Cantan dos violines
¡Feliz jueves! Efectivamente, eso es lo que hacen los violines: cantar, y casi imitando a veces la voz humana. Cuando son dos los protagonistas, lo que suena es un delicioso diálogo, que es lo que nos va a regalar una compositora que ya ha aparecido por aquí.
Me refiero a Isabella Leonarda (1620-1704), compositora italiana nacida en Novara. Era monja del convento de Santa Úrsula de su ciudad natal y allí Gaspare Casati le dio clases. Gracias a su nacimiento en una familia pudiente pudo cultivar su afición por la música, algo que casi terminó siendo profesión, por lo menos dentro del convento, ya que una gran cantidad de obras que compuso estaban destinadas a su uso litúrgico. Sin duda eso fue un estímulo para el convento puesto que la creatividad de Leonarda seguro que enriqueció enormemente a la congregación. A comienzos de 1690 compuso sonatas para violín y continuo, siendo de las primeras mujeres en componer en este género recién desarrollado. Sin embargo, la cosa no quedó ahí ya que su arte era tan grande que trascendió los muros de su monasterio y fue conocida y apreciada en toda Europa. Es triste que una mujer de tanto talento casi haya desaparecido del panorama actual, pero esto felizmente poco a poco se va paliando.
Vamos a escuchar su Sonata para Dos Violines en mi menor, op. 16 n.º 1. Precisamente aquí podemos apreciar cómo componía esta mujer para el violín. Fue publicada en su colección en 1683 y está dedicada a Federico Caccia, patricio de Novara, quien era nuncio a arzobispo de Milán. El diálogo de los dos violines se ve enriquecido gracias a la introducción de cambios de compás y de tempo. La pieza es un continuo, pero las distintas secciones le aportan una gran variedad. Leonarda requiere de un gran virtuosismo de los intérpretes en esta música luminosa y bella.
La partitura de la composición puede descargarse aquí.
La interpretación es de Indianapolis Baroque Orchestra.