No se veían las caras -al menos, en público- desde el escándalo del 'no-libro' supuestamente escrito a cuatro manos por ambos. Una polémica que acabó cobrándose el cargo de George Gänswein en la Casa Pontificia, y que concluyó con la marcha del ya ex prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Este sábado, Ratzinger volvió a recibir en el Vaticano al cardenal Sarah.
Lo relata, en sus redes sociales, el propio purpurado, uno de los mayores enemigos de Bergoglio en el interior del Vaticano: "El sábado pasado, el 24 de abril, tuve la alegría de ser recibido en audiencia privada por Su Santidad Benedicto XVI, Papa emérito", escribe el ex prefecto, que añade que el encuentro "se desarrolló en una atmósfera de fraternidad serena y digna, con el intercambio de bendiciones recíprocas".
"He renovado mis sentimientos de fidelidad filial, de afecto y de gratitud al Santo Padre Benedicto XVI por su magisterio, tan voluminoso, rico y sólido sobre el cual nos apoyamos en nuestro ministerio de 'ministros de Cristo y administradores de los misterios de Dios' y de pastores por la salvación de las almas al servicio de la Santa Iglesia, nuestra madre", recalca el purpurado, quien felicitó a Ratzinger por su 94 cumpleaños, en su nombre y como "embajador de tantos hermanos y hermanas que, no solamente en África, sino en todas las partes del mundo, unidos en la oración, le dirigen sus deseos de buena voluntad, de larga vida en la serenidad y alegría espiritual".
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