeridas por el mismo Secretario de Estado. En primer lugar, "el discernimiento como brújula": se trata, en efecto, de "una actitud de vigilancia, de asumir una actitud crítica y de afinar la visión para separar lo bueno de lo meramente aparente bueno, reconociendo con claridad y precisión los problemas reales y los potenciales remedios". Esto implica, entre otras cosas, emanciparse de los ejemplos relativistas, que tienden a minimizar las distinciones".
En segundo lugar, es necesario comprometerse "juntos como agentes de esperanza", recomendó Parolin, para construir "ciudades y un mundo cada vez más acogedores". Y esto puede hacerse -el último aspecto- relanzando el "valor de la amistad".
Por último, el cardenal Parolin citó La ciudad del hombre, el ensayo en el que Giuseppe Lazzati utiliza esta expresión como metáfora de la política. "De este modo, esperaba devolver a la política al justo lugar como culmen de la actividad humana dentro del orden natural", comentó. Un "ideal armonioso", concluyó, que "se remonta a Platón y Aristóteles" y que encuentra su síntesis más eficaz en las Bienaventuranzas proclamadas por Jesús en el Sermón de la Montaña.
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