"Vivir la vida comunitaria y fraterna", prioridades del nuevo abad de Santa María de Poblet Rafel Barruè: "Muchos jóvenes no conocen la vida monástica y pueden encontrar una opción de vida"
"Para la comunidad es un gran momento para todo lo que representa el monasterio de Poblet. Siempre digo que somos el monasterio más central de Cataluña, porque están los reyes enterrados, y por toda la tradición de los monjes cistercienses, que han formado parte de la historia del país"
"Queremos dar un paso para dar a conocer la vida monástica, porque hay muchos jóvenes (y no tan jóvenes) que no conocen la vida monástica y que, si vienen, pueden encontrar un nuevo planteamiento de vida"
(Catalunya Cristiana).- El jueves 11 de julio, solemnidad de san Benito, el monasterio de Santa María de Poblet acogió la bendición abacial de Rafel Barruè, que fue elegido abad de esta comunidad cisterciense el pasado 22 de abril. En esta entrevista, previa a esa ceremonia, el nuevo abad ha destacado que una de sus grandes prioridades es ayudar a "vivir la vida comunitaria y fraterna con gozo, lo que requiere hacer muchas cosas en común y hablar con los monjes", y ha añadido que quiere "dar un paso hacia una mayor difusión y promoción de la vida monástica, porque muchos jóvenes no la conocen, y pueden encontrar una opción y un planteamiento de vida”.
¿Cómo ha vivido el momento previo a la bendición abacial?
Personalmente, ha sido un gran cambio que no me esperaba, pero ahora llevamos más de dos meses y ya me he ido adaptando.
Por otra parte, para la comunidad es un gran momento para todo lo que representa el monasterio de Poblet. Siempre digo que somos el monasterio más central de Cataluña, porque están los reyes enterrados, y por toda la tradición de los monjes cistercienses, que han formado parte de la historia del país. Por eso celebramos que a la bendición hayan podido venir todos los obispos de Cataluña, y algún abad de otros monasterios cistercienses también. Fue un día muy significativo.
¿Cómo ve el futuro de Poblet?
El monasterio se ha ido abriendo al público, primero por el turismo, pero también es verdad que aparte del turismo cultural también hay personas que vienen porque tienen interés en la comunidad, en la vida monástica, la oración… Además, ahora lo hacemos todo en la iglesia, y todo el mundo puede participar. La iglesia está abierta todo el día, y queremos que la gente pueda seguir formando parte de las celebraciones.
¿Cuáles serán sus prioridades en esta nueva etapa como abad?
Ante todo, vivir la vida comunitaria y fraterna, con alegría. Esto requiere hacer muchas cosas en común, y escuchar las necesidades de todos los monjes, y es lo que debe hacerse. Por otro lado, queremos dar un paso para dar a conocer la vida monástica, porque hay muchos jóvenes (y no tan jóvenes) que no conocen la vida monástica y que, si vienen, pueden encontrar un nuevo planteamiento de vida.
¿La celebración es similar a la bendición de los obispos?
Los signos que recibí son los mismos que se imponen a un obispo, aunque el abad no se consagra, sino que recibe la bendición de forma solemne, acompañada de la entrega de la mitra, el báculo y el anillo, como los prelados.
Por otro lado, es importante destacar que también han venido un gran número de autoridades civiles, entre ellas el presidente de la Generalitat, la consejera de Cultura, la directora general de Patrimonio, el subdelegado del Gobierno español en Tarragona, la presidenta de la Generalitat Diputación de Tarragona y los alcaldes de Vimbodí, Espluga de Francolí, Montblanc y Vila-real.
El abad general de la Orden cisterciense, Mauro-Giuseppe Lepori, fue quien ha administrado propiamente la bendición a fray Rafel, en el marco de una misa concelebrada por todos los obispos de Cataluña, por algunos abades del Císter y por numerosos presbíteros, la mayoría de la archidiócesis de Tarragona, según informa Catalunya Cristiana.
El momento central de la Eucaristía ha incluido la petición de la bendición, el compromiso del nuevo abad, el canto de la letanía de los santos con Rafel Barrué postrado en el suelo, la oración de bendición, la entrega del libro de la Regla de San Benito y del anillo, la imposición de la mitra y la entrega del báculo.
Al final de la misa, el propio Barruè ha reiterado la apertura que debe tener la comunidad de Poblet, donde muchas personas pueden escuchar a Dios: “Necesitamos silencio monástico, silencio de paz, que serena el alma, y eso vale para todos. Necesitamos silencio para tener la oreja del corazón atenta a la escucha de la voluntad de Dios".
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