¡Feliz miércoles! Cuando pensamos en una obra con el título de esta publicación se nos vine quizá a la mente una gran composición polifónica para coro, pero el caso de hoy es bien distinto, puesto que lo que tendremos es un instrumento a solo.

No es la primera vez que aparece por aquí Adriana Hölszky (1953), compositora alemana de nacimiento rumano en Bucarest. En 1972 empezó a estudiar composición con Niculescu a la vez que realizaba sus estudios de piano en el conservatorio de su ciudad natal. Se terminó trasladando a Alemania para perfeccionar sus estudios con Milko Kelemen y con Günter Louegk, en la Musikhochschule de Stuttgart. Tuvo ocasión también de tocar en un trío de cuerdas y en Darmstadt se matriculó en varios cursos de verano. En 1980 aceptó el puesto de profesora en la universidad de Stuttgart y empezó a recibir diversas becas y galardones, algunas procedentes de prestigiosas asociaciones. Tras varios seminarios de composición (por ejemplo, en Tokio, Kioto y en el IRCAM de París), su fama como compositora creció e incluso se organizaron algunos conciertos monográficos con sus obras.

Hoy vamos a escuchar su obra titulada Miserere que, en contra de lo que pueda parecer, es una pieza compuesta para acordeón. La compositora incluye todo un catálogo de técnicas aunque no recurre ni a la polifonía ni a la melodía acompañada. Más bien lo que hace es diferenciar el sonido en todos sus rangos, mediante oscilaciones, vibratos, trémolos, etc., quizá intentando incluso hacerse eco de la melodía de timbres de Schönberg. Todo se va desarrollando de una forma pausada y la obra parece desde el principio un inmenso arco que nos permite viajar desde el registro más grave al más agudo, pero no en una línea recta, sino por etapas.

La interpretación es de Bastien Pouillès al acordeón.