La experiencia de fe y convivencia de la Comunidad Trinitaria de Al Hoceima Santísima Trinidad, fuente de comunión y encuentro para los trinitarios en Al Hoceima
"Ser parte de la Iglesia en Marruecos nos invita a orar y alabar más intensamente a Dios Trinidad, recordando la importancia de estar siempre en relación con el TodoMisericordia, tal como nos lo recuerdan diariamente los muecines"
"Nuestra espiritualidad redentora-liberadora nos invita a vivir la experiencia del encuentro que se manifiesta en la Casa de la Trinidad, convertida en hogar donde relacionarnos, conocernos y crear lazos de comunión"
"En los dos extremos de la geografía del mundo árabe encontramos esos espacios de encuentro y de diálogo, no siempre fáciles, pero por donde hay que transitar sin descanso, para habitar y construir la fraternidad humana"
"En los dos extremos de la geografía del mundo árabe encontramos esos espacios de encuentro y de diálogo, no siempre fáciles, pero por donde hay que transitar sin descanso, para habitar y construir la fraternidad humana"
| Comunidad Trinitaria de Al Hoceima
“La Santísima Trinidad es en sí misma un diálogo perenne de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo, diálogo que se extiende a toda la humanidad. La Trinidad es, pues, un misterio que invita al diálogo, al encuentro y la acogida, y es fuente inagotable de comunión y de paz”.
Estas palabras del Ministro General de los Trinitarios en la carta de preparación y felicitación a toda la Familia Trinitaria en el día de nuestra fiesta principal, son una invitación a vivir en profundidad el carisma propio recordando, además, los orígenes de la inspiración de san Juan de Matha, el fundador de la Orden de la Santísima Trinidad, en 1198.
Junto a la regla fundacional, Inocencio III escribió una carta de presentación al rey de Marruecos, Miramamolín, explicando el servicio de redención que se proponían realizar aquellos hombres en tierras marroquíes.
En el período de “aggiornamento” de la Orden Trinitaria después del Concilio Vaticano II, las experiencias han sido diversas y han mostrado que, lejos de “custodiar cenizas”, la Familia Trinitaria “alimenta un fuego que arde” siempre de manera nueva, respondiendo a los nuevos tiempos y soñando nuevos modos de realizar la misión de liberación.
Hace más de veinte años un Capítulo General nos instó a revitalizar de distintos modos el acompañamiento a los cristianos perseguidos por su fe y su compromiso con los valores del evangelio. Así mismo, se insistió en la necesidad “que está en los genes” de los Trinitarios de dialogar con y vivir entre los musulmanes.
Todo ello, unido a la experiencia de contacto con muchas personas venidas de la otra orilla del Mediterráneo, nos ha hecho promover una presencia en territorio marroquí.
Desde 2018 la Provincia de los Trinitarios de España tiene una comunidad en la ciudad de Al Hoceima, en el norte del país, con la simple pretensión de “no tener miedo” al diferente, tan cercano geográficamente y tan lejano por creencias, historia, modos de entender el mundo o prejuicios recíprocos.
Ser parte de la Iglesia en Marruecos nos invita a orar y alabar más intensamente a Dios Trinidad, recordando la importancia de estar siempre en relación con el TodoMisericordia, tal como nos lo recuerdan diariamente los muecines. Nos motiva a tejer redes de amistad en nuestra vida cotidiana, como vecinos más del pueblo, en el mercado, la cafetería o la plaza, viviendo el diálogo de la vida. Además, nos llama a ofrecer un servicio redentor y liberador a los migrantes subsaharianos y a los más vulnerables entre nuestros vecinos: mujeres, jóvenes y necesitados, practicando el diálogo de la caridad.
Desde la comunidad trinitaria atendemos la Parroquia de San José, que pertenece a la Archidiócesis de Tánger. Además de la actividad pastoral, también se impulsan iniciativas sociales que benefician tanto a la población migrante como a la local marroquí. Nuestra espiritualidad redentora-liberadora nos invita a vivir la experiencia del encuentro que se manifiesta en la Casa de la Trinidad, convertida en hogar donde relacionarnos, conocernos y crear lazos de comunión.
Nuestra debilidad se une a la vulnerabilidad de todos los que participan en las distintas actividades. Buscamos fomentar la posibilidad de encuentro con aquellos con los que compartimos pobrezas diversas. La Casa de la Comunión Fraterna es lugar de encuentro para los cristianos que vivimos en minoría en este país, estudiantes africanos para los que somos referencia, migrantes en movilidad que reciben acompañamiento en todas sus necesidades, mujeres rifeñas que miman su “espacio de mujer” y jóvenes marroquíes que reciben las herramientas necesarias para su auto-emprendimiento.
Sentimos, que la experiencia de compartir nuestra fe y nuestra vocación en Marruecos, puede ser una invitación a la esperanza de que personas de distintas identidades nos encontremos en espacios de entendimiento y fraternidad humana. Espacios que muestran que nuestro Dios Trinidad es esa “fuente inagotable de comunión y de paz”.
Con este espíritu de crear lugares de encuentro y diálogo, la Familia Trinitaria celebró su última Asamblea Intertrinitaria en Marruecos, siguiendo los pasos de los primeros redentores de la Orden. El mes pasado, nuestro Ministro General, junto a las Superioras Mayores de las distintas congregaciones femeninas trinitarias y los responsables de los grupos laicales que comparten el carisma, se reunieron en Bahrein para celebrar el encuentro anual de Solidaridad Internacional Trinitaria, el organismo de la Orden dedicado al servicio de los cristianos que viven su fe en situaciones de dificultad.
En los dos extremos de la geografía del mundo árabe encontramos esos espacios de encuentro y de diálogo, no siempre fáciles, pero por donde hay que transitar sin descanso, para habitar y construir la fraternidad humana. Este camino es una manera privilegiada de vivir nuestro carisma, habiendo sido llamados a ser vasos escogidos de la Trinidad para llevar su nombre.
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