Un oasis de silencio, paz y sencillez 50 años del monasterio de Solius
(Fra Bernat Folcrà).- Este 21 de enero el Monasterio de Santa María de Solius celebró a las 11 de la mañana la Eucaristía de acción de gracias por los cincuenta años de su fundación, presidida por el P. Mauro-Giuseppe Lepori, Abad General del Orden Cisterciense.
Fue una emocionante y muy participada Eucaristía en la Iglesia parroquial de Santa Inés. Asistieron a la celebración el obispo de Girona, Francesc Pardo, el obispo emérito Carles Solé, el P. abad de Poblet, Octavi Vilà, las hermanas y hermanos cistercienses de Vallbona, Valldonzella y Poblet. Hubo también la asistencia de las abadesas de los monasterios benedictinos de sant Benet, sant Pere de les Puel·les i sant Daniel.
"Un dia como hoy, el 21 de enero de 1967, cuatro monjes del monasterio de Poblet, con el P. Edmon M. Garreta, que era hasta entonces el Abad, comenzaron esta maravillosa aventura", dijo el P. Prior de Solius, Josep Peñarroya, en el saludo del comienzo de la Eucaristía. Los cuatro monjes fundadores que acompañaron al P. Abad Edmon Garreta fueron el P. Enric Benito, el P. Jordi Gilbert y el Hermano Albert Fontanet, los cuatro vivos aún hoy, y formando parte de una comunidad de nueve monjes. Comenzaron esta maravillosa aventura monástica "movidos por el Espíritu renovador del reciente Concilio Vaticano II... con el deseo de vivir la vida monástica con más autenticidad".
Y así, desde hace 50 años hasta hoy la vida monástica en Solius ha sido un "fuego" para la sociedad, el fuego de unos valores que son hoy más necesarios que nunca para la sociedad, como el silencio, la paz, la sencillez, la contemplación, la lentitud, el sentido profundo de la vida, unos valores que, cuando faltan, el Espíritu muere de frío.

Después, en la homilía, el P. Abad General del Orden Cisterciense, P. Mauro-Giuseppe Lepori, comparó la vida monástica con la bella parábola del tesoro escondido en el campo (Mt. 13, 44). La vida monástica es un tesoro escondido en el campo de nuestra humanidad, escondido porque es un tesoro precioso, que hay que proteger, y porque busca los valores más profundos de la vida: "El verdadero problema de la humanidad es que muchos se contentan con los tesoros que producen o construyen ellos mismos en la superficie del campo del mundo".
"El problema es que para el mundo, el tesoro se encuentra en la superficie, es más, es la misma superficie, la anchura, la cantidad de tierra que se posee. El problema del hombre, siempre y hoy más que nunca, es que no busca el tesoro en profundidad, en la profundidad de su experiencia humana, en la profundidad de su corazón", señaló el P. Abad General
Y el monje deja de serlo cuando esto pasa en su vida, cuando ya no se busca más la profundidad, cuando los silencios propios de su vida dejan de ser sonoros y sorprendentes. De esta manera el fuego de la vida monástica enraíza en la tierra húmeda de la humildad y de la profundidad del corazón y no en la superficie del asfalto y del cemento. Al monje sólo le hace falta ser tierra húmeda para encontrar el tesoro escondido, la perla preciosa de Dios en su propio corazón, y esto no lo puede cambiar por el afán de las obras, por un simple construir en la superficialidad. Más bien el verdadero tesoro el Señor lo confía en campos que son como pesebres, como uno de los bellos pesebres que se exponen en Solius, obra del recordado Hermano Gilbert.
El monasterio cisterciense de Santa Maria de Solius fue fundado, como un tesoro escondido en el campo verde y lleno de bosques de la tierra de Gerona, en el corazón de la Iglesia y de la humanidad, el dia 21 de enero de 1967, y pertenece a la Congregación cisterciense de la Corona de Aragón, formada por la Abadía de Poblet y por los monasterios femeninos de Vallbona y de Valladonzella.
