El cardenal critica el 'corazón endurecido de los países' desde el altar de la Cátedra de San Pedro Parolin: "La tiranía de los intereses asola la humanidad"

El cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede presidió la santa misa de la segunda Asamblea sinodal de la Iglesia en Italia, en la basílica de San Pedro
Indicó el camino para sanar la "locura del poder" que aflige al mundo, gravemente herido por la "violencia del otro"
(Vatican News).- El enfermo que Jesús cura en Jerusalén es el emblema de la humanidad de hoy, dolorida y sufriente con "un corazón endurecido" que en Cristo puede encontrar una respuesta sanadora. Esta es la imagen que utilizó el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, para describir la condición actual del mundo y también de Europa, en la misa celebrada esta mañana, martes 1 de abril, en el altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro, con ocasión de la segunda Asamblea sinodal de las Iglesias en Italia (ndr, conjunto de las Iglesias particulares de las diócesis católicas en el país), que se inauguró este lunes 31 de marzo con el mensaje del Papa Francisco.
"El Evangelio de hoy nos habla de un hombre enfermo, esclavo de una enfermedad que se ha hecho crónica. Esta parece ser la imagen de la condición en la que se encuentra hoy la humanidad e incluso nuestra Europa. Afectada desde hace demasiado tiempo por la tiranía de los intereses creados, está paralizada por la dinámica de la violencia y la guerra, que también tienen repercusiones absurdas en el plano político y económico".
"¿Quieres sanar?"
El cardenal se detuvo en la humanidad que asume sus fracasos, "presa de la locura del poder, por una parte, y fuertemente herida por la violencia, por otra". Por eso, el camino es volver a las "poderosas palabras de Jesús".
"¿Quieres sanar? ¿Quieres realmente liberarte de la lógica ilusoria que te paraliza? Porque lo primero que tienes que hacer es poner en marcha tus recursos interiores. Si es así, levántate, coge tu camilla y camina. Es decir, libérate de todo lo que te impide caminar hacia la curación y la paz".
La puerta de la salvación
Liberarsea través de "la fuente de agua que brota" que es Jesús, capaz, explicó el cardenal Parolin, de "hacer florecer de nuevo todo lo que cojea".
"La puerta santa, abierta para el Jubileo de la Esperanza que han atravesado hoy, es un signo elocuente de la persona misma del Salvador, que abre de par en par el acceso a la fuente de la salvación. 'Yo soy la puerta, el que entre por mí se salvará'".
Mirando a la fuente divina
Es al agua viva a la que miró el Secretario de Estado para iluminar la II Asamblea sinodal de las Iglesias en Italia, mientras se vive la tercera fase del Sínodo, la definida como "profética", en la que todos están llamados a encarnar determinadas opciones evangélicas en la vida de las comunidades. "Un tiempo precioso y fecundo", dijo, para las opciones pastorales de los próximos años. Un tiempo para curar las heridas.
"El hombre no se cura con consejos o terapias de fuera, sino cuando, gracias a la palabra de Cristo, puede recurrir a la fuente divina interior que había dejado de buscar. Así es como Jesús le devuelve la energía para volver a ser autónomo".
La Palabra sanadora
El cardenal Parolin se refirió también a los desafíos que la Iglesia de hoyestá llamada a asumir como "el de acompañar a los creyentes a la conciencia de lo que son", redescubriendo la gracia del bautismo porque, como sostenía San Agustín, la fuente de agua que brota para la vida eterna no se seca nunca. "Me consta personalmente -aseguró- que están particularmente preocupados por las cuestiones relacionadas con la iniciación cristiana y la transmisión de la fe, sobre todo a las jóvenes generaciones. Pero no debemos tener miedo".
"Sacaremos claridad e ímpetu misionero de la conciencia de que los cristianos somos portadores de un don inconmensurable. Entonces sí, seremos capaces de dar la palabra sanadora que tanto necesita nuestro mundo enfermo".

La fuente es Cristo
Al concluir su homilía, el purpurado instó a redescubrir el "tesoro único" que poseen los cristianos, un don que hay que compartir con los hombres y mujeres de este tiempo. "Si todos fuéramos plenamente conscientes de ello -subrayó-, seríamos auténticos discípulos misioneros deseosos de compartir este inmenso recurso que es la persona viva del Señor resucitado".
"Esta fuente interior que habita en el corazón de la Iglesia y en el corazón de cada creyente es Cristo, Cristo vivo en nosotros, fuente inagotable de agua que brota para la vida eterna".
"Ser peregrinos de esperanza"
Al inicio de la celebración, el cardenal Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, agradeció a Parolin su acompañamiento en los últimos días, testimoniando el vínculo especial de la Iglesia italiana con la Sede de Pedro. Un acompañamiento que es también personal porque el secretario de Estado es "un hijo de la Iglesia italiana" y porque en los últimos años ha animado tantas realidades y tantas diócesis, mostrando apertura y cercanía en el camino de los "peregrinos de la esperanza", concluyó el cardenal Zuppi, "de nuestro tiempo y de nuestro país".

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