Las autoridades vaticanas colocan todo este complicado proceso de liquidación y reparación en las manos del comisario apostólico, Jordi Bertomeu Roma liquida al Sodalicio de Vida Cristiana y todas sus ramas por falta de “carisma de origen divino”

El Papa y Brambilla
El Papa y Brambilla

“No hay carisma de origen divino”. Ni nunca lo hubo. Ni en el tronco central de la organización (el Sodalicio de Vida Cristiana) ni en sus tres ramas: la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, las Siervas del Plan de Dios y el Movimiento de Vida Cristiana

La firma del Papa lleva aparejada la fórmula “Approvo in forma especifica”, que quiere decir que Francisco hace suyo el decreto, contra el que no cabe recurso alguno

La consecuencia es clara y el decreto promulga, “en virtud del canon 732 y del canon 584”, la supresión del Sodalicio y de todas sus sucursales, que, desde la notificación del presente decreto, se convierten en “entes canónicamente suprimidos”

Además de la voluntad de reparar el escándalo y resarcir a las víctimas, Roma espera que los miembros del Sodalicio “colaboren con la máxima disponibilidad en todos los procedimientos para el inventariado y la enajenación de bienes, cuyos ingresos serán utilizados para resarcir a las víctimas”

Ha llegado la hora del canto del cisne del Sodalicio: su demolición total. Y de raíz, porque, como dice el decreto de supresión del Vaticano, “no hay carisma de origen divino”. Ni nunca lo hubo. Ni en el tronco central de la organización (el Sodalicio de Vida Cristiana) ni en sus tres ramas: la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, las Siervas del Plan de Dios y el Movimiento de Vida Cristiana.

Y no hubo carisma, porque el fundador, Luis Fernando Figari, no estaba movido por el soplo del Espíritu Santo, sino por el ansia de poder y de dinero. Y ayudado por sus acólitos más cercanos, puso en marcha un conglomerado empresarial, con características absolutamente sectarias, para aprovecharse a todos los niveles de los hombres y mujeres que reclutaban. Árbol malo no puede dar frutos buenos.

El decreto de disolución lleva la fecha del 14 de enero de 2025 y está firmado por el Papa Francisco, por la prefecta de Vida Consagrada, Simona Brambilla y por el subsecretario del citado dicasterio, padre Aitor Jiménez Echave.

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Las firmas del decreto de supresión del Sodalicio
Las firmas del decreto de supresión del Sodalicio

La firma del Papa lleva aparejada la fórmula “Approvo in forma especifica”, que quiere decir que Francisco hace suyo el decreto, contra el que no cabe recurso alguno.

Por eso, a pesar de que el decreto está firmado el 14 de enero de 2025, durante meses no pudo intimarse, porque el Sodalicio puso en marcha toda una estrategia de dilación, con aplazamientos sucesivos en Perú y en Guayaquil, primero, y, después, en Roma, donde se iba a firmar del 1 al 6 de abril y se volvió a aplazar por parte del Sodalicio sin motivo.

Quizás por el delicado estado de salud de Francisco. En efecto, los sodálites sabían que, si Francisco hubiese muerto o hubiese renunciado al papado, podrían pedir al próximo Papa que no aprobase el decreto y pudiesen, de esta forma, salvarse de la disolución.

Hasta que colmaron la paciencia de la hermana Brambilla, prefecta de Vida Consagrada, que ordenó que la firma fuese este lunes en Roma. En la firma del decreto no estuvo presente Jordi Bertomeu (que lleva varios días en España).

Por cierto, hay que subrayar que, a pesar de las mentiras que contra Jordi Bertomeu han lanzado durante años los líderes del Sodalicio (capitaneados en esa tarea por Alejandro Bermúdez), el sacerdote español hizo gala de una generosidad máxima hacia ellos, primero como investigador y, después, como comisario.

El Papa y Bertomeu
El Papa y Bertomeu

Durante la investigación, en efecto, los sodálites pidieron diversas prórrogas y Bertomeu siempre se las concedió. Y, cuando las volvieron a pedir para la notificación del decreto, también se las concedió, con una generosidad a prueba de cualquier duda.

