Durante la misa en memoria de san Agustín afirmó que su misión continúa El cardenal Zuppi, enviado del Papa a Ucrania, llama a una "ofensiva de paz"
"Encontrar la paz dentro de uno mismo y superar todo lo que llena de agitación y división es el camino para que los hombres alcancen la concordia"
Así lo afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, al presidir, ayer, en la tarde, en la basílica de San Agustín de Roma la misa en memoria litúrgica del gran padre de la Iglesia
Para el cardenal, "no hay alegría sin compartir y no hay paz sin compartir"
Exhortó a los cristianos a ser reconocidos por su escucha y prácica de la palabra, y advirtió del peligro de la Inteligencia Artificial: "Intercepta nuestros caprichos e inmediatamente nos hace encontrar a nuestros amos. Tantos amos que luego, al final, gobiernan"
Para el cardenal, "no hay alegría sin compartir y no hay paz sin compartir"
Exhortó a los cristianos a ser reconocidos por su escucha y prácica de la palabra, y advirtió del peligro de la Inteligencia Artificial: "Intercepta nuestros caprichos e inmediatamente nos hace encontrar a nuestros amos. Tantos amos que luego, al final, gobiernan"
| Tiziana Campisi
(Vatican News).- "No hay nadie que no desee la paz -escribió san Agustín en La Ciudad de Dios -, pero cada uno tiene una definición subjetiva de ella y esto puede generar conflictos. Entonces, ¿cómo pueden los hombres alcanzar la concordia? "Pensando los unos en los otros, porque es verdad que existe una paz que también es subjetiva, pero también San Agustín decía que hay que encontrar la paz dentro de uno mismo y, por tanto, superar todo aquello que, por el contrario, te llena de agitación, de división, que te hace sentir mal contigo mismo y con los demás".
"¿Cómo pueden los hombres alcanzar la concordia?"
Así responde a Vatican News el cardenal Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y enviado especial del Papa a Ucrania, Rusia y Estados Unidos para lo que Francisco llamó una "ofensiva de paz" destinada a encontrar soluciones al conflicto en Europa del Este.
El cardenal ha celebrado, ayer en la tarde en Roma, en la basílica de Sant'Agostino in Campo Marzio, la misa sobre la memoria litúrgica del obispo de Hipona, padre de la Iglesia, a la que han asistido, entre otros, los agustinos monseñor Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos y monseñor Luis Marín de San Martín, subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, y al margen, explica cómo continuará la misión deseada por el Pontífice, que, como él mismo reveló en una reciente entrevista, podría continuar en Pekín, China.
Trabajar para mitigar las consecuencias de la guerra
"Ciertamente esto está en las esperanzas", explica Zuppi, "estamos trabajando para ello y continuamos en el esfuerzo de mitigar las consecuencias de la guerra, especialmente desde el punto de vista humanitario. Hay una colaboración importante, esperamos que dé sus frutos. Seguimos con los numerosos contactos para que se creen oportunidades de entender cuál es el camino para que la paz pueda llegar pronto".
Ser artífices de paz partiendo de la paz dentro de uno mismo
Del cardenal parte también una invitación a volver a la exhortación evangélica de "ser artífices de paz", que, subraya, "empieza por encontrar la paz con uno mismo, pero siempre, también, con el prójimo, superando por tanto todo motivo de división, empezando por la distancia, la indiferencia, el creerse bien cuando el otro está enfermo o sin el otro". Para Zuppi, "no hay alegría sin compartir y no hay paz sin compartir".
Las iglesias son hogares donde se parte el pan, no condominios
En su homilía, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana subrayó que los cristianos están llamados a ser hermanos de los que escuchan y ponen en práctica la palabra, y también de los más pequeños y pobres, y a propósito de san Agustín, explicó que no se le puede entender sin la comunidad, sin considerar su elección de vivir junto a unos hermanos. Su primera lección es la de la "fraternidad", que "no es una etiqueta".
La comunidad fraterna no es un bloque de apartamentos … Se trata de hacer de nuestras iglesias hogares porque aquí partimos el pan""La fraternidad no es una etiqueta …
La comunidad fraterna no es un bloque de apartamentos, prosiguió el cardenal, advirtiendo que a veces se corre el riesgo de vivir la Iglesia así, como si fuera un bloque de apartamentos, mientras que en cambio "se trata de hacer de nuestras iglesias hogares porque aquí partimos el pan". La Iglesia es fecunda si vive el amor fraterno, señaló el cardenal, "si se reconoce por cómo nos amamos y nos queremos". Existe el riesgo de que demasiadas estructuras nos hagan perder la comunión, advirtió el jefe de los obispos italianos, para quien ser "un solo corazón y una sola alma" no es cuestión de ir al montón, sino de cultivar la unidad.
La Inteligencia Artificial crea falsas necesidades
La Inteligencia Artificial crea falsas necesidades, falsos amos, verdaderas dependencias y verdaderos amos, señaló además el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Hay "muchos amos en este mundo que pretenden quitarnos el sacrificio, siguiendo caprichos", dijo Zuppi.
"Pensemos en lo digital, en la Inteligencia Artificial: intercepta nuestros caprichos e inmediatamente nos hace encontrar a nuestros amos. Tantos amos que luego, al final, gobiernan. La Inteligencia Artificial hace que al final manden los que creen que mandan". En cambio, Agustín tiene la clave para responder "al profundo anhelo de Dios que hay en todo hombre y mujer", porque ha encontrado el Amor que tanto buscaba, y al encontrarlo se ha encontrado a sí mismo y a la comunidad.
“El obispo de Hipona nos enseña que el verdadero maestro es Jesús, que "nos hace sentir bien porque nos llena de amor, de verdadero amor, en cambio tantos maestros nos llenan de caprichos y luego nos dejan solos"
“El obispo de Hipona - concluye el cardenal Zuppi - nos enseña que el verdadero maestro es Jesús, señaló el cardenal, que "nos hace sentir bien porque nos llena de amor, de verdadero amor, en cambio tantos maestros nos llenan de caprichos y luego nos dejan solos, nos ayuda a 'pensar juntos' y a hacerlo junto a Cristo, porque si Él está en el centro, la Iglesia se convierte en una verdadera referencia".
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