El documento romano, al que ha tenido acceso RD, consta de dos folios y comienza señalando los antecedentes de la supresión. Desde hace años, el dicasterio de la Vida Consagrada “se viene ocupando de la compleja y grave situación de la Sociedad de vida apostólica del Sodalitium Christianae Vitae, por culpa del comportamiento impropio del Fundador, Sr. Luis Fernando Figari, y de muchos de sus colaboradores”.

Para investigar a fondo esos comportamientos impropios, asi como “las acusaciones sobre diversas responsabilidades, atribuidas a numerosos miembros”, el Papa Francisco designó, en 2023, una comisión especial, integrada por monseñor Scicluna, secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y de monseñor Jordi Bertomeu, oficial del mismo dicasterio.

Los investigadores hicieron bien su trabajo y las acusaciones pasaron a ser certezas evidentes, para poder concluir que todas las obras de Figari carecen, desde su fundación, de inspiración divina. No hay carisma fundacional.

Sodalicio
Sodalicio

La consecuencia es clara y el decreto promulga, “en virtud del canon 732 y del canon 584”, la supresión del Sodalicio y de todas sus sucursales, que, desde la notificación del presente decreto, se convierten en “entes canónicamente suprimidos”.

A continuación, el dicasterio romano especifica algunas de las consecuencias del decreto, que son, fundamentalmente dos. La primera es la apertura de “procesos de verificación de cualquier tipo de violencia y/o abuso sufrido por los miembros o ex miembros  de la citada institución suspendida” y atribuidos a Figari o  alguno de sus cómplices.

La segunda consecuencia que indica y prescribe el decreto del Vaticano es “definir y resarcir equitativamente los daños sufridos por las víctimas” a costa de los bienes muebles e inmuebles pertenecientes al extinto Sodalicio.

Las autoridades vaticanas colocan todo este complicado proceso de liquidación y reparación en las manos del comisario apostólico, Jordi Bertomeu, “ayudado de uno o más comisarios apostólicos adjuntos”.

Francisco, con Scicluna y Bertomeu en el Aula Sinodal, donde los recibió
Francisco, con Scicluna y Bertomeu en el Aula Sinodal, donde los recibió

Hasta ahora sólo se sabe que la asistente de Bertomeu para la liquidación de las Siervas del plan de Dios será la hermana Carmen Reyes, ex ecónoma, y que las asistentes para las Fraternas serán Sor Luciane Urban, ex superiora general, y Sor Florencia Silva, execónoma. En cambio, el comisario apostólico todavía no ha nombrado a sus asistentes para la liquidación de los bienes del Sodalicio.

En los dos últimos apartados, el decreto vaticano expresa una serie de expectativas referidas especialmente a las autoridades de los exsodálites. Espera la jerarquía vaticana en primer lugar que los actuales miembros del Sodalicio “ofrezcan un sincero y significativo testimonio de reparar el escándalo provocado a los fieles y, sobre todo, contribuir al bien de la Iglesia y de todos, colaborando activamente y de forma eficaz a las susodichas iniciativas de justicia en relación con las víctimas”.

Además de la voluntad de reparar el escándalo y resarcir a las víctimas, Roma espera que los miembros del Sodalicio “colaboren con la máxima disponibilidad en todos los procedimientos para el inventariado y la enajenación de bienes, cuyos ingresos serán utilizados para resarcir a las víctimas”.

Pero no sólo para eso, sino también, como reconoce el decreto vaticano, para “garantizar el sostenimiento económico de los miembros de las entidades fundadas por el Sr. Luis Fernando Figari y suprimidas por este dicasterio”.

Sodalicio
Sodalicio

Se calcula que el Sodalicio, aparte de sus bienes inmuebles, atesora más de mil millones de dólares, una cantidad suficiente para resarcir a las víctimas de abuso y para ayudar a la reubicación de los exsodálites, al menos de la mayoría de ellos.

Si Roma (a través de su comisario apostólico para la liquidación del Sodalicio) consigue hacerse con esa fortuna oculta, podría resarcir a todas las víctimas y, además, ayudar con una cantidad sustancial de dinero a todas y cada una de las hermanas (según los años pasados en las diversas instituciones sodálites), para que puedan reiniciar su vida tras el trauma vivido.

Con el Sodalicio, desaparece otras de las joyas de la corona de la supuesta primavera de la Iglesia de los tiempos de Juan Pablo II. ¿Cuál será la próxima? Porque hay varias en cartera y cuantos antes desaparezcan, mejor.

